Eliminando la hepatitis viral: ya es hora de unir las visiones con la acción

01/12/2017 | Noticias de prensa

La hepatitis viral causó aproximadamente 1,4 millones de muertes en 2015, cifra similar a las producidas por la tuberculosis y más que el VIH o la malaria, pero históricamente estas enfermedades han recibido una atención insuficiente por parte de los donantes y los responsables de las políticas.

En mayo de 2016, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó la Estrategia Sectorial de Salud Mundial sobre Hepatitis Viral, 2016-2020, cuyo objetivo es eliminar la hepatitis viral como una importante amenaza para la salud pública para el año 2030.

La estrategia establece objetivos globales para reducir las nuevas infecciones por hepatitis viral en un 90% y para reducir las muertes por hepatitis viral en un 65%, centrándose principalmente en el virus de la hepatitis B (VHB) y el virus de la hepatitis C (VHC), que son responsables de la mayor parte de la carga mundial. A principios de noviembre, políticos, legisladores, investigadores y miembros de la sociedad civil se reunieron en São Paulo (Brasil), en la Cumbre Mundial de la Hepatitis para hacer un balance con nuevos datos que indican que sólo unos pocos países cumplirán los objetivos de 2030.

Las prácticas asociadas con un mayor riesgo de contraer el VHB y el VHC han contribuido al estigma y la discriminación de los pacientes, especialmente los presos y las personas que se inyectan drogas. La prevención de ambas enfermedades implica reducir los riesgos de exposición a los virus y, para la hepatitis B, la vacunación. La infección aguda por VHB y VHC tiende a ser asintomática; sin embargo, las infecciones crónicas pueden conducir a cirrosis y hepatocarcinoma. El tratamiento antiviral para la hepatitis B no es curativo, pero puede retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar la supervivencia; mientras que el tratamiento con antivirales de acción directa (AAD) para la hepatitis C puede curar alrededor del 95% de los casos.

Nuevos datos de la OMS, publicados durante la Cumbre, mostraron que el número de personas que fueron recientemente tratadas por hepatitis C aumentó de 1,1 millones en 2015 a 1,76 millones en 2016. Asimismo, 2,8 millones de personas comenzaron el tratamiento para la hepatitis B en 2016, frente a los 1,7 millones en 2015. A pesar de estas mejoras, los datos del Observatorio Polaris indicaron que, si bien 82 países ahora tienen planes de hepatitis viral, sólo nueve (Australia, Brasil, Egipto, Georgia, Alemania, Islandia, Japón, Holanda, y Qatar) están en camino de alcanzar sus metas de eliminación de 2030 para la hepatitis C. Globalmente, un desafío importante es el diagnóstico, con muchos países “agotando” pacientes con hepatitis C para tratar, de acuerdo con la Alianza Mundial contra la Hepatitis. De hecho, los nuevos datos de Polaris indican que sólo el 20% de las personas con el VHC han sido diagnosticadas, oscilando entre el 44% en los países de ingresos altos y el 9% en los países de bajos ingresos.

El precio de los AADs, especialmente en países de altos ingresos, es una barrera para proporcionar un tratamiento efectivo, con un precio aproximado, para un ciclo de 12 semanas de sofosbuvir y daclatasvir, que van desde los 78 dólares en la India hasta 77.000 dólares en el Reino Unido y alrededor de 96.000 dólares en Estados Unidos. Al igual que muchos países de altos ingresos, Australia inicialmente restringió el acceso a los AAD. Pero en marzo de 2016, después de la implementación de un acuerdo de riesgo compartido con compañías farmacéuticas, Australia inició el acceso universal. En un contexto de altas tasas de diagnóstico, esto llevó al tratamiento de más de 30.000 pacientes en 2016. Los desafíos para los EEUU incluyen la crisis de opiáceos, que ha provocado que algunos estados experimenten aumentos abruptos de nuevas infecciones por el VHC a través del uso de drogas inyectables. Los escasos presupuestos de las prisiones significan que, aunque se estima que uno de cada seis presos tiene hepatitis C, pocos reciben tratamiento.

Los niños representan un desafío particular. El Observatorio Polaris estima que 52 millones de niños vivían con hepatitis viral en 2016 (4 millones con VHC y 48 millones con VHB). Mientras que las nuevas infecciones por el VHB están disminuyendo en los niños debido al uso de la vacuna, las nuevas infecciones por el VHC están en aumento. La transmisión de madre a hijo fue la principal fuente de infección pediátrica por el VHC, lo que indica la necesidad de programas de prevención integrales para las mujeres en edad fértil. Es preocupante que las opciones de tratamiento sean limitadas, con AADs no recomendados para mujeres embarazadas o niños menores de 12 años. En un reciente artículo de la serie para “The Lancet Gastroenterology & Hepatology”, Wendy Spearman y sus colegas sostienen que la prevención de la transmisión de madre a hijo a través del cribado y el tratamiento es una prioridad clave para la eliminación del VHB en el África subsahariana.

Varias innovaciones podrían acelerar el progreso hacia los objetivos marcados para 2030, incluyendo:

  • Mejores diagnósticos en el punto de atención.
  • Establecer mejores opciones de tratamiento para niños pequeños y mujeres embarazadas con hepatitis C.
  • Desarrollar una cura funcional para la hepatitis B.
  • Mejorar el acceso a antivirales de acción directa genéricos.
  • Aumentar la concienciación y combatir el estigma.
  • Desarrollar modelos de financiamiento sostenible como parte del progreso hacia la cobertura universal de la salud.

Sin embargo, fundamentalmente, ya existen las herramientas necesarias para avanzar hacia los objetivos de eliminación: una vacuna eficaz contra la hepatitis B y un tratamiento curativo para la hepatitis C. Lo que se necesita ahora más que nada es la voluntad política de ampliar la prevención, el diagnóstico y los programas de tratamiento.

 

Fuente: thelancet.com
Noticia traducida por ASSCAT

01/12/2017

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