Cuando la salida de la bilis al intestino se bloquea, se acumula en el hígado y puede provocar una enfermedad hepática grave.

Para el transporte de la bilis, el hígado depende de una red de tubos microscópicos, conocidos como canalículos biliares, formados por células hepáticas llamadas hepatocitos. Cuando se bloquea la salida de la bilis al intestino, se acumula en el hígado y puede provocar una enfermedad hepática grave.

En este contexto, investigadores del Instituto Max Planck de Biología y Genética Celular Molecular (MPI-CBG) de Dresde, junto con expertos del Hospital Universitario Carl Gustav Carus (UKD) de Dresde y del Hospital Universitario de Oslo (Noruega), han averiguado que la alta presión en los canalículos biliares altera la estructura. del tejido hepático y que una presión elevada conduce a la eliminación de los mamparos apicales, estructuras que se sabe que refuerzan dichos canalículos. Los canalículos biliares se agrandan hasta formar rosetas de células hepáticas que se observan en muchas enfermedades hepáticas.

Durante décadas, los médicos han utilizado las rosetas hepáticas como marcador en el diagnóstico de la enfermedad hepática colestásica para detectar estos trastornos. En estas estructuras, las células hepáticas anormales se disponen como pétalos de rosa alrededor de una pequeña abertura. Esta estructura en forma de rosa se puede identificar en muestras de tejido. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro por qué se formaron estas estructuras.

Presión como una posible causa de patologías hepáticas

En este estudio se identifica la presión como una posible causa común de diversas enfermedades hepáticas con obstrucción biliar y, por lo tanto, contribuye a una mejor comprensión de estas patologías.

Los grupos de investigación, dirigidos por Marino Zerial, director del MPI-CBG, y Jochen Hampe, del UKD, en colaboración con colegas del Hospital Universitario de Oslo, encontraron pruebas iniciales de que la estasis biliar conduce a un exceso de presión en los canalículos biliares microscópicos. La sobrepresión a largo plazo podría dañar el tejido hepático y, en consecuencia, provocar enfermedades hepáticas como la colangitis esclerosante primaria (CEP) y la colangitis biliar primaria (CBP).

Al acercarse a los cancálicos biliares mediante microscopía de alta resolución, los científicos ahora comprenden mejor lo que sucede en el sistema microcirculatorio del tejido hepático cuando está bajo alta presión: los hepatocitos forman conexiones transversales llamadas «mamparos apicales», que estabilizan los túbulos de los canalículos biliares. Pero cuando hay demasiada presión de la bilis, los hepatocitos de soporte estabilizadores comienzan a descomponerse. Esto conduce al ensanchamiento de los tubos y a la formación de las estructuras conocidas como «rosetas».

Gracias a técnicas de microscopía de fluorescencia de última generación, los investigadores entendieron que las rosetas de células hepáticas son secciones transversales de los canalículos biliares que sufren un exceso de presión debido a la estasis biliar. De este modo, los científicos han resuelto el misterio sobre las causas de la formación de estas estructuras, que se consideran una característica distintiva de la congestión biliar en el tejido hepático. Esto sugiere un vínculo directo entre el aumento de la presión en los canalículos biliares y la enfermedad hepática colestásica y mejora nuestra comprensión de estas enfermedades.

Carlotta Mayer, primera autora del estudio, explicó al respecto, «vemos rosetas de células hepáticas en las primeras etapas de la CEP en el tejido. Por lo tanto, son marcadores diagnósticos potenciales de las primeras etapas de la CEP y otras enfermedades hepáticas». Los resultados de la investigación sugieren que el exceso de presión en los canalículos biliares también puede influir en otras enfermedades del hígado, como la hepatitis. Esto podría abrir nuevas vías para la investigación de patologías hepáticas.

 

Fuente: immedicohospitalario.es

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