Semergen y Gilead crean un algoritmo para cribado simultáneo de COVID-19, VIH y hepatitis C y B
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) ha elaborado, con el apoyo de la compañía farmacéutica Gilead, un algoritmo de cribado conjunto de BBVs y SARS-CoV-2 para fomentar el cribado de virus como el VIH y las hepatitis virales B y C cuando se lleven a cabo las pruebas de diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2.
En palabras de la doctora Mar Sureda, que es médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria y miembro del grupo de trabajo de Aparato Digestivo de esta sociedad científica, “los pacientes infectados por el VHC, VIH y VHB han visto drásticamente disminuida sus opciones de diagnóstico, tratamiento y seguimiento debido a la necesidad de destinar la mayor parte de los recursos sanitarios a la pandemia por COVID-19, al igual que también ha ocurrido con procesos oncológicos y quirúrgicos”.
“Los programas de microeliminación del VHC, por ejemplo, se han detenido en todo el territorio nacional, lo que ha conllevado la ausencia de nuevos casos y tratamientos. Es probable que detectemos enfermedades en estadios muy avanzados en un futuro, con la pérdida de oportunidades de curación que esto puede conllevar”, explica dicha especialista.
Por otro lado, Mar Sureda pone de manifiesto que “en los pacientes con VIH, algunas cohortes han mostrado mayor mortalidad, se han reducido las visitas médicas y ha habido una mayor dificultad para conseguir el tratamiento antirretroviral”.
Ventajas del diagnóstico en un solo paso
Por todo ello, este nuevo algoritmo de Semergen recomienda el cribado del VIH y las hepatitis víricas a todos los pacientes entre 18 y 80 años que acudan a la Atención Primaria a realizarse la prueba de la COVID-19, descartando a aquellos pacientes ya diagnosticados y en tratamiento, debido a “las importantes ventajas que aporta tanto a nivel individual como al sistema sanitario”.
Dichas ventajas incluyen el diagnóstico en un solo paso, la optimización de recursos y tiempo del paciente, la simplificación de los modelos de atención y derivación, y la posibilidad de retomar los programas de eliminación. Además, “en los pacientes con el virus del VIH se produciría un menor porcentaje de diagnósticos tardíos y/o erróneos y un menor impacto negativo de la terapia anti-COVID-19 en coinfectados no diagnosticados”, destacan los especialistas.
Según datos de Semergen, antes de la pandemia generada por la COVID-19, el 70,6% de los pacientes con diagnóstico previo de hepatitis C estaban perdidos en el sistema y el 29,4% de los pacientes con infección activa no estaban diagnosticados. En cuanto al VIH, el 13% de los pacientes con VIH no estaban diagnosticados y el 48% de los pacientes eran diagnosticados de forma tardía. Con respecto al virus B, el 0,9% eran casos agudos.
Fuente: actasanitaria.com