COVID-19: La enfermedad que también impacta en otras patologías

17/04/2020 | Noticias de prensa

Cataluña ha pasado de hacer tres trasplantes al día a siete el último mes (cuando empezó el estado de alarma por la pandemia del coronavirus), según la Organización Catalana de Trasplantes (OCATT).

Además, los pacientes con infartos están llegando tarde a las urgencias de los hospitales porque muchos tienen miedo del virus y se esperan demasiado en casa. Y lo mismo pasa con los ictus: en el Hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona están llegando con 30 minutos de retraso respecto al año pasado. En este centro, como en muchos otros, se están suspendiendo las mamografías de prevención del cáncer y, por tanto, están bajando los diagnósticos en esta área. La COVID-19 tiene tan absorbido el sistema sanitario, que pacientes con otras patologías también se están viendo afectados. Pero los médicos insisten: los servicios continúan funcionando y es importante no bajar la guardia.

“Los donantes, para hacer extracciones de órganos, han de estar en las UCIs, que en estos momentos están saturadas y por tanto hay un alto riesgo de infección”, afirma Jaume Tort, director de la OCATT. “Por eso estamos intentando priorizar los pacientes en lista de espera que están en una urgencia clínica. Pero es una gestión caso por caso”, dice. “Por suerte, como en los dos últimos años hemos trasplantado a un nivel altísimo, ahora tenemos una lista de espera para órganos vitales muy baja”.

En el caso de los pacientes que no están tan graves, se opta por aplazar el trasplante porque en estos momentos el hospital constituye un riesgo para los más débiles. “Sólo hay una excepción y es con los trasplantes pediátricos, que continuamos haciéndolos”, explica Tort, que añade que en toda España la situación es “similar” a la de Cataluña, una autonomía (igual que Madrid) donde todo es “más complejo” por la elevada presión asistencial.

Más ictus graves y tarde

“Cada vez más los pacientes con ictus leves se quedan en casa al ver que no empeoran. Cuidado, el leve es el preludio de un ictus grave. Está habiendo más ictus graves y llegan tarde al hospital, una cosa que antes no pasaba”, afirma Carlos Molina, jefe de la Unidad de Ictus de la Vall d’Hebron. “El ictus, aunque sea leve, es una emergencia sanitaria. Y, como tal, es necesario llamar al 112 ante cualquier síntoma. Los sistemas de los hospitales están totalmente operativos para las patologías urgentes que no son la COVID-19”.

Los médicos son conscientes del “miedo” al contagio. “En la Vall d’Hebron la zona COVID-19 está muy delimitada respecto a la que no lo es. El riesgo de contagio es cero. Estamos preparados y los pacientes también han de poner de su parte”, dice Molina, que remarca que hay “otras patologías” que no se han de dejar de atender. Él mismo recuerda que nadie ha de abandonar sus tratamientos de prevención de ictus e infarto de miocardio, ni de dejar de hacer ejercicio en casa o mantener la dieta.

Con los infartos pasa una cosa muy similar: la Sociedad Española de Cardiología (SEC) ha registrado una reducción del 40% en el tratamiento del infarto durante el estado de alarma. “Y los casos que llegan lo hacen muy tarde: estamos viendo unos infartos que hacía años que no veíamos. La gente espera mucho en casa antes de venir al hospital”, afirma Marta Sitges, la directora del Instituto Clínico Cardiovascular (ICCV) del Hospital Clínic de Barcelona. “Pero en absoluto hemos de dejar de atender. Continuamos teniendo equipos dedicados a estos pacientes. En el ICCV tenemos 40 camas de UCI, ocho de las cuales no son de la COVID-19”.

Oncólogos reclutados para el virus

La pandemia también está afectando a los pacientes con cáncer. “Hay más visitas telefónicas y estamos viendo qué tratamientos se pueden aplazar. El hospital de día de la Vall d’Hebron está convertido en una planta para la COVID-19. Hay menos recursos y más riesgo, los oncólogos han sido reclutados para la pandemia”, dice Meritxell Bellet, oncóloga de la Unidad de Cáncer de Mama de la Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). Según Bellet, es necesario “justificar” las pruebas radiológicas que se piden y, en el caso del cáncer de mama, no están haciendo demasiadas tomografías axiales computarizadas (TAC), sino que los médicos se guían por los marcadores del cáncer.

“La prevención, como las mamografías, está parada. Y, como no hay este estudio poblacional, no se diagnostican los casos, por lo que baja la incidencia de casos no palpables”, afirma esta oncóloga. Aunque se continúan haciendo quimios y radioterapias, los médicos valoran mucho el “riesgo-beneficio” de cada paciente: esto es, si se pone en riesgo su seguridad al exponerlos al contagio dentro del hospital. “Se está operando menos, al menos de cáncer de mama. Se está manteniendo alguna cirugía semanal, pero se ha limitado mucho el número de quirófanos (muchos están convertidos en UCIs) y la cosa va con cuentagotas”.

También lo certifica Álvaro Rodríguez-Lescure, presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). “Influye mucho la disponibilidad de quirófanos, ya que la COVID-19 ha paralizado la actividad quirúrgica de los hospitales, cosa que afecta en un porcentaje altísimo a algunos pacientes y tumores, si bien depende de cada hospital. Pero para algunos pacientes, la cirugía es el único tratamiento”, dice. Esto a pesar de que retrasar una quimioterapia ni ha de suponer un “riesgo” y algunas cirugías se pueden retrasar mientras se llevan a cabo otros tratamientos, como las quimios o las terapias dirigidas. Siempre sin perder oportunidades, pero minimizando los riesgos. Cada decisión, tomada por comités multidisciplinarios, está muy ajustada a cada paciente.

Comentario de ASSCAT

La COVID-19 tiene tan ocupado al sistema sanitario y los hospitales que se está viendo afectada la asistencia a otras patologías. ¿Cómo y cuándo se podrá dar continuidad asistencial para atender los protocolos preventivos, las pruebas e intervenciones semi-urgentes ahora canceladas?

Las visitas presenciales se han sustituido por telemedicina cuando ha sido posible.

Pero preocupa la imposibilidad de continuar con la actividad trasplantadora. En Cataluña se ha pasado de 3 trasplantes al día a hacer sólo 7 al mes desde que se inició la crisis sanitaria por el riesgo elevado de transmisión del virus.

 

Fuente: elperiodico.cat

Noticia traducida por ASSCAT

17/04/2020

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