La hepatitis autoinmune consiste en la inflamación del hígado a causa del ataque por parte del sistema inmunitario hacia las células hepáticas. Si no se trata a tiempo, puede convertirse en cirrosis y, más adelante, en insuficiencia hepática. Si se trata a tiempo, la enfermedad puede corregirse. En caso extremo se recurre a un trasplante de hígado.

Causas de la hepatitis autoinmune

Factores genéticos y ambientales

No se ha averiguado con certeza cuáles son las causas de la hepatitis autoinmune, pero parece evidente que hay factores genéticos y ambientales que tienen relación con esta enfermedad. Este tipo de hepatitis aparece porque el sistema inmunitario ataca al hígado y provoca una inflamación. Se desconocen las causas de este ataque aunque parece que la intervención de unos genes puede estar detrás de esta anomalía, al igual que alguna infección viral.

Hay dos tipos de hepatitis autoinmune. La de tipo 1 es la más habitual y afecta sobre todo a personas que tienen otros problemas del sistema inmunitario. La del tipo 2 afecta especialmente a niños y jóvenes. En general, esta hepatitis tiene más incidencia entre las mujeres.

Si no se trata, puede crear otros problemas como la aparición de cirrosis, varices esofágicas, insuficiencia hepática e incluso cáncer de hígado.

Entre los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer hepatitis autoinmune están:

  • Ser mujer.
  • Antecedentes de ciertas infecciones como: sarampión, herpes simple, el virus de Epstein-Barr o por hepatitis A, B o C.
  • Predisposición genética.
  • Tener una enfermedad autoinmune como: enfermedad celíaca, artritis reumatoide, o enfermedad de la tiroides.

Síntomas de la hepatitis autoinmune

Variedad de síntomas

Los síntomas dependen de cada caso, pero hay algunos que aparecen con frecuencia:

  • Sensación de cansancio.
  • Dolor en el abdomen.
  • Dolor articular.
  • Dolor muscular.
  • Retraso o ausencia de menstruación.

Diagnóstico de la hepatitis autoinmune

Biopsia de hígado

El médico necesita tener los resultados de algunas pruebas para confirmar el diagnóstico. Las dos pruebas necesarias son el análisis de sangre para conocer los anticuerpos; especialmente importantes para el diagnóstico la presencia de anticuerpos antinucleares, antimúsculo liso o antihígado riñón (LKM1). Estos últimos se presentan en el tipo 2 de hepatitis autoinmune que afecta normalmente a niños y que implica un tratamiento crónico. Otra prueba es la biopsia de hígado para evaluar el grado de afectación en este órgano.

Tratamiento de la hepatitis autoinmune

Detener los ataques del sistema inmunitario

El tratamiento persigue frenar el ataque del sistema inmunitario contra su propio hígado. El tratamiento incluye prednisona. Se trata de una medicación que tiene efectos secundarios graves, como diabetes, o presión arterial alta. Por eso hay que graduar su uso. Si la medicación no surge efecto se puede recurrir a un trasplante de hígado.

Prevención de la hepatitis autoinmune

No hay prevención clara

No se puede prevenir, pero es recomendable seguir hábitos saludables de alimentación y de estilo de vida.

 

Fuente: lavanguardia.com

23/09/2019

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