El manejo de la fatiga asociada con la enfermedad hepática crónica es difícil en la práctica clínica diaria. Aunque la fatiga se puede asociar a muchas enfermedades crónicas, es más frecuente en enfermedades con un componente inflamatorio.
La fatiga puede tener causas tanto neuromusculares (periféricas) como ser el resultado de cambios en la neurotransmisión dentro del cerebro (causas centrales). Sin embargo, la fatiga en la enfermedad hepática crónica tiene un fuerte componente social / y dependiente del entorno y, a menudo, se asocia con depresión y ansiedad.
Dada la creciente conciencia de los resultados que perciben los pacientes sobre su salud al evaluar los resultados del tratamiento y de la investigación clínica, existe una necesidad creciente de comprender y manejar mejor este síntoma debilitante pero no bien entendido. Aunque se han generado varias hipótesis sobre los mecanismos fisiopatológicos para explicar el desarrollo de la fatiga, la comprensión de la fatiga en pacientes con enfermedad hepática crónica sigue siendo incompleta. Si se comprendieran mejor las vías y los sistemas de neurotransmisores involucrados se podrían administrar terapias dirigidas específicas.
Actualmente, el manejo de la fatiga en la enfermedad hepática crónica puede implicar un uso combinado de métodos para mejorar componentes del comportamiento e intervenciones farmacológicas, se dispone de tratamientos tienen potencial para mejorar el manejo de la fatiga en la enfermedad hepática crónica. Sin embargo, faltan estudios para conocer el mejor enfoque y el objetivo bioquímico más apropiado, han sido escasos los ensayos clínicos para abordar este problema y con pocos casos. En esta revisión, se describen los conceptos actuales sobre el impacto de la fatiga y los síntomas relacionados en la enfermedad hepática crónica, se comentan teorías sobre su patogenia y se examinan enfoques actuales para su tratamiento.
Puntos clave
- La enfermedad hepática crónica (EHC) suele ir acompañada de síntomas complejos e interrelacionados, incluyendo la fatiga, que pueden afectar gravemente a la calidad de vida del paciente (CV).
- La fatiga puede ser de origen periférico o central, con mecanismos fisiopatológicos complejos que involucran vías de neurotransmisión alteradas.
- El principal enfoque para el manejo de la fatiga en la EHC es dar apoyo al paciente, ya que actualmente no se dispone de terapias farmacológicas específicas dirigidas a las anomalías fisiológicas.
- Los avances recientes en la comprensión de los mecanismos de la fatiga tienen la posibilidad de ofrecer intervenciones farmacológicas dirigidas a mejorar la fatiga.
Introducción
La enfermedad hepática crónica (EHC) afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo con una prevalencia que aumenta rápidamente debido al impacto continuo de la hepatitis viral y el impacto rápidamente creciente de la enfermedad hepática relacionada con la obesidad. La EHC puede tener su origen en diversas causas, como hepatitis viral, enfermedad hepática autoinmune (colangitis biliar primaria (CBP), hepatitis autoinmune (HAI) y colangitis esclerosante primaria (CEP), enfermedad del hígado graso no alcohólico / esteatohepatitis no alcohólica (NAFLD / NASH), enfermedad hepática alcohólica (ALD), así como enfermedades genéticas (hemocromatosis y deficiencia de alfa-1-antitripsina etc.).
La prevalencia de NAFLD en la población general es aproximadamente del 20% al 30% en los países occidentales y del 5% al 18% en Asia. La NAFLD consiste en un espectro de enfermedades hepáticas que van desde la simple deposición de grasa en el hígado (esteatosis; denominada hígado graso no alcohólico o NAFLD), a esteatosis con lesión inflamatoria asociada (NASH). Es importante destacar que la EHGNA puede, a su vez, provocar fibrosis, cirrosis y, en algunos casos, carcinoma hepatocelular (HCC).
La hepatopatía alcohólica también abarca un amplio espectro de lesiones hepáticas, que van desde la esteatosis simple hasta la hepatitis alcohólica que puede complicarse con fibrosis hepática y cirrosis. Según la Organización Mundial de la Salud, la morbilidad atribuible al alcohol en los países desarrollados explica la pérdida del 10% de los años de vida ajustados por discapacidad, superado sólo por el tabaco (12%). Dentro de esta cifra, la cirrosis es responsable del 70%-80% de la mortalidad por alcohol registrada directamente. Además de su notable impacto en la salud, esta enorme carga de morbilidad relacionada con la EHA tiene un impacto económico de unos 125.000 millones de euros anuales en Europa, lo que representa el 1,3% del producto interior bruto.
El enfoque del médico en la EHC es, naturalmente, el manejo del riesgo de vida asociado con la progresión de la enfermedad a cirrosis y sus complicaciones asociadas a través de terapias para ralentización de la enfermedad, el manejo de las complicaciones y, cuando sea necesario, el trasplante. Sin embargo, se aprecia cada vez más que la EHC puede ir acompañada de síntomas complejos presentes a lo largo de la enfermedad y que a menudo tienen un impacto sustancial en la calidad de vida del paciente (CV).
La enfermedad hepática crónica, independientemente de su etiología y estadio, suele ir acompañada de alteraciones como depresión y ansiedad que resultan de cambios asociados a la enfermedad en la neurotransmisión dentro del cerebro. Dichos cambios cerebrales podrían incluir fatiga, alteración del estado de ánimo (es decir, depresión y ansiedad), pérdida de apetito, alteraciones del sueño y pérdida de interés social; en conjunto, se han denominado conductas de enfermedad. La fatiga es un síntoma complejo que abarca una variedad de síntomas como letargo, malestar, flojedad y agotamiento. Aunque la fatiga podría ser una consecuencia de hacer actividades diarias normales, la fatiga suele ser el síntoma más frecuente en los pacientes con EHC y a menudo está estrechamente asociado con alteraciones del estado de ánimo, como depresión y ansiedad.
El objetivo de esta revisión es presentar de forma resumida los conocimientos actuales del impacto de la fatiga y síntomas relacionados en la EHC, las teorías que sustentan la patogénesis y, de gran importancia para los pacientes, los enfoques actuales para su tratamiento.
Conclusiones
La fatiga es un problema importante en pacientes con EHC. Existe una conciencia cada vez mayor de los resultados de salud percibidos por el paciente al recibir un tratamiento y también en los estudios de investigación clínica. Se han investigado varios mecanismos fisiopatológicos para explicar el desarrollo de la fatiga; sin embargo, los conocimientos sobre la fatiga en pacientes con enfermedad hepática son aún incompletos. Se precisan más estudios sobre las vías y los sistemas de neurotransmisores involucrados lo cual podría proporcionar terapias específicas dirigidas para la fatiga asociada a la enfermedad hepática crónica.
Fuente: NIH (Liver International)
Referencia: Swain MG, Jones DEJ. Fatigue in chronic liver disease: New insights and therapeutic approaches. Liver Int. 2019;39:6–19. https://doi.org/10.1111/liv.13919
Artículo traducido y adaptado por ASSCAT