Hay personas que en este momento tienen una patología infecciosa y no lo saben. La mayoría de estas enfermedades infecciosas son asintomáticas o presentan síntomas tan leves que pueden pasar inadvertidas. Como el paciente no está diagnosticado, el riesgo de que transmita su infección a sus contactos aumenta drásticamente.
Examinamos cuatro de estas enfermedades: tuberculosis, hepatitis víricas, infecciones de transmisión sexual y VIH.
Los doctores de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) Jaime Esteban, Federico García, Jordi Casabona y Esteban Martínez nos hablan sobre cuatro enfermedades infecciosas de elevada incidencia y algunos avances médicos.
Tuberculosis, la más letal del mundo
La tuberculosis sigue siendo la enfermedad infecciosa más letal del mundo, provocando más de 4.500 muertes diarias y más de un millón de muertes anuales.
Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la incidencia en España es de unos 15 casos por cada 100.000 habitantes, una de las más altas dentro de la Unión Europea.
“A veces pensamos que la tuberculosis está en extinción y que no existe en nuestro país. Pero es un problema de salud pública y todavía queda mucho por hacer”, recuerda el doctor Jaime Esteban, médico adjunto del Departamento de Microbiología Clínica de la Fundación Jiménez Díaz y secretario de la Junta Directiva de la SEIMC.
¿Tiene cura?
A pesar de su alta mortalidad, la tuberculosis es una enfermedad prevenible y curable. “Si se diagnostica a tiempo y se trata de forma adecuada, se cura prácticamente en el 99% de los casos”, explica el doctor.
“Estas tasas de curación se reducen drásticamente, hasta un 70%, cuando se trata de tuberculosis multirresistente”, añade.
La OMS señala que la tuberculosis podría erradicarse para el año 2050. El doctor Jaime Esteban considera que es un objetivo “difícil, pero alcanzable”.
“Es un problema de voluntad política que requiere un esfuerzo coordinado a nivel internacional”, concluye el doctor.
Hepatitis víricas, otra de las enfermedades infecciosas
Estas hepatitis son infecciones causadas por virus que, al infectar las células hepáticas, provoca la inflamación del hígado.
Cada hepatitis vírica tiene mecanismos y vías de transmisión diferentes, por lo que su transmisión depende del tipo de virus y de lo susceptible que sea una persona para contraerlo. Los virus clásicos de la hepatitis son los de la hepatitis A, B, C, D y E.
“Los avances en diagnóstico y tratamiento han sido muy importantes. Se han conseguido tratamientos muy eficaces, sobre todo para la hepatitis C, que curan al 98% de los pacientes”, apunta el doctor Federico García, jefe del servicio de Microbiología Clínica del Hospital Universitario San Cecilio de Granada y miembro del grupo de estudios sobre hepatitis víricas de la SEIMC.
Combatir el infradiagnóstico
En la mayoría de los casos, la hepatitis es una enfermedad que cursa sin sintomatología y que al principio puede pasar inadvertida.
“El número de personas que desconoce que padece una hepatitis vírica es muy elevado, ese es el principal problema. El reto es conseguir acceder y diagnosticar a esa bolsa de pacientes que desconoce que tienen la enfermedad”, concluye el doctor Federico García.
ITS: una epidemia silenciosa y peligrosa
Cada día más de un millón de personas contraen una infección de transmisión sexual (ITS), según los últimos datos ofrecidos por la OMS, organismo que alerta ante unas cifras que no bajan desde el año 2012.
Existen más de 30 tipos de virus, bacterias y parásitos que se transmiten por contacto sexual.
El principal problema es que las ITS son asintomáticas o tienen síntomas muy leves. Como consecuencia, una gran parte de los 376 millones de infectados ignoran que lo están.
“Esto aumenta el riesgo de que transmitan la infección a otras personas. Por eso hace falta mucha más formación en los profesionales y más información para la población general”, apunta el doctor Jordi Casabona, director científico del Centro de Estudios Epidemiológicos Sobre las Infecciones de Transmisión Sexual y SIDA de Cataluña (CEEISCAT).
Educación sexual integral, una asignatura pendiente
Para el doctor Casabona, el reto pendiente de las ITS es mejorar y promover una educación sexual integral.
“En España tenemos un déficit histórico de educación sexual en general, sobre todo en comparación con otros países del norte de Europa. Hemos hablado mucho sobre el sida, pero hay otras infecciones, como la clamidia, que aunque sean menos graves y tratables, también tienen efectos adversos importantes”, señala el doctor.
El doctor propone abordar la educación sexual de forma “amplia y transversal” y educar no sólo en enfermedades infecciosas sino también en “anticoncepción, en aceptar las distintas orientaciones sexuales y en la salud mental asociada a estas cuestiones”.
“Además, los programas de cribado tienen que ser servicios accesibles”, concluye.
VIH: grandes avances médicos
Hace 30 años parecía impensable hablar del VIH cómo lo hacemos actualmente. La idea de que el VIH, el virus que causa sida, sea sinónimo de muerte ha quedado atrás.
“El VIH es un ejemplo de los grandes avances médicos que se han producido. Hace treinta años no teníamos ningún arma para combatirla. Los que la padecen, a parte del estigma social, sabían que iban enfrentarse a una muerte segura. Hoy esto ha cambiado”, apunta el doctor Esteban Martínez, consultor del servicio de enfermedades infecciosas del Instituto Clínico de Medicina y Dermatología del Hospital Clínic de Barcelona y presidente del Grupo Estudios sobre el Sida de la SEIMC.
A día de hoy, con ayuda de los tratamientos disponibles, el VIH se puede controlar pero no se puede erradicar.
“El tratamiento se mantiene de forma indefinida y el paciente tendrá que hacerse a la idea de que tendrá que acudir a revisiones médicas durante toda su vida”, añade el doctor Martínez, que recuerda que hay muchas personas infectadas sin saberlo.
El chemsex: una puerta abierta para el VIH
El chemsex es una práctica que cada vez está adquiriendo más popularidad.
Consiste en organizar encuentros sexuales, normalmente en grupos, y combinar sexo con drogas químicas.
Los participantes consumen y tienen sexo durante encuentros que pueden durar horas o incluso días. La alteración de la percepción de riesgo a causa del consumo de sustancias puede tener consecuencias peligrosas.
“Las drogas permiten rebajar el estigma, generan una desinhibición y dan paso a relaciones sexuales múltiples, que son una oportunidad de riesgo de transmisión de diferentes enfermedades infecciosas”, alerta el doctor.
Fuente: efesalud.com