Iniciativas como la European Testing Week permiten detectar casos positivos en comunidades vulnerables.

En la prevención, diagnóstico y abordaje de la hepatitis, hay fechas marcadas ‘en rojo’ en el calendario de entidades y profesionales implicados en esta lucha. Algunas de ellas refieren a años (como 2030, horizonte en el que la OMS sitúa la posible eliminación de este virus) y otras señalan meses concretos de cada ejercicio.

Es el caso de mayo y noviembre, cuando tiene lugar la celebración de la European Testing Week, una iniciativa replicada de forma simultánea en varios países (entre ellos España) enfocada al diagnóstico de casos en colectivos de riesgo fuera del radar del sistema sanitario público. A saber: población inmigrante en situación ilegal o sin recursos, usuarios de drogas…

Es lo conocido como microeliminación de la hepatitis C. O, dicho de otra manera, la puesta en marcha de estrategias particulares, y con métodos específicos, de detección y eliminación de esta patología vírica en colectivos concretos de población. Su última ‘edición’ ha tenido lugar del 22 al 28 de noviembre en diversas ciudades europeas, como Madrid y Barcelona.

“El objetivo es detectar casos en poblaciones vulnerables y marginadas que están fuera del radar del sistema sanitario, en las cuales no se hubiera encontrado la infección o bien de forma muy tardía. Y, por otro, llevar a cabo una labor de concienciación en estos colectivos sobre la importancia de la prevención y la detección precoz”. Así presenta este proyecto uno de sus ‘ideadores’, Jeffrey Lazarus.

Origen y expansión

El actual jefe del Grupo de Investigación de Sistemas de Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) asistió al nacimiento de esta iniciativa durante su etapa profesional en Dinamarca y ahora mantiene su implicación con ella durante su ejercicio en España.

En origen, la European Testing Week estaba centrada exclusivamente en el cribado de VIH. Fue con su posterior réplica en Reino Unido y su ‘salto’ a otros países continentales cuando se amplió también al testeo de las hepatitis víricas.

Es una forma de dar visibilidad al problema que supone la hepatitis C y llegar a colectivos de riesgo, como usuarios de drogas o colectivos vulnerables, que no van normalmente al médico de atención primaria”, valora Juan Turnes, jefe de servicio del Aparato Digestivo del Complejo Hospitalario Universitario de Pontevedra y miembro de la Asociación Española de Estudio del Hígado (AEEH).

Acciones

Ya se ha detallado en las anteriores líneas el por qué, el dónde y el cuándo de esta iniciativa. Toca centrarse en el cómo.

En el marco de la European testing Week se desarrollan distintas acciones. Por ejemplo, unidades móviles recorren puntos clave de las ciudades para realizar charlas educativas y realizar test rápidos de hepatitis C, que permiten detectar el resultado en apenas 15 minutos. Si el mismo es positivo, se confirma con una posterior PCR, bien en máquinas habilitadas en las mismas unidades móviles o en laboratorio.

La selección de los enclaves en los que ejecutar esta iniciativa es pormenorizada. Por ejemplo, en Barcelona, uno de las jornadas se llevó a cabo en el entorno de la mezquita de Badalona “donde se reúne mucha población inmigrante sin recursos”, detalla Lazarus. Otra de ellas puso el foco en la comunidad senegalesa de Mataró.

Tan importante es la óptima selección del lugar donde realizar estos testeos como la ‘puesta en escena’. Para ello, el equipo de sanitarios que promueven estas estrategias suelen apoyarse en personas de referencia para estas comunidades. “Siempre contamos con agentes comunitarios para generar más aceptabilidad en estos colectivos. Incluso, les ofrecemos formación para realizar sesiones educativas previas a los cribados en el mismo idioma de la comunidad en cuestión, y para que realicen ellos mismos la prueba rápida y la recogida de muestras de sangre seca”, apunta a GM Elisa Martró, investigadora en el Servicio de Microbiología del Hospital Universitario e Instituto de Investigación Germans Trias i Pujol de Badalona.

La ‘estrategia’ da sus frutos: el 95% de los participantes en estas actividades educativas accede posteriormente a realizarse la prueba. Por vez primera, podría concretarse, Y es que apenas un 10% de ellos se había realizado un test al respecto con anterioridad a lo largo de su vida. Incluso, “en torno a la mitad de los participantes en estas actividades suele desconocer que es la hepatitis C”, asevera esta especialista.

Resultados y continuidad asistencial

En España, la European Testing Week se puso en marcha por primera vez en 2019. Después, ya lo saben, irrumpió la pandemia de la COVID-19 para trastocar los planes respecto a ediciones posteriores. Ahora se ha podido retomar con la cierta normalidad aparejada al trascurso de la pandemia.
Aun así, los impulsores de esta iniciativa (entidades y asociaciones sociales y sanitarias, acompañados por profesionales a título particular) manejan datos que refrendan el valor, y éxito, de esta estrategia de microeliminación.

Por ejemplo, respecto a una de las acciones en las que participó personalmente Martró, dirigida a la comunidad paquistaní de Barcelona, de las cerca de medio millar de pruebas realizadas se detectó que un 4,6% de personas tenían anticuerpos y un 1,2% tenían hepatitis activa. Precisamente, esta doctora en Biología ha presentado los resultados de esta campaña con la población de Paquistán, Senegal y Rumanía en la edición anual del International Viral Hepatitis Elimination Meeting.

Mientras, su compañero Jeffrey Lazarus también confirma la detección de decenas de casos positivos en las acciones en las que ha participado. “Cuando se llega a gente vulnerable, es lógico encontrar casos”, apunta.

El ‘debe’ de la iniciativa en España

“El objetivo principal de estas campañas es detectar casos positivos por serología que, aunque no les completes el diagnóstico porque más de la mitad no van a tener infección activa, les llamas la atención para conectarlos con el sistema sanitario”, recuerda Turnes.

Pero es ahí, precisamente, donde la iniciativa española presenta un ‘debe’ respecto a sus homólogas europeas. En las campañas de otros países, cuando se detecta un caso positivo en el marco de la European Testing Week, inmediatamente pasa a ser vinculado oficialmente al sistema sanitario. “En España no son campañas oficiales conectadas directamente al sistema sanitario”, confirma Turnes.

“Efectivamente, cuando se hacen los test es muy importante asegurar el vínculo con el sistema sanitario. Esto es un punto débil de España. En otros países sí se deriva directamente”, corrobora Lazarus.

Nuevamente, como en tantas otras situaciones, el problema se soluciona con la implicación y buen quehacer de los profesionales voluntarios. Intentamos que haya un vínculo inmediato entre la detección del positivo y la derivación a la Unidad de Salud Internacional, explica Martró respecto al procedimiento. “Allí se les realiza una analítica y aquellos pacientes que tengan hepatitis C y un grado de fibrosis que no sea avanzado, reciben ahí el tratamiento. La prescripción se realiza a distancia desde el hospital pero la dispensación se realiza en esta Unidad. El objetivo es evitar que los pacientes tengan que desplazarse y vincular directamente el diagnóstico al tratamiento, explica esta investigadora.

Cabe recordar que los objetivos de eliminación de la hepatitis C pasan conseguir un 90% de tasa de diagnóstico y, cuando menos, un 80% de vínculo al tratamiento.

Lucha contra el infradiagnóstico

Iniciativas como estas enfocadas a colectivos o segmentos de población concretos aportan su grano de arena en la lucha contra el diagnóstico. “España, en general, está comprometida frente a las hepatitis víricas, pero hay que ir más allá de estas iniciativas, o bien que las mismas estén apoyadas por las Administraciones”, dice Lazarus.

¿Por qué sigue existiendo este infradiagnóstico? “Siempre ha sido una enfermedad oculta, porque al ser una enfermedad que no da síntomas hasta fases muy avanzadas, los pacientes no se presentan en la consulta”.

“Si no están diagnosticados, tienes que ir a buscarlos. Aun así, España es un país bastante avanzado. Aunque no todas las CCAA tienen planes estructurados de eliminación, en muchas CCAA se han llevado a cabo actividades para ‘recuperar’ a pacientes diagnosticados que no estuvieran en tratamiento por diferentes motivos o diagnosticar nuevos pacientes”, apunta por su parte Turnes.

El miembro de la AEEH añade que, “esto hace que en España el problema sea menor que en otros países y nos acerquemos a los objetivos de eliminación que marca la OMS. Pero es cierto que en algunas CCAA, el diagnóstico en colectivos vulnerables es aún un gran reto”.

 

Fuente: gacetamedica.com

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