COVID-19: ¿qué debemos comer en los días de confinamiento y por qué?
Las recomendaciones dietéticas corren por la red, muchas sin aval científico. La presidenta de la Federación Española de Sociedades de Nutrición (FESNAD) y de la Internacional de Inmunonutrición (ISIN) expone directrices contrastadas. Toma nota.
En la situación actual, en la cual existe un alto riesgo de contaminación del virus tanto para las personas que siguen asistiendo a sus lugares de trabajo (médicos, enfermeras, auxiliares, farmacéuticos, policía y un largo etcétera) como para las que siguen trabajando en casa, tenemos que vigilar mucho más nuestra alimentación.
¿Por qué?
Porque necesitamos mantener nuestro sistema inmunitario lo más fuerte posible para que nos defienda frente al COVID-19 y cualquier otra infección que pueda aparecer. Además, se está produciendo un incremento del estrés debido a que nuestra vida ha sufrido una transformación muy importante, ya que nuestros hábitos han cambiado drásticamente. Estábamos acostumbrados al contacto físico: besos, abrazos, apretones de manos, etc. Nos movíamos por cualquier sitio, viajábamos a cualquier lugar del mundo. Y en una semana hemos visto todo eso como si fuera un sueño que, a pesar de todo, tenemos la esperanza de que vuelva lo antes posible.
Esa situación de estrés afecta de una forma importante a nuestras mentes y se proyecta sobre nuestro sistema inmunitario, siendo por ello más susceptibles de sufrir una infección. De ahí que precisamente ahora necesitemos que nuestra alimentación sea la más adecuada posible.
Para ello, es necesario saber que podemos comer cualquier alimento. No obstante, nuestra dieta tiene que basarse principalmente en verduras, legumbres, frutas y cereales (pan, pasta, arroz) integrales. Estos cuatro grupos de alimentos aportan una buena cantidad de fibra y ayudan a promover la motilidad intestinal. En este momento crítico, en el que hemos sufrido un parón importante, hemos visto cómo nuestra actividad física es mucho menor que la habitual. Es bastante complicado poder practicar ejercicio físico, especialmente deporte, por el confinamiento y porque los que salen a la calle lo hacen sólo para ir a trabajar. Por ello, todos los alimentos que contienen fibra serán de elección preferente para que nuestra función intestinal sea la adecuada y no tener estreñimiento ni posibles diarreas.
Es necesario restringir el consumo de productos procesados que contienen mucho azúcar, como la bollería, pastelería y los zumos embotellados. Sólo los zumos naturales hechos en casa, como los de naranjas recién exprimidas, son recomendables.
Cocinado e hidratación
Intentar evitar el picoteo, esos paseos a la despensa o al frigorífico, que deben cambiarse por ejercicios que se pueden hacer en casa. En Internet se puede encontrar información de muchos de ellos. Lo ideal es comer tres veces al día, aunque se puede tomar una fruta, un yogur o un puñado de frutos secos a media mañana y/o a media tarde.
Sin embargo, hay que tener en cuenta no sólo el tipo de alimentos que ingerimos, sino también cómo los cocinamos. En este sentido, hay que intentar restringir las frituras y cocinar más alimentos a la plancha, al horno o hervidos.
Es muy importante también mantener un buen estado de hidratación, ya que la falta de agua en nuestro organismo incide negativamente en el funcionamiento de nuestro cerebro y también de nuestro intestino, por lo que, en consecuencia, disminuye el poder del sistema inmunitario y facilita que cualquier agente extraño pueda invadir nuestro organismo. Para ello, es esencial beber como mínimo un litro de agua diario. El resto de ingesta líquida puede proceder de caldos, infusiones, leche, zumos (naturales), fruta fresca (no enlatada) y vegetales.
En general, es importante seguir las recomendaciones dictadas por FESNAD y, sobre todo para gente mayor, las pautas dictadas por ISIN.
Fuente: alimente.elconfidencial.com