La Dra. Buti, consultora sénior del Servicio de Hepatología de Vall d’Hebron e investigadora principal del grupo de Enfermedades Hepáticas del VHIR, ha centrado sus líneas de investigación en las hepatitis virales, especialmente en la B y la C.

Las hepatitis virales son una de las causas principales de morbimortalidad de las enfermedades hepáticas a nivel mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho un llamamiento a los países para que aprovechen las recientes reducciones en los costes del diagnóstico y del tratamiento de las hepatitis víricas, y aumenten las inversiones para eliminar la enfermedad. De hecho, la OMS propone erradicar la hepatitis C en el año 2030, aunque en España se cree que podría lograrse antes.

En relación con la investigación de nuevos tratamientos, ensayos clínicos y diagnóstico de las hepatitis virales, la doctora María Buti, consultora sénior del Servicio de Hepatología del Hospital Universitario Vall dʼHebron, investigadora principal del grupo de Enfermedades Hepáticas del Vall dʼHebron Instituto de Investigación (VHIR) y del grupo CIBER-EHD del Instituto de Salud Carlos III, además de catedrática de Medicina de la Universitat Autònoma de Barcelona, ha tenido una implicación directa. Concretamente, ha centrado su carrera profesional en el desarrollo de nuevos tratamientos para la hepatitis C, permitiendo la curación de esta enfermedad, especialmente en las poblaciones de alto riesgo. Además, esta especialista, quien ha recibido el Premio Fundación Lilly de Investigación Biomédica Clínica, advierte de que otro de los grandes retos sociales gira en torno a la importancia de llevar a cabo medidas de prevención, en las que reducir el consumo de alcohol y un estilo de vida saludable tienen un papel esencial.

María Buti subraya que “España será uno de los primeros países en eliminar la hepatitis C. Hemos sido innovadores desarrollando planes de micro eliminación”. Con el objetivo de combatir estas enfermedades, la OMS ha desarrollado un plan mundial estratégico para reducir al mínimo la mortalidad y los nuevos casos. “Para reducir la mortalidad y la incidencia, es imprescindible trabajar en programas de micro eliminación. Y ahora es el momento, porque tenemos herramientas para el diagnóstico y para el tratamiento, disminuyendo así la mortalidad por esta afección”, afirma.

La especialista confirma que se ha investigado de forma muy activa en la hepatitis B y eso se percibe por el desarrollo de tratamientos: existen algunos capaces de curar la enfermedad. Sin embargo, confiesa que aún queda bastante recorrido en la hepatitis B: a nivel mundial constituye la causa más frecuente de cáncer de hígado y aunque hay opciones terapéuticas, no es son curativas. “De hecho, uno de mis estudios ha sido demostrar que el tratamiento antiviral consigue que regrese la fibrosis. Sin embargo, no conseguimos abolir completamente el riesgo de cáncer hepático, solamente lo disminuimos y, concretamente, las personas con virus B continúan teniendo riesgo de desarrollar cáncer hepático”, explica la doctora.

La hepatitis B afecta a poblaciones vulnerables, pero también se adquiere por transmisión materno filial – de la madre al recién nacido -. “Yo creo que para nuestro país es todo un reto incorporar la hepatitis B al programa de eliminación de la hepatitis C. Debemos trabajar de forma más integrada ambas hepatitis virales, abordarlas de forma conjunta. Es cierto que en España tenemos una vacuna para prevenir esta enfermedad y que está contemplada en el calendario vacunal. Sin embargo, no es una enfermedad erradicada, pues seguimos viendo casos de hepatitis B en población española de más de 40 o 50 años, que no se han vacunado porque en aquel momento no estaba establecido en el programa de vacunación, y en algunas personas inmigrantes que en su país de origen no se inmuniza frente a esa infección”, explica la experta.

La relación de las enfermedades con los hábitos no saludables de salud

La doctora Buti actualmente es la responsable de Salud Pública de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado. Esta entidad centra sus investigaciones en la eliminación de las hepatitis virales. La doctora señala que Europa es la región donde hay mayor consumo de alcohol, siendo esta la causa más frecuente de enfermedad hepática. “Como consecuencia, estamos viendo un aumento de la incidencia de hígado graso. También se asocia a la obesidad y a la diabetes. Se llama hígado graso porque la grasa acumulada en el hígado hace que se despierten fenómenos de inflamación en el hígado, y cuando hay inflamación mantenida a la larga se produce cirrosis, fibrosis… La presencia de cirrosis incrementa el riesgo de desarrollar cáncer hepático. De hecho, los datos señalan que actualmente en España las causas principales de cáncer hepático son el alcohol, las hepatitis virales y el hígado graso”, indica la doctora.

Una alimentación que incluya el consumo de ultraprocesados y bebidas azucaradas y consumo de alcohol también contribuye a que se desarrollen estas enfermedades. “Tenemos evidencia de que las generaciones futuras tendrán más obesidad: van a comenzar a consumir alcohol mucho antes, tienen fácil acceso a productos poco saludables – además de recibir estímulos publicitarios constantes para consumirlos-. Todo esto, junto con una disminución del ejercicio, promueve la obesidad y en consecuencia el hígado graso”, detalla Buti.

Por último, Buti resalta la importancia de concienciar sobre enfermedades hepáticas en edades tempranas, advirtiendo de las consecuencias del alcohol, además del hígado graso. “Están destinadas a convertirse en las patologías más importantes, de las cuales no tenemos ningún tratamiento específico ni ningún fármaco milagroso que las cure en el momento actual, aunque hay varios fármacos en desarrollo. Hoy en día sabemos que cambiar el estilo de vida va a ser extremadamente útil y no sólo para el hígado, sino también para prevenir las enfermedades no comunicables como las enfermedades cardiovasculares, concluye.

 

Fuente: vallhebron.com

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