La enfermedad hepática grasa severa aumenta el riesgo de cáncer de hígado
Las personas con casos avanzados de enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD) pueden necesitar ser vigiladas para detectar cáncer de hígado, según sugiere un gran estudio de Estados Unidos.
Se sabe que la enfermedad hepática grasa está relacionada con un mayor riesgo de un cáncer de hígado peligroso llamado carcinoma hepatocelular o HCC. Pero los médicos no han sabido si algunos pacientes corren más riesgo que otros.
El nuevo estudio mostró que cuando NAFLD avanza hacia donde los pacientes tienen cicatrización hepática o cirrosis, su riesgo de HCC es dramáticamente más alto.
NAFLD es la principal causa de enfermedad hepática crónica en EEUU, que afecta aproximadamente al 30% de la población adulta. A menudo asociada con la obesidad y la diabetes, implica una acumulación de grasa en el hígado no causada por el consumo de alcohol.
Los hallazgos sugieren que las personas con NAFLD y cirrosis deben ser monitoreadas por HCC, escriben los autores en la revista Gastroenterology.
Entre las personas con NAFLD menos grave, el riesgo de cáncer de hígado no era particularmente alto.
Por lo tanto, la necesidad de un monitoreo regular no se aplica a todas las personas con NAFLD, explicó el Dr. Talal Adhami a Reuters Health en una entrevista telefónica. Adhami, miembro del Comité Asesor Médico Nacional de la American Liver Foundation, no participó en el estudio.
De hecho, la mayoría de las personas con NAFLD nunca desarrollan cirrosis. En un estudio anterior, por ejemplo, sólo el 5% de las personas con NAFLD desarrollaron cicatrización hepática durante aproximadamente ocho años de seguimiento.
Los investigadores analizaron los datos de la Administración de Salud de Veteranos (Veterans Health Administration) en cerca de 300.000 personas con hígado graso no alcohólico (NAFLD, en sus siglas en inglés) y un número similar de personas con hígado saludable que fueron rastreados por un promedio de 11 años.
En el transcurso de un año, se diagnosticó aproximadamente un caso de cáncer de hígado en cada 50.000 pacientes con hígado sano. Como era de esperar, la tasa fue más alta entre las personas con NAFLD: un caso de cáncer por cada 5.000 personas.
Pero para los pacientes con hígado graso no alcohólico y cirrosis, el riesgo fue marcadamente más alto. En el transcurso de un año, los investigadores diagnosticaron más de 50 casos por cada 5.000 pacientes con enfermedad hepática avanzada.
El estudio también encontró tasas más altas de HCC en hombres y pacientes mayores, y tasas más bajas en mujeres y pacientes menores de 45 años. El riesgo fue mayor en personas hispanas mayores y relativamente bajo en adultos afroamericanos.
El líder del estudio, el Dr. Fasiha Kanwal, del Baylor College of Medicine y Michael E. del Bakey Veterans Affairs Medical Center en Houston, Texas, dijo en un comunicado que el estudio fue el primer gran estudio de cohortes diverso para cuantificar el riesgo de HCC en pacientes con NAFLD.
“Este estudio da una idea de a quién debes poner en tu radar para la detección y qué otros pacientes tienen menos riesgo de desarrollar HCC”, afirmó Adhami.
La American Liver Foundation señala en su sitio web que aún no hay tratamientos para NAFLD. “Comer una dieta saludable y hacer ejercicio regularmente puede ayudar a evitar que el daño hepático comience o revertirlo en las primeras etapas”, explica el grupo. Las personas con NAFLD también deben ver a un médico que se especialice en el hígado; perder peso, si tienen sobrepeso u obesidad; reducir su colesterol y triglicéridos; controlar sus niveles de azúcar en la sangre; y evitar el alcohol.
Fuente: reuters.com (Gastroenterology, agosto 2018)
Noticia traducida por ASSCAT