Todos los curados del coronavirus desarrollan anticuerpos, según un estudio de Nature

Los expertos dicen que con “toda probabilidad” los anticuerpos de una persona que haya sufrido el coronavirus nos protegen contra una nueva infección, pero no se asegura aún que la inmunidad sea total ni que sea para toda la vida.

“La vacuna contra el coronavirus disponible en diciembre para los más frágiles”, afirma el presidente de una sociedad italiana asociada a la Universidad de Oxford.

Acuerdo con la multinacional AstraZeneca para la producción y distribución a escala global

“Aunque en cantidades variables, los pacientes curados de COVID-19 producen anticuerpos contra el virus. Esto hace que el diagnóstico serológico sea fiable y, si los anticuerpos son protectores, promete una buena inmunidad”. Así lo destaca en Twitter el más célebre virólogo italiano, Roberto Burioni, la “buena noticia” publicada en Nature, firmada por científicos de la Universidad de Medicina de Chongqing. “Se trata de un artículo que muestra que 285 de 285 (100%) pacientes con COVID-19 desarrollan anticuerpos IgG contra Sars-CoV-2 dentro de los 19 días desde el inicio de los síntomas clínicos”, resume Guido Silvestri, profesor de Virología de la prestigiosa Universidad Emory de Atlanta, donde dirige uno de los laboratorios de investigación más avanzados en Microbiología e Inmunología.

Silvestri considera que es una “gran píldora de optimismo”, y explica en la web científica italiana Medical Facts por qué es relevante el estudio de Nature, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo: “El estudio es importante, ya que confirma que nuestro sistema inmunitario monta una respuesta de anticuerpos contra el virus, una respuesta que con toda probabilidad, basada en el SARS-1 y MERS anteriores, así como en modelos animales de infección por coronavirus, protege para no ser contagiado nuevamente o al menos contra el retorno de la enfermedad. Todavía no podemos saber cuánto dura esta respuesta, pero los precedentes con virus similares sugieren que debería durar al menos 12-24 meses”.

En definitiva, los expertos dicen que con “toda probabilidad” los anticuerpos de una persona que haya sufrido la COVID-19 nos protegen contra una nueva infección de coronavirus, pero no se asegura todavía que la inmunidad sea total ni que sea para toda la vida. “Los resultados son buenos, el optimismo es justo, pero todavía no hay que descorchar la botella de champán”, asegura el profesor Pierangelo Clerici, presidente de la Asociación de Microbiólogos Clínicos.

Precisamente, el profesor Burioni recuerda, hablando de anticuerpos, que muchas enfermedades sólo se padecen una vez en la vida porque el organismo produce anticuerpos que nos protegen para siempre; pero en otras enfermedades puede haber una “recaída” si los anticuerpos producidos no nos protegen para toda la vida, como sucede con la hepatitis C.

Se considera importante y novedoso este estudio que acaba de aparecer en Nature porque la Organización Mundial de la Salud había precisado a propósito de la inmunidad: “Hasta la fecha, 24 de abril 2020, ningún estudio ha evaluado si la presencia de anticuerpos a la COVID-19 confiere inmunidad frente a una futura infección por este virus en los seres humanos”.

Optimismo sobre vacuna

A esta buena noticia, se añade otra esperanzadora desde Roma y Oxford, porque el tiempo para obtener la primera vacuna podría ser extraordinariamente corto, si la experimentación iniciada resulta eficaz y segura, aunque la producción en gran escala para todo el mundo necesitará más tiempo. El mérito se dividiría en partes iguales entre la empresa italiana, Advent-Irbm de Pomezia (Lazio), que está desarrollando el inmunizador en colaboración con los científicos del Instituto Jenner de la Universidad de Oxford. Ambas han llegado a un acuerdo con la multinacional farmacéutica AstraZeneca para imponer una mayor aceleración en la finalización de la vacuna contra COVID-19.

Según el acuerdo, AstraZeneca será responsable del desarrollo, producción y distribución de la vacuna en todo el mundo. Así lo ha confirmado Matteo Liguori, gerente de la compañía italiana, a la agencia italiana AdnKronos. Por la situación de emergencia, se les ha permitido pasar a la experimentación con personas tras las pruebas de laboratorio con macacos, cuyo genoma coincide en un 97,5% con el humano. En esos experimentos se ha comprobado su eficacia y seguridad, pues no es tóxico. Ya se ha iniciado la experimentación con 500 voluntarios sanos y si los resultados son positivos comenzará la fase posterior con 5.000 personas a finales de mayo. El optimismo es tal que el presidente de Irbm, Pietro Di Lorenzo, adelanta una fecha concreta para aplicar la vacuna, si se comprueba también la seguridad y eficacia en humanos: “Para diciembre, si todas las pruebas dan los resultados positivos que esperamos, habrá un primer stock de la vacuna Pomezia-Oxford disponible para comenzar a vacunar algunas categorías más frágiles”.

“Nunca vista una carrera parecida”

Sorprende y maravilla la carrera desatada, sin precedentes, por el objetivo de una vacuna y terapia contra el coronavirus a Alberto Mantovani, director científico del Instituto Clínico Humanitas en Rozzano (Milán) y profesor de la Universidad Humanitas, el inmunólogo italiano más citado en la literatura científica mundial. “Hablamos mucho entre colegas en todos los países (dice al diario La Repubblica); en 40 años de investigación no recuerdo haber compartido un momento más intenso y transparente que este. Pero cuando la palabra pase a producción e intercambio, me temo que las reglas del juego cambiarán. Tenemos más de cien equipos de investigación trabajando en todo el mundo. Se siguen caminos muy diferentes, y ésta es una buena señal. Nunca hemos creado una vacuna de coronavirus. Sabemos que hay dificultades técnicas importantes. Tener tantos caballos involucrados en la misma carrera, cada uno con una táctica de carrera diferente, nos da una excelente oportunidad de que alguien realmente llegue a la meta”.

Fuente: abc.es