La obesidad infantil es un importante problema de salud pública y una condición de salud grave y compleja que afecta a casi 1 de cada 5 niños en edad escolar en los Estados Unidos.

Los niños aumentaron de peso a un ritmo más rápido durante el período pandémico de COVID-19 (del 1 de junio de 2020 al 30 de noviembre de 2020) que durante el período previo a la pandemia (del 1 de enero de 2018 al 29 de febrero de 2020). En conclusión, los niños más pequeños en edad escolar (6-11) experimentaron una tasa de cambio de IMC (Índice de Masa Corporal) 2,5 veces mayor que antes de la pandemia.

Aunque la genética y otros factores contribuyen a la obesidad infantil, los cambios en los entornos donde los niños viven, aprenden y juegan pueden ayudarlos a lograr y mantener un peso saludable.

De media, los niños estadounidenses pasan de 6 a 7 horas al día en la escuela. Esta cantidad de tiempo hace que las escuelas sean un entorno ideal para los esfuerzos de prevención de la obesidad, lo que incluye hacer más actividad física, comer alimentos saludables y recibir servicios de enfermeras y asesores escolares.

 

Fuente: cdc.gov

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