La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) se está convirtiendo en una peligrosa epidemia en las sociedades occidentales.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es la causa más común de enfermedades hepáticas en las poblaciones occidentales y una de las principales causas de trasplante de hígado. Una dieta poco saludable y la falta de ejercicio físico están detrás del auge de esta patología, que afecta al 90% de las personas con sobrepeso, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, la enfermedad no es exclusiva de esta población. Puede aparecer en personas con resistencia a la insulina (como la que produce la diabetes tipo 2), un elevado nivel de glucemia o altos niveles de triglicéridos en el torrente sanguíneo. La esteatohepatitis no alcohólica (EHNA) es la forma más agresiva de la enfermedad y se caracteriza por lesiones e inflamación de las células hepáticas, que inducen fibrosis hepática (cicatrización del tejido). El daño es similar al causado por el consumo excesivo de alcohol. Si no se trata, puede provocar insuficiencia hepática y cáncer de hígado.

Por el momento, no existen tratamientos farmacológicos aprobados ni una cura eficaz para la enfermedad. Sin embargo, diferentes investigaciones científicas han demostrado que la practica regular de actividad física puede reducir la presencia de grasa en el hígado. De hecho, un metanálisis de 14 estudios previos realizado por un equipo de la Facultad de Medicina de Penn State (Estados Unidos) ha confirmado que el ejercicio físico produce reducciones clínicamente significativas de la grasa hepática en los pacientes que sufren la patología. Además, los investigadores han identificado el ejercicio que es más eficaz para ello y el tiempo que hay que realizarlo para notar sus beneficios. Según el estudio publicado en la revista científica The American Journal of Gastroenterology, realizar sólo 22 minutos de caminata rápida al día puede ser suficiente.

Aunque trabajos anteriores sugerían que la actividad física era beneficiosa, no habían determinado la cantidad específica de ejercicio necesaria para lograr una mejora clínicamente significativa, definida como una reducción relativa de al menos el 30% de la grasa hepática, medida mediante resonancia magnética (RM).

Los investigadores revisaron 14 estudios con un total de 551 sujetos que padecían EHGNA y participaron en ensayos aleatorizados y controlados con intervenciones de ejercicio. Se tuvo en cuenta el sexo, la edad, el índice de masa corporal, el cambio en el peso corporal, el cumplimiento del régimen de ejercicio y la grasa hepática medida por RM. Independientemente de la pérdida de peso, el equipo descubrió que el entrenamiento con ejercicios tenía 3,5 veces más de probabilidades de producir resultados en comparación con los métodos convencionales de atención clínica. En un análisis secundario, determinaron cuál era la “dosis” óptima de ejercicio para lograr mejoras clínicamente significativas de la grasa hepática. Encontraron que el 39% de los pacientes que alcanzaron o superaron el equivalente a 150 minutos de caminata rápida semanal lograron alcanzar un umbral hepático saludable, en comparación con sólo el 26% de los que recibieron dosis menores de ejercicio.

Cuando se prescribió esta cantidad de ejercicio, se lograron reducciones clínicamente relevantes de la grasa hepática a un ritmo similar a las notificadas en ensayos farmacológicos de EHGNA en fase inicial en los que se evaluaron medicamentos que bloquean la producción de grasa. “El ejercicio es una modificación del estilo de vida, por lo que el hecho de que pueda igualar la capacidad de los fármacos en desarrollo para lograr el mismo resultado es significativo. Los clínicos que asesoran a pacientes con EHGNA deberían recomendar esta cantidad de actividad a sus pacientes. Caminar a paso ligero o montar en bicicleta durante media hora al día cinco veces a la semana es sólo un ejemplo de un programa que cumpliría estos criterios, afirma Jonathan Stine, profesor asociado de Medicina y Ciencias de la Salud Pública y hepatólogo del Centro Médico Penn State Health Milton S. y uno de los líderes del trabajo.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA) es una condición en la cual la grasa se acumula en el hígado de las personas que no beben cantidades excesivas de alcohol. La falta de medicamentos aprobados hace que sea crucial saber que algo tan simple como el ejercicio puede reducir la grasa del hígado y mejorar la salud física general y la calidad de vida del paciente.

 

Fuente: larazon.es

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