Los nuevos tratamientos de Gilead que se empezaron a usar en 2015 revolucionaron el avance de la enfermedad.

El Plan Estratégico de la Hepatitis C que el Ministerio de Sanidad puso en marcha en 2015 y los nuevos tratamientos cambiaron el rumbo de la enfermedad en tan sólo unos años. Pero todavía queda un paso más para marcar historia y que España se convierta en el segundo país, tras Islandia, en lograr su eliminación a nivel mundial: diagnosticar a los pacientes perdidos. Para conseguirlo los especialistas apuestan por el cribado por edad a través de una prueba de sangre.

“En 2015, la hepatitis C era la principal causa de cirrosis y trasplante, sin embargo, en unos años se ha convertido en residual. Los resultados de los tratamientos han tenido un impacto asistencial impensable, incluso por nosotros mismos”, ha explicado José Luis Calleja, presidente de la Asociación Española de Estudios del Hígado (AEEH), en un encuentro organizado por Gilead sobre hepatitis virales donde se ha hecho un balance sobre su situación actual, así como la necesidad del diagnóstico integral y oportunista.

Concretamente, los especialistas sostienen que la población española nacida entre 1950 y 1980 es la que tendría que realizarse una prueba diagnóstica de esta patología al menos una vez en la vida. Una solución sencilla que ayudaría a localizar a dos tercios de pacientes. Consistiría en un test de sangre, que se puede hacer en una analítica, y que detecta tanto la presencia de anticuerpos como el virus activo.

Sin embargo, este factor todavía no forma parte de la estrategia nacional, pero sí de algunos planes regionales como en Cantabria y Galicia, lo cual genera “inequidades” en el propio territorio español. “Hay que aprovechar las oportunidades de contacto de los pacientes con el Sistema Nacional de Salud (SNS), optimizar procesos de cribado y diagnóstico y no dejar a nadie atrás en el abordaje”, ha resaltado Calleja.

Más de 22.000 pacientes sin diagnosticar

El 2030 es el año marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para eliminar esta enfermedad. Se espera que en ese momento se llegue a reducir la incidencia un 90%, disminuir la mortalidad un 65%, diagnosticar al 90% de los pacientes y que el 80% de ellos reciban tratamiento.

En este sentido, la posición de España está bastante avanzada. Según Manuel Romero, jefe de Sección de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Virgen del Rocío, hay que centrarse en las 76.5000 personas con hepatitis C en España que están en el SNS pero “se han perdido” y no reciben tratamiento; y en diagnosticar a un tercio de pacientes (22.500 personas) con infección activa pero que lo desconocen. “El plan fue ambicioso y ya van más de 160.000 pacientes tratados, ahora hay que llegar a los que quedan”, ha sostenido Romero.

Desde la farmacéutica Gilead trabajan tanto en la investigación de nuevos tratamientos como en la prevención y detección de la patología dentro y fuera de los hospitales. Marta Velázquez, directora de la Unidad de Enfermedades Hepáticas de Gilead España, ha indicado que hace 20 años que empezaron a estudiar las opciones para combatir las hepatitis virales y en estas dos décadas han presentado siete fármacos, que han servido para tratar a cuatro millones de personas, 100.000 en España.

Por un lado, ofrecen becas y apoyo a la generación de datos clínicos y farmacoeconomía para conseguir la microeliminación de la misma; mientras que por otro, buscan a los pacientes perdidos a través de las bases de datos de hospitales e intentan llegar a la población vulnerable con unidades móviles de cribado, acreditaciones de centros o charlas de concienciación.

Diagnóstico integral de hepatitis virales crónicas

Por su parte, Javier Crespo, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, ha destacado que estamos ante una “oportunidad histórica” para eliminar la hepatitis C. “La última maniobra para lograr nuestro objetivo es el diagnóstico integral de las hepatitis virales crónicas en una única extracción analítica. Aunque se sospeche un virus, hay que analizar el resto, puesto que comparten vías de transmisión y con una sola consulta con un único tubo de sangre se puede conseguir”, ha manifestado Crespo.

De hecho, detectar a estos pacientes es fundamental debido a la carencia de síntomas de la enfermedad. Tal y como especifica Crespo, el 25% de los nuevos casos detectados tienen riesgo de desarrollar cirrosis porque se les detecta en niveles avanzados.

 

Fuente: redaccionmedica.com

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