La enfermedad del hígado graso no alcohólico aumenta el riesgo de cáncer en personas con sobrepeso

08/10/2019 | Noticias de prensa

La obesidad sin enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, en sus siglas en inglés) no aumenta el riesgo de cáncer, pero las personas con NAFLD que también son obesas tienen casi el doble de probabilidades de ser diagnosticadas con cáncer que las personas no obesas de la misma edad que no tenían NAFLD, según han informado investigadores estadounidenses en el Journal of Hepatology.

El exceso de peso corporal ha sido identificado como un factor de riesgo de cáncer en numerosos estudios epidemiológicos de gran tamaño. Pero el mecanismo por el cual el exceso de peso conduce al desarrollo de cáncer no está claro, y algunos estudios han demostrado que diferentes patrones de distribución de grasa afectan el riesgo de cáncer.

La enfermedad del hígado graso no alcohólico se desarrolla como resultado de trastornos metabólicos que incluyen diabetes tipo 2, resistencia a la insulina y lípidos elevados, así como obesidad. Estas condiciones conducen a la acumulación de grasa en el hígado. Eventualmente, la acumulación de grasa puede conducir a inflamación y cicatrización del hígado, y en una pequeña minoría de personas con NAFLD, al desarrollo de cáncer de hígado.

El cáncer es una de las causas más frecuentes de muerte en personas con NAFLD. El estudio fue diseñado para establecer qué tipos de cáncer se presentan con mayor frecuencia en personas con NAFLD y en qué medida el riesgo de cáncer está determinado por la obesidad o NAFLD.

Los investigadores de la Clínica Mayo, Rochester, Minnesota, utilizaron datos derivados de registros médicos en el condado de Olmsted, Minnesota. Esta base de datos captura registros de prácticamente todas las personas que viven en el condado y permitió a los investigadores identificar todos los casos de NAFLD diagnosticados entre 1997 y 2016.

Cada caso se comparó con tres individuos de la misma edad y sexo sin NAFLD que vivían en el condado de Olmsted. Los investigadores identificaron 4.722 casos de NAFLD, una prevalencia del 8% y 14.441 controles. Las personas diagnosticadas con NAFLD tenían más probabilidades de ser obesas (índice de masa corporal de 30 o superior) (66% frente a 35%), tener diabetes tipo 2 (33% frente a 95%) y tener colesterol y/o triglicéridos elevados (59 % vs 33%).

Se diagnosticaron un total de 2.224 cánceres en la población de estudio durante un período de seguimiento medio de ocho años. Los investigadores midieron la tasa de incidencia de cánceres en la población de NAFLD, es decir, la razón de los cánceres diagnosticados en personas con NAFLD en comparación con aquellos sin, por cada 100.000 años/persona de seguimiento.

Además de aumentar el riesgo de cáncer de hígado (índice de tasa de incidencia [TIR] 2,8, IC 95% 1,6-5,1), NAFLD también se asoció con un mayor riesgo de cáncer uterino (IR 2,3, IC 95% 1,4-4,1), cáncer de estómago (TIR 2,3, IC 95% 1,3-4,1), cáncer de páncreas (IR 2,0, IC 95% 1,2-3,3) y cáncer de colon (TIR 1,8, IC 95% 1,1-2,8).

El riesgo de desarrollar cáncer de colon fue un 90% mayor en hombres con NAFLD en comparación con mujeres con NAFLD (IRR 1,9, IC 95% 1,3-2,8), pero el género no tuvo ningún efecto sobre el riesgo de otros tipos de cáncer.

NAFLD también se asoció con el desarrollo de varios tipos de cáncer a una edad más temprana. El riesgo elevado de desarrollar cáncer de páncreas, cáncer de colon y cáncer de ovario en personas con NAFLD disminuyó con la edad.

Al observar la obesidad como un factor de riesgo para el cáncer, los investigadores encontraron que cuando las personas con NAFLD se compararon con las personas obesas sin NAFLD, la obesidad no era un factor de riesgo para desarrollar cáncer. En contraste, las personas con NAFLD tenían el doble de riesgo de desarrollar cáncer que las personas obesas sin NAFLD (IRR 2,0, IC 95% 1,5-2,7).

Los investigadores dicen que “es biológicamente plausible que la NAFLD sea un factor de riesgo para el cáncer, no sólo del hígado, sino también de órganos cercanos como el tracto gastrointestinal”. En este modelo de desarrollo del cáncer, la grasa depositada en el hígado puede crear un microambiente inflamatorio que promueve la aparición y el crecimiento del tumor.

Por otro lado, dicen, NAFLD podría ser simplemente un mejor predictor del riesgo de cáncer porque identifica una forma de obesidad que es más propensa al desarrollo de cáncer, y ese índice de masa corporal no discrimina suficientemente entre grasa inofensiva y depósitos de grasa dañinos.

Los investigadores dicen que sus resultados deberían usarse para aconsejar a los pacientes con NAFLD sobre su riesgo de cáncer.

 

Fuente: infohep.org

Referencia: Allen AM et al. The risk of incident extrahepatic cancers is higher in non-alcoholic fatty liver disrase than obesity – a longitudinal cohort study. J Hepatology, advance online publication, 27 August 2019, https://doi.org/10.1016/j.jhep.2019.08.018

Noticia traducida por ASSCAT

08/10/2019

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