Éxito de una iniciativa para avanzar en el tratamiento de la hepatitis C en colectivos vulnerables
Un equipo conjunto de hepatólogos, psiquiatras, farmacéuticos y personal de enfermería del Hospital del Mar ofrecen un seguimiento individualizado a los pacientes que es encuentran en tratamiento por adicciones a drogas y, a la vez, están infectados por el virus de la hepatitis C.
El seguimiento se hace en el mismo centro de atención a la adicción. De esta manera, el proyecto PAM ADIC-C ha conseguido un grado de adherencia en el tratamiento antiviral de casi el 100%. La iniciativa se ha ampliado a los 6 centros de atención a las adicciones del área de referencia del Hospital del Mar (distritos de Ciutat Vella y Sant Martí y barrio de La Mina). La Organización Mundial de la Salud se ha marcado como objetivo antes del año 2030 reducir las muertes por esta infección el 65% y los nuevos casos el 90%. Uno de los colectivos en el cual menos se ha avanzado es en el de las personas que consumen substancias de abuso.
Uno de los colectivos en los cuales está resultando más complicado avanzar en los objetivos para la erradicación de la infección por hepatitis C es el de las personas que consumen substancias de abuso. Se trata de un grupo de personas con una elevada prevalencia de esta enfermedad, entre el 60% y el 70% han estado en contacto con el virus que la provoca y la mitad son portadores, pero con una muy baja adherencia al tratamiento. La hepatitis C es una enfermedad que afecta al hígado y para la cual no hay vacuna, pero sí un tratamiento con un muy alto porcentaje de curación.
Para mejorar el seguimiento de estos pacientes infectados con el virus de la hepatitis C, profesionales del Hospital del Mar han puesto en marcha el proyecto PAM ADIC-C (programa de atención multidisciplinaria a pacientes con adicciones). Una iniciativa conjunta de la sección de Hepatología del Servicio de Aparato Digestivo, los servicios de Psiquiatría y de Farmacia y el personal de enfermería de Hepatología, que consiste en una consulta conjunta multidisciplinaria en el mismo centro donde se ofrece a estas personas el tratamiento de su adicción (los centros de atención y seguimiento a las drogodependencias (CAS).
“Hemos tenido una respuesta muy buena, porque casi todos los pacientes que nos han derivado han sido tratados y se han curado”, explica la Dra. Montse García Retortillo, jefa de sección de Hepatología y una de las responsables del proyecto. La adherencia media al tratamiento roza el 100% y se ha reducido el número de pacientes con infección activa del 39% el año 2016, al 22% el 2019. De hecho, 82 pacientes han completado ya todo el protocolo de tratamiento y, hasta ahora, la tasa de abandono ha sido solo del 14%. Todo un éxito, según la Dra. García Retortillo, ya que “se trata de un gran avance hacia la microeliminación de la hepatitis C en el colectivo de personas adictas de nuestra área de influencia. Tratarlos tiene un doble efecto. En el ámbito individual, los beneficios en salud son enormes, pero, en el colectivo, cuantas más personas tratemos, más difícil es que haya reinfecciones y nuevos contagios”.
Consulta única
La gran dificultad para avanzar en el tratamiento de la hepatitis C en este colectivo era conseguir que los pacientes siguieran todo el protocolo hasta la curación. De hecho, el 36% de las personas incluidas en el programa habían sido derivadas anteriormente por sus médicos de cabecera de forma habitual, pero nunca habían iniciado el tratamiento. Y un 10% habían sido derivados tres o más veces.
Como explica la Dra. Francina Fonseca, adjunta a la Dirección del Proceso de Adicciones del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar (INAD), “se trata de un grupo de pacientes con importantes barreras para llegar al tratamiento y que presentan menor adherencia”. En primer lugar, “son pacientes que, en muchos casos, no están bien integrados en el sistema de salud, con baja conciencia de enfermedad y mitos sobre el mismo tratamiento, como el temor a tener que sufrir pruebas diagnósticas altamente invasivas, que actualmente ya no son necesarias. A todo ello, hay que añadir la importante problemática sobreañadida que sufren en forma de comorbilidad psiquiátrica y problemas sociales, que hacen que el tratamiento de la hepatitis C no haya sido una prioridad para este colectivo”. Por último, la Dra. Fonseca destaca que “también tenemos que asumir las barreras que el mismo sistema ha presentado, como la falta de cribado sistemático en algunas áreas, circuitos para llegar al tratamiento complicados, y el mismo estigma que puede haber desde el sistema sanitario”.
Para conseguir incrementar la adherencia al tratamiento de estos pacientes se optó por crear una consulta específica en el CAS Barceloneta (situado dentro del Hospital del Mar), en la cual se les citaba para realizar, en una única visita, todas las pruebas diagnósticas necesarias, así como la historia clínica. El mismo día se iniciaba el tratamiento. Todos los que lo han acabado se han curado, a excepción de un paciente, que se encuentra en un nuevo ciclo de tratamiento. Además, únicamente un paciente se ha vuelto a infectar. El programa incluye a personas que siguen tratamiento por desintoxicación en el centro, pero también otras que no lo hacen. El tratamiento se adapta para evitar interacciones con otros medicamentos prescritos a cada paciente, y tiene una duración de entre 8 y 12 semanas.
“Más del 90% de estos pacientes toman otros medicamentos, y en muchos casos, se detectan incompatibilidades con algunos de los tratamientos antivirales”, apunta la Dra. Elena González Colominas, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia. “En la primera visita se hace una revisión exhaustiva de esta medicación y después de valorar el mejor tratamiento posible, se dispensan los primeros días de tratamiento”. La recogida del resto de medicación y el seguimiento de la adherencia se gestiona desde el Servicio de Farmacia del Hospital del Mar de acuerdo con las características del paciente (domicilio, apoyo social, historial de tratamientos anteriores…). En el caso de pacientes sin domicilio, se realiza un seguimiento diario de la toma de medicación, el llamado ‘Tratamiento directamente observado’. El lugar de recogida també se adapta a la conveniencia del paciente para garantizar una adherencia óptima.
Ante el éxito inicial del proyecte, desde febrero de 2019 se ha ampliado el modelo a otros centros de tratamiento de adicciones de la zona de influencia del Hospital del Mar. En estos casos (CAS Sala Baluard, CAS Centre Fòrum, CAS La Mina, Robadors, CAS Garbivent y la Fundació CECAS), un educador del centro acompaña a los pacientes a la primera visita. Esta persona es la responsable de recoger la medicación y llevarla al CAS de origen, desde donde se dispensa. El control de la adherencia al tratamiento se hace desde el centro de origen, y, después, esta información se envía al Servicio de Farmacia del Hospital del Mar, donde se centralizan los datos. Los pacientes no vuelven hasta el final del tratamiento y a la visita de seguimiento para certificar la curación. El éxito del modelo ha llevado a sus impulsores a estudiar su aplicación a otros colectivos vulnerables, como es el caso de personas migradas procedentes de determinados países asiáticos con alta prevalencia de la enfermedad.
La hepatitis C
Se trata de una enfermedad del hígado causada por un virus, que no manifiesta síntomas durante bastante tiempo y que, a largo plazo, puede provocar tanto hepatitis aguda como crónica, así como cáncer hepático. En el mundo, se calcula que afecta a 71 millones de personas y provoca 400.000 muertes cada año. En Cataluña es una de las 15 principales causas de mortalidad. Las estimaciones cifran en casi 30.000 las personas infectadas, de las cuales, un 20% desconoce que lo está.
El virus se transmite a través de la sangre y una de las causas de transmisión es el consumo de drogas inyectadas compartiendo jeringuillas. Esta enfermedad tiene un tratamiento sencillo, breve, sin prácticamente efectos secundarios y muy efectivo, con una tasa de curación del 97%. La Organización Mundial de la Salud se ha marcado como objetivo ante del año 2030 reducir las muertes por esta infección el 65% y los nuevos casos el 90%. Este 2020, la Real Academia Sueca de Ciencias ha decidido otorgar el Premio Nobel de Medicina a los investigadores Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice por el descubrimiento del virus de la hepatitis C.
Fuente: parcdesalutmar.cat