Hepatitis C

Nutrición y dieta

Es muy importante seguir una dieta saludable y equilibrada ya que el hígado procesa y filtra todo lo que comemos y bebemos. Se recomienda una dieta baja en grasas y en sal, rica en carbohidratos complejos y que contenga las suficientes proteinas.

Evitar ciertos alimentos puede reducir el esfuerzo de asimilación y desintoxicación del hígado, y puede mejorar el estado general de salud del mismo.

Los alimentos procesados contienen a menudo aditivos químicos, por lo que se recomienda reducir el consumo de alimentos enlatados, congelados y en conserva.

Mejor consumir frutas y verduras de cultivo biológico que evitan los pesticidas y fertilizantes que se utilizan en la agricultura convencional.Es importante leer las etiquetas para conocer los ingredientes.

Las proteínas derivadas de las aves, el pescado y los vegetales son las más beneficiosas. Se recomienda a todas las personas con cualquier enfermedad hepática que no consuman mariscos crudos o poco cocinados (incluso si son inmunes a la hepatitis A). Se recomienda a las personas que viven con VHB que eviten los alimentos ricos en grasas, sal o azúcar. La cafeína es una sustancia química que debe ser procesada por el hígado, por lo que se recomienda limitar su consumo reduciendo la cantidad de café, té y bebidas gaseosas. Dado que el chocolate tiene un elevado contenido en grasas (y en algunos tipos, también en cafeína), debe consumirse con moderación. Algunas personas con hepatitis C no pueden tolerar los productos lácteos. Si ese es el caso, pueden tomar sustitutos de la leche tales como leche de soja o de arroz.

Una dieta bien equilibrada debería contener todas las vitaminas esenciales necesarias, pero algunas personas toman además suplementos vitamínicos. Los suplementos de megavitaminas pueden ser perjudiciales. Debe evitarse el consumo elevado de vitaminas A y D; la vitamina A puede ser muy tóxica para el hígado. Si es necesario tomar vitaminas y minerales suplementarios, es preferible elegirlos sin hierro y en dosis bajas.

Todos estos consejos son solo orientativos y los pacientes con VHC deben consultar a un nutricionista o dietista titulado para recibir las indicaciones dietéticas más adecuadas en cada caso. No inicie ninguna dieta no convencional sin consultar previamente con un profesional de la salud. Asimismo,asegúrese de informar a su médico o a su hepatólogo sobre las vitaminas que esté tomando.

En cuanto al abuso del alcohol está demostrado que puede acelerar en gran medida la progresión de la enfermedad. Un estudio reciente ha mostrado que el 58% de un grupo de bebedores con el VHC (que tomaban más de cinco copas al día) desarrollaron cirrosis, en contraste con tan sólo el 10% del grupo de no bebedores infectados con el VHC. Todavía no se sabe si el consumo ligero o moderado de alcohol es dañino para el hígado, pero la mayor parte de los expertos recomiendan evitar el alcohol a las personas con el VHC.

La mayoría de drogas y fármacos se procesan en el hígado. Las personas con VHC deben evitar el consumo de drogas recreativas y de tabaco ya que todas se procesan en el hígado.En cuanto a los medicamentos consultad siempre con vuestro médico de cabecera o vuestro hepatólogo antes de tomar fármacos ya sean con o sin receta. También se ha demostrado que determinados tratamientos de plantas medicinales causan daños al hígado. Por tanto mucha prudencia con las plantas de herbolario.

Es importante destacar que cada persona es diferente y lo que un paciente con hepatitis C puede tolerar bien a otro puede sucederle lo contrario. Por tanto es importante que cada uno adapte su dieta según su experiencia  individual.

Es importante también tener en cuenta que se deben evitar las comidas copiosas. Es muy aconsejable comer poco y a menudo. Unas cinco veces al día. Si se cena pronto es muy aconsejable tomar un pequeño tentenpié antés de acostarse.

Con el fin de prevenir el empeoramiento de la enfermedad hepática y ganar en calidad de vida, a las personas que viven con hepatitis C crónica se les recomienda realizar una serie de cambios en los hábitos de su estilo de vida.

Entre ellos se incluyen seguir una dieta sana y variada, practicar ejercicio físico de manera regular, pero sobre todo, se insiste en la importancia de abandonar el consumo de alcohol ya que las personas con hepatitis C que beben alcohol aunque sea de forma moderada, tienen mayor riesgo de progresar a cirrosis y, además, de hacerlo en menor tiempo y también tiene mayor riesgo de padecer cáncer de hígado. Numerosos estudios científicos avalan esta información.

Sin embargo y pese a que la abstinencia de alcohol es el cambio más obvio que puede influir positivamente en la salud del enfermo de hepatitis también se recomienda dejar de fumar aunque la mayoría de personas desconocen el papel que tiene el consumo de tabaco sobre la hepatitis.

Debido a que el humo del cigarrillo contiene muchas toxinas y carcinógenos conocidos, se ha aconsejado desde siempre que las personas con hepatitis C dejen de fumar. No se tenían sin embargo datos que avalasen el daño directo del tabaco sobre el hígado. Varios estudios han examinado la relación entre la hepatitis C y el tabaquismo, concluyendo que el tabaco también puede acelerar la progresión de la enfermedad. Según la revista Clinical Gastroenterology & Hepatology “Una persona con hepatitis C que fuma tiene una posibilidad radicalmente mayor de contraer cáncer de hígado que aquella que no fuma” en concreto, los individuos con hepatitis crónica que fuman más de un paquete de tabaco al día durante 10 años tienen mucho más riesgo de tener un cáncer de hígado que los no fumadores.

Además en la misma revista apuntan que “los fumadores con hepatitis C crónica pueden ser más propensos que los no fumadores a desarrollar fibrosis hepática” y que “el tabaquismo, independientemente  de alcohol, podría agravar la actividad histológica de la hepatitis C crónica”.

En otro estudio publicado en octubre de 2008 en el International Journal of Cancer, se llevó a cabo una investigación con hombres y mujeres afectados por hepatitis C crónica con el fin de conocer los factores de riesgo en esta población para el desarrollo de Hepatocarcinoma (cáncer de hígado).Los investigadores encontraron diferencias entre hombres y mujeres fumadores con hepatitis C a la hora de desarrollar cáncer de hígado; “Los hombres con hepatitis C que fuman tienen más de 136 veces mayor riesgo de carcinoma hepatocelular que las mujeres” ”Las mujeres con hepatitis C que consumen grandes cantidades de alcohol tienen más de 13 veces mayor riesgo de hepatocarcinoma.”

Por otro lado es interesante recordar que la mayor parte de la nicotina es metabolizada por el hígado, produciendo un metabolito llamado cotinina, el cual se mantiene en la sangre durante unas 48 horas. Solo entre el 10% y el 15% de la nicotina se elimina directamente mediante la orina.

Es necesario disponer de esta información para poder reflexionar y plantearnos que son pocas las cosas que podemos hacer para controlar el desarrollo de la enfermedad, en nuestras manos no está generalmente el que el tratamiento funcione o no si se cumple con el grado de adherencia óptimo. Sin embargo instaurar o modificar ciertas conductas que son perjudiciales para nuestra salud si depende de nosotros. El paciente debería hacerse la siguiente pregunta ¿Qué puedo hacer yo ,como paciente, para poder vivir más y mejor con mi enfermedad? Una de las acciones que seguro son positivas es dejar de fumar.

18/06/2018

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