Son aquellos alimentos que han sufrido algún tipo de alteración con el fin de darles mejor sabor, mayor durabilidad, etc. El problema reside en que, hay algunos procesos cuyo resultado final no se parece en nada al alimento original, en cambio otros simplemente garantizan que sea comestible y esté libre de contaminantes.

Tipos de alimentos procesados

La gente se pregunta a menudo cómo saber si un alimento es ultraprocesado y si hay diferentes tipos de procesamiento que se apliquen a lo que comemos. Y la realidad es que sí hay formas de saber el grado de procesamiento que tiene una comida y valorar hasta qué punto puede resultar poco saludable.

Alimentos no procesados

Los alimentos naturales o los no procesados son todos aquellos que no han sufrido ningún tipo de alteración ni procesamiento. Todas las frutas y verduras crudas, que solo han pasado por un lavado simple y se encuentran en su estado natural son alimentos no procesados.

Alimentos mínimamente procesados

Estos alimentos han sufrido modificaciones muy ligeras: han sido lavados a fondo, pelados, secados y/o rebanados. Las verduras y frutas que se venden para consumir directamente y NO tienen azúcares u otros edulcorantes añadidos, son buen ejemplo de ello o los zumos de naranja naturales que se exprimen delante del cliente.

Alimentos procesados ​​

En este caso se hace pasar a los alimentos por procesos más complejos, que implican un cambio en la naturaleza del mismo (hervido, cocinado al vapor, asado) y/o a los que se le agregan otros ingredientes (mezclado y elaboración), antes de ser envasados, como las verduras congeladas o en bote o la leche pasteurizada.

Alimentos ultraprocesados

Con el fin de mejorar la textura, el sabor y el perfil nutricional y/o para alargar la vida útil de los alimentos, estos son sometidos a procesamientos complejos, que implican el agregado de una larga lista de ingredientes, que en muchos casos son de origen artificial y de los que algunos resultan extremadamente dañinos para la salud.

¿Qué podemos comer?

De los alimentos reseñados, los naturales y los mínimamente procesados son sin dudas los más seguros, sanos y saludables. Y ello se debe a que, los procedimientos por los que puedan haber pasado no cambian su naturaleza ni sus valores nutricionales básicos.

Los alimentos procesados tienen una muy merecida mala fama, pero no todos son poco saludables, de hecho, hay algunos que se pueden consumir, siempre con moderación. Es fundamental preocuparse a la hora de la compra, de verificar en la etiqueta el contenido de determinados elementos, como los azúcares, el sodio, las fibras, la sal o las grasas.

En cuanto a los alimentos ultra procesados suelen tener una extensa lista de ingredientes artificiales que incluyen: conservantes, colorantes, aditivos, etc. cuyo único objetivo es mejorar ciertas propiedades como el sabor, el aroma o la tonalidad y hacerlos más agradables a los sentidos, más duraderos y/o más consistentes.

Este tipo de productos no solo no son sanos, porque no aportan nutrientes saludables, sino que pueden resultar perniciosos puesto que ​​suelen tener altos contenidos de sodio, azúcares y grasas trans y saturadas y lamentablemente las góndolas de los supermercados rebosan de ellos.

No sólo contienen elementos poco saludables, sino que los alimentos ultraprocesados tienen unas cantidades muy significativas de ingredientes artificiales y productos químicos adicionales, que el cuerpo no necesita en absoluto. Muchos de estos ingredientes están bajo sospecha de ser agentes cancerígenos.

La gran mayoría de estos alimentos no aporta ni vitaminas, minerales ni fibras, porque mediante el procesamiento y el agregado de sustancias, la naturaleza del alimento cambia de manera tan radical, que los nutrientes se pierden y solo queda un sabroso residuo potencialmente tóxico.

 

Fuente: ecoticias.com

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