Los pacientes con cirrosis por hígado graso tienen un alto riesgo a padecer, a corto plazo, cáncer o complicaciones hepáticas graves como, por ejemplo, la ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), la encefalopatía hepática, el sangrado de varices o las peritonitis bacterianas.

Así lo ha demostrado un estudio colaborativo liderado desde el área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas del CIBER (CIBEREHD), el Hospital Clínic de Barcelona, el Institut d’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS) y la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Barcelona (UB), en el que participan investigadores de varios grupos del CIBEREHD, y que ha sido publicado en la revista Comunicaciones de Hepatología.

La enfermedad por hígado graso no alcohólico es la enfermedad hepática crónica más prevalente en la población occidental, y su frecuencia está aumentando debido a su asociación con la epidemia de la obesidad y diabetes. Esta patología es consecuencia del acúmulo de grasa en las células hepáticas, que con el tiempo daña estos hepatocitos, que son sustituidos por depósito de colágeno o cicatrices. Cuando las cicatrices distorsionan la estructura normal del hígado es cuando hablamos de cirrosis.

“Los pacientes con cirrosis pueden estar completamente asintomáticos sin saber que sufren la enfermedad durante meses e incluso años. Sin embargo, si el daño sobre el hígado persiste, la enfermedad progresa y aparecen complicaciones asociadas a la cirrosis, pasando a la fase que llamamos cirrosis descompensada. Cuando los pacientes se descompensan aumenta mucho su mortalidad, y no hay actualmente más alternativas terapéuticas disponibles que el tratamiento de las complicaciones que produce o el trasplante hepático”, ha comentado la investigadora del CIBEREHD en el Hospital Clínic-IDIBAPS-UB y una de las coordinadoras de este estudio, Isabel Graupera.

La historia de cómo va progresando una cirrosis compensada por hígado graso no ha sido completamente caracterizada. Para avanzar en este camino, esta investigación se centró en describir cuál es la evolución de estos pacientes en la práctica clínica real y cuáles son los factores de riesgo que se asocian a la progresión de la enfermedad.

Para ello, el estudio incluyó datos de todos los pacientes con cirrosis compensada por hígado graso no alcohólico que hacían seguimiento en 9 centros hospitalarios en Cataluña (Hospital Clínic, Hospital Vall d’Hebron, Hospital del Mar, Hospital Josep Trueta, Hospital Germans Trias i Pujol, Hospital Parc Taulí, Hospital Joan XXIII, Hospital Arnau de Vilanova y Hospital de Figueres). En total, se analizaron casos de 449 pacientes con cirrosis compensada con una media de seguimiento de 4 años.

Los resultados revelaron una alta frecuencia de la progresión hacia la descompensación de la cirrosis durante este período de seguimiento. Un 28 por ciento de los pacientes presentaron algún tipo de descompensación asociada con la cirrosis. Entre estas complicaciones, la ascitis (21% de los casos) fue la más frecuente, seguida por la presencia de encefalopatía hepática (15%), la hemorragia por varices (9%) y la peritonitis bacteriana espontánea (3%).

El estudio también evaluó la incidencia de cáncer en esta cohorte, y encontró que un 12% de los pacientes presentaron cáncer intrahepático (hepatocarcinoma) y un 6% presentaron cáncer extrahepático. “La asociación entre cirrosis y cáncer de hígado es ampliamente conocida, así como la asociación entre obesidad y cáncer en general; una asociación que se ve confirmada en esta investigación”, ha enfatizado Graupera.

“Entre los factores que se relacionaron con un mayor riesgo de descompensación encontramos los parámetros de función hepática, como ocurre en otras etiologías. De entre todos los parámetros, la albúmina, como medida individual, era el que tenía mayor capacidad para identificar a los pacientes con mayor riesgo de descompensarse; y dado que la albúmina se mide de manera rutinaria en los pacientes con cirrosis, es una información útil y práctica para la práctica clínica. Confirmamos también que la presencia de signos de hipertensión portal se asociaba a un mayor riesgo de presentar complicaciones”, han dicho los investigadores.

Por tanto, prosiguen, los resultados confirman que los pacientes con cirrosis compensada por hígado graso tienen un alto riesgo de complicaciones que se asocian a una alta morbilidad y mortalidad. “Es por eso que debemos dirigir nuestros esfuerzos a identificar a esos pacientes asintomáticos con cirrosis por hígado graso para ofrecerles el mejor seguimiento y tratamientos que permitan evitar las descompensaciones. A pesar de que nuestro estudio aporta luz sobre la historia natural de la enfermedad, hacen falta nuevas investigaciones prospectivas que analicen con mayor detalle los factores que marcan la progresión y sobre todo cómo el manejo de las comorbilidades (obesidad y diabetes) y los nuevos tratamientos en ensayos clínicos puede impactar en la evolución de la enfermedad”, han zanjado.

 

Fuente: infosalus.com

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