En la eliminación de las hepatitis víricas debe usarse el abordaje adecuado en cada caso
Se ha celebrado la primera gran conferencia europea centrada en la eliminación del virus de la hepatitis C desde la publicación de la estrategia de la OMS en 2016.
La frase «En la eliminación de la hepatitis vírica debe usarse el abordaje adecuado en cada caso» se convirtió en una muletilla repetida de varias maneras en las presentaciones y debates de la conferencia temática de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, por sus siglas en inglés) con el título «Striving towards the elimination of HCV infection«, que acaba de concluir en Berlín.
Tanto en los debates sobre prevención e intervenciones en la población usuaria de drogas inyectadas, como sobre la mejora de la vinculación a la atención o el propio tratamiento, los asistentes coincidieron en que no existe una puerta al éxito para la eliminación de la hepatitis C. Sin embargo, hay una serie de estrategias basadas en la evidencia para el impacto que los más de 30 conferenciantes en las seis sesiones de debate temáticas expusieron de manera muy eficaz.
Este encuentro, celebrado los días 2 y 3 de febrero de 2018, fue la primera gran conferencia europea centrada en la eliminación del virus de la hepatitis C (VHC) desde la publicación de la estrategia contra las hepatitis víricas de la OMS en 2016 y la aceptación del objetivo de eliminación de las hepatitis víricas como reto de la salud pública para el año 2030. El evento reunió a 275 representantes de 35 países y diversos sectores para una variedad de charlas que abarcaban diferentes áreas de experiencia y grupos interesados.
Entonces, ¿cómo lo hacemos? Bueno, puede que la conferencia no fuera dirigida a que finalizara en concreto en esta etapa, sino que cada ponente hizo sus aportaciones para completar este rompecabezas en constante desarrollo.
Los expertos abordaron la mejora de la salud y los sistemas en general, un objetivo más complejo y con mayor impacto que la reducción general de la prevalencia de hepatitis.
La mejora de la participación de los pacientes vulnerables también fue señalada como un elemento clave para aumentar el tratamiento del VHC. El enfoque de este evento fue amplio y dirigido a encontrar soluciones adecuadas a la realidad polifacética, con la agenda de eliminación como una constante de fondo. Los expertos abordaron la mejora de la salud y los sistemas en general, un objetivo más complejo y con mayor impacto que la simple reducción general de la prevalencia de hepatitis.
*Fuente: El conjunto continuo de servicios paras las hepatitis víricas y la cascada de retención (Estrategia mundial del sector de la salud en las hepatitis víricas, OMS, 2016-2021).
Una expaciente suiza abrió la conferencia compartiendo parte de sus 35 años con infección por el VHC.
Andi Hüttenmoser, una expaciente suiza, abrió la conferencia compartiendo parte de sus 35 años con infección por el VHC, antecedentes de consumo de drogas inyectables y, por último, fibrosis avanzada y la lucha por el acceso al tratamiento. El presidente de la sesión señaló que «no solemos contar con [grupos de pacientes] en las conferencias» y eso supone perder una auténtica oportunidad en la mayoría de las reuniones en las que participan múltiples partes interesadas. De hecho, gran parte del programa restante se compuso de personal clínico e investigadores. No obstante, muchos asistentes y ponentes subrayaron el hecho de que es crucial introducir una variedad más representativa de voces para hacer presión en el tema de la eliminación, en especial aquellas partes interesadas que pueden aportar una perspectiva diferente a la clínica.
Varios ponentes de la conferencia —incluidos Matthew Hickman de la Universidad de Bristol, Sharon Hutchinson de la Universidad Caledonia de Glasgow, Jason Grebely de la UNSW de Australia y Jean-Michel Pawlotsky del Centro Nacional de Referencia para las hepatitis por virus B, C y D y Delta de Francia— destacaron que muchos procesos para la prevención, diagnóstico, vinculación a la atención y tratamiento se desarrollaron en la época del interferón y actualmente están anticuados. Todos ellos pueden y deberían actualizarse para la era de los ADD.
También se señaló mucho la mejora de la participación de los pacientes marginados es un elemento clave para aumentar el tratamiento del VHC.
Algo que también se señaló mucho fue que la mejora de la participación de los pacientes marginados es un elemento clave para aumentar el tratamiento del VHC. Ya hemos tratado a los que son más fáciles de alcanzar; es decir, aquellos que son diagnosticados y atendidos normalmente.
Esto requiere enfoques novedosos como los descritos en el trabajo de la conferenciante Magdalena Harris, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, sobre la eliminación de las barreras residuales que impactan en la participación. La doctora Harris señaló que, para las poblaciones que consumen drogas inyectables, la infección por hepatitis C no suele representar, ni mucho menos, el problema más urgente en sus vidas diarias. La doctora exigió un «cambio fundamental» en el abordaje de estos grupos y que nos dirijamos más allá de la cura: el impacto de la atención terapéutica polifacética hecha a medida de poblaciones concretas. De lo contrario, es probable que nunca lleguemos a los más marginados de estos grupos.
Ricardo Baptista Leite, médico y miembro electo del Parlamento en Portugal, dio una notable charla sobre el papel que desempeñan los pagadores, pero desde una perspectiva progresista, poco habitual. Expuso una visión para la atención basada en los resultados donde la compra pública se base en el valor y el paciente más que el estándar actual de un sistema industrial tipo «fábrica de salud».
La microeliminación, incluida la eliminación geográfica localizada, fue uno de los temas en muchas presentaciones.
La microeliminación, incluida la eliminación geográfica localizada, fue un tema clave en muchas presentaciones. Comenzaron en líneas generales con exposiciones motivantes, como en las experiencias en Australia y el Reino Unido de Gregory Dore y Graham Foster, respectivamente. Luego, Marieta Simonova expuso sobre la realidad clínica del panorama del tratamiento en Europa Central y Oriental. John Dillon habló sobre las posibilidades de eliminación mediante el establecimiento de atención en la comunidad y la mejora del camino hacia las pruebas y el tratamiento para conseguir la microeliminación en los consumidores de drogas inyectables y las poblaciones que usan las terapias de sustitución de opioides. Martin Kåberg exigió ampliar el tratamiento del VHC en centros psiquiátricos y de desintoxicación (drogas, alcohol). Y Gregory Dore informó de manera convincente sobre el potencial del impacto en el contexto penitenciario como una clave para la eliminación del VHC, concretamente en Australia.
No obstante, en parte debido al enfoque en países europeos y occidentales de esta reunión, faltaron las presentaciones sobre estrategias para la eliminación del VHC en países de ingresos medios y bajos. Debemos tener cuidado, como dijo el doctor Antonio Craxi en su discurso de apertura del sábado «VHC: el auge y la caída de un virus», con no extrapolar necesariamente los factores de riesgo como el consumo de drogas inyectables y las estrategias de eliminación a todas las partes del mundo.
No existe un único modelo para alcanzar nuestro ambicioso objetivo de la eliminación como reto de salud pública para el 2030.
Esto se debe, una vez más, a que no existe un único modelo para alcanzar nuestro ambicioso objetivo de la eliminación como reto de salud pública para el 2030, o en algunas partes del mundo quizá incluso antes, como propuse en mi charla matinal del sábado. Si queremos contar con una oportunidad de lucha para conseguir la eliminación de las hepatitis víricas, debemos tener en cuenta las implicaciones del sistema sanitario en su conjunto y cambiar la provisión de atención para las poblaciones heterogéneas, que requieren modelos de atención nuevos y más sencillos.