Una vez el especialista ha recomendado iniciar el tratamiento para la hepatitis B, hay muchas cosas que se pueden hacer para asegurar que éste sea lo más efectivo posible, sacando así el máximo beneficio y garantizando que la persona se siente bien durante el mismo.

Es posible que en este momento no se tengan síntomas, dado que se está haciendo una vida activa normal y, por lo tanto, puede resultar extraño empezar con un largo período de medicación. Incluso, la persona puede llegar a plantearse dejar la medicación, o simplemente no seguir la pauta establecida al pie de la letra. Pero se ha de tener en cuenta que los análisis de sangre demuestran que el virus B sigue activo y, aunque la persona se encuentre bien, el cuerpo empieza a mostrar signos de que el hígado está siendo dañado. Si el paciente no toma la medicación, es muy probable que se desarrollen síntomas, por lo tanto, se ha de buscar información y motivación. El tratamiento correcto ayudará al enfermo a mantenerse sano y a mantener el virus B inactivo.

Es importante tomar el tratamiento con regularidad, sin interrupciones, tal y como indica el equipo médico. Si se abandona el tratamiento o no se toma con regularidad, no será efectivo contra el virus B y además aumenta el riesgo de que se desarrollen resistencias a los medicamentos antivirales.

Por lo tanto:

• Aconsejamos escribir detalladamente un horario con la dosis del tratamiento, según la pauta aconsejada por el médico. Ello le ayudará a estar seguro sobre qué medicamentos y qué cantidades debe tomar en cada momento.
• El tratamiento se ha de integrar en la rutina diaria o semanal, pensando en cuándo puede tener un momento de tranquilidad para tomar las medicinas.
• Si la medicación es de toma diaria, los medicamentos se deberían tener en algún lugar de fácil acceso, por ejemplo, en el lugar relacionado con las actividades matinales habituales, como junto al café o los cereales del desayuno, o cerca de la pasta de dientes (teniendo en cuenta la necesaria seguridad para el resto de la familia o según necesidades particulares).
• Se aconseja programar una alarma en el reloj o en el teléfono móvil (o en ambos) para recordar la hora de tomar la medicación.
• Si está tomando pastillas, se aconseja disponer de una o dos dosis de repuesto en el bolso, maletín o bolsa de aseo, por si se da el caso de un olvido de tomar la medicación antes de salir de casa para ir al trabajo o si se necesita quedarse fuera por una noche.