Un 20% de los enfermos por hepatitis C no están diagnosticados
Más de 160.000 personas en España han sido tratadas y curadas de esta enfermedad desde 2015, mientras que quedarían por diagnosticar unas 100.000 personas.
Es una infección viral transmitida por sangre y que afecta al hígado. Los expertos abogan por redoblar esfuerzos en el diagnóstico entre personas que consumen drogas, hombres que tienen sexo con otros hombres y personas en prisión.
Alrededor de un 20% de los enfermos por hepatitis C no saben que tienen esta infección viral transmitida por sangre y que afecta al hígado. Hoy día lograr acceder al diagnóstico y tratamiento en los colectivos de mayor riesgo se muestra importante para eliminar esta enfermedad, aún sin vacuna.
Así lo ha expuesto el jefe del servicio de Aparato Digestivo en el Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, Miguel Ángel Simón, que ha participado en Cáceres, junto a más de 150 especialistas, en un congreso de estudio de las hepatitis.
Se trata del V Congreso Nacional del Grupo de Estudio de las Hepatitis de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (GEHEP-SEIMC), que aborda de forma multidisciplinar los avances en esta enfermedad.
Médicos especialistas en digestivo, enfermedades infecciosas, hepatología, microbiología y adiciones, además de médicos de instituciones penitenciarias y farmacéuticos, se han dado cita en Cáceres.
Según el coordinador del congreso, el doctor Carlos Martín, más de 160.000 personas en España han sido tratadas y curadas de esta enfermedad desde 2015, mientras que quedarían por diagnosticar unas cien mil personas.
“Erradicarla es difícil puesto que no disponemos de vacuna de hepatitis C, pero hablamos de eliminarla allí donde no la hemos diagnosticado”, ha afirmado, por su parte, Simón.
Así, ha abogado por acudir a tres colectivos, “numéricamente no muy importantes”, pero ‘claves’ en la eliminación de la enfermedad y la disminución de casos: las personas que consumen drogas, tanto las activas como las pasadas, los hombres que tienen sexo con otros hombres y con prácticas de riesgos para transmitir la infección y las personas en prisión.
El diagnóstico
Es sencillo, según este especialista, ya con un análisis de sangre que detecta la presencia de anticuerpos de hepatitis y determina si hay carga viral.
Además, no hacen falta pruebas muy especiales para saber cuánto daño se ha producido en el hígado, aplicando un tratamiento antiviral por vía oral, “muy eficaz y tolerado”, que en un plazo de 8 a 12 semanas es capaz de curar más del 95% de los casos, según ha apuntado.
Un 0,2% de la población se calcula que tendría infección real por hepatitis C, una enfermedad asintomática que afecta más a las personas con más de 45 años, los que han consumido drogas y con prácticas sexuales de riesgo.
Sus consecuencias son una lesión en el hígado, cirrosis, que provoca otro tipo de complicaciones como ictericia o hemorragias por varices que puede condicionar la necesidad de un trasplante como tratamiento final.
“Si cortamos el proceso con fármacos, el paciente deja de beber o controlamos el peso, evitamos un gasto importante por trasplante o por tratamiento de cáncer hepático”, ha subrayado Simón.
Un tercio de las hepatitis C no se complica, casi no se trasplanta a pacientes con descompensación, mientras que la “laguna”, a juicio de este especialista, está en los enfermos con cáncer hepático, algo que también ha bajado en los últimos años.
“La investigación trabaja para tener la vacuna, que ya sería la guinda, pues junto con los tratamientos tan eficaces que tenemos, erradicaríamos en ese momento la infección”, ha aseverado.
Por otro lado, la vacunación realizada en España de la hepatitis B, con tratamiento aunque sin cura, hace que no sea un tema muy importante a nivel sanitario, ha señalado, afectando sobre todo a colectivos de inmigrantes del este europeo, África subsahariana y mayores de 55 años.
En Extremadura se han tratado a unos 1.600 pacientes de hepatitis C con los nuevos antivirales desde 2015, lo que ha permitido un control de la enfermedad, mientras que la incidencia por B ha bajado, ya que su vacunación forma parte del calendario obligatorio.
Para el director gerente del Servicio Extremeño de Salud, Ceciliano Franco, la apuesta debe ser ahora por el cribado masivo en las poblaciones de riesgo para evitar el desarrollo de la enfermedad, con el reto de bajar las infecciones un 98% y la mortalidad un 65%.
Fuente: eldiario.es