Estudios sobre el cáncer de hígado y la hepatitis vírica

28/11/2017 | Noticias de prensa

Las personas que alcanzaron una respuesta virológica sostenida gracias al tratamiento de la hepatitis C redujeron aproximadamente en un 70% el riesgo de sufrir hepatocarcinoma (HCC) con independencia de si fueron tratadas con nuevos antivirales de acción directa (AAD) o con la antigua terapia basada en interferón, según los hallazgos presentados en un estudio en el Congreso de la Asociación Americana para el Estudio del Hígado (AASLD, en sus siglas en inglés), que tuvo lugar del 20 al 24 de octubre en Washington DC (EEUU).

Los hallazgos proceden de la mayor cohorte de personas tratadas de hepatitis C: 62.354 personas en los hospitales regentados por el Departamento de Asuntos para Veteranos de EEUU.

Tras tener en cuenta más de 20 factores (como las características demográficas, el genotipo del VHC, la coinfección por el VIH o la hepatitis B y la gravedad de la enfermedad hepática), la respuesta virológica sostenida al tratamiento se relacionó con un descenso del 68% en el riesgo de nuevos casos de hepatocarcinoma entre las personas sin cirrosis y una reducción del 50% entre las que sí tenían cirrosis.

Estos hallazgos vienen a confirmar los resultados de otros estudios de gran tamaño que reflejaron que el tratamiento con los AAD no está vinculado con un mayor riesgo de sufrir cáncer de hígado en personas sin historial previo de este tipo de cáncer. Este estudio no aborda la cuestión de si el tratamiento con AAD aumenta el riesgo de recurrencia de hepatocarcinoma, como han indicado varios estudios previos.

Un segundo estudio, realizado con personas de Taiwán que presentaban una hepatitis B crónica, evidenció que el riesgo de desarrollar cáncer de hígado se redujo en un 37% a lo largo de un periodo de seguimiento de cuatro años en personas que tomaban aspirina de forma diaria. La mayor parte de los participantes no tomaban tratamiento de la hepatitis B y sólo el 5% presentaban una enfermedad hepática avanzada (cirrosis).

Las directrices de tratamiento de EEUU recomiendan el uso de aspirina como tratamiento preventivo en personas que presentan un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, y para reducir el riesgo de cáncer de colon. Otros países se han mostrado más cautos a la hora de recomendar el empleo de aspirina como método de prevención primaria de la enfermedad cardiovascular, debido al riesgo de que se produzcan hemorragias gastrointestinales.

En un estudio de gran tamaño llevado a cabo por un equipo de investigadores de Hong Kong (donde 600.000 personas recibieron seguimiento durante un promedio de siete años) se descubrió que el uso diario de aspirina redujo en un 47% el riesgo de cáncer hepático y también redujo el riesgo de otros cánceres del aparato digestivo. El estudio se realizó entre la población general. Estas conclusiones fueron presentadas recientemente en la 25ª Semana de la Gastroenterología de la Unión Europea, celebrada en la ciudad de Barcelona.

En la actualidad, no existe ninguna recomendación respecto al empleo de aspirina como prevención del cáncer de hígado y será necesario efectuar un análisis más exhaustivo de los resultados antes de poder extraer cualquier recomendación. Es importante ser conscientes de que el uso diario de aspirina (incluso en dosis bajas) entraña un riesgo pequeño, aunque no descartable, de que se produzcan hemorragias gastrointestinales.

 

Fuente: infohep.org
Noticia traducida por ASSCAT

28/11/2017

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