3.000 enfermos de hepatitis C se curaron con fármacos de última generación en Baleares
Casi 2.000 de ellos se medicaron durante 12 semanas y sólo 241 necesitaron más de 3 meses. Salud incorporó en 2015 estos tratamientos que consiguen una tasa de curación del 99%.
Más de 3.000 enfermos de hepatitis C de Baleares reciben tratamiento con fármacos de última generación y más de 3.000 se han curado. Según los datos del IB-Salut, actualmente hay 3.067 tratamientos iniciados (a fecha de enero de 2019), y un total de 3.019 pacientes que empezaron su tratamiento desde 2015 ya han finalizado.
De los tratamientos iniciados, 945 lo hacen con Harvoni; 586 con Viekirax + Exviera; 303 toman Sovaldi; 125 Zepatier; 456, Epclusa; 644, Maviret, y 8 toman Vosevi.
En cuanto a los tratamientos finalizados, Salud trató a 785 pacientes durante 8 semanas; 1.993 necesitaron 12 semanas, y 241 siguieron un tratamiento superior a los tres meses.
Estos nuevos tratamientos se incorporaron a la cartera de prestaciones del Servei Balear de Salut en 2015. Son fármacos de última generación que ofrecen una tasa de curación del 99%.
La Conselleria de Salud liderada por Patricia Gómez ha previsto un incremento del 9,1% del presupuesto a farmacia hospitalaria en 2019. En total, Salud destinará 47,7 millones de euros, que servirán para dar continuidad a los tratamientos de última generación, como por ejemplo los de hepatitis C o VIH, y para la incorporación de nuevos fármacos.
Según Salud, estos medicamentos ya han curado a 110.000 personas en toda España, con lo que se espera poder eliminar esta enfermedad en un futuro próximo. El objetivo que fija la Organización Mundial de la Salud (OMS) de un mundo sin hepatitis C antes de 2030 y con todas las cárceles libres de afectados de este virus en 2021.
La hepatitis C es una enfermedad del hígado que puede presentar desde afecciones leves a patologías más graves como la cirrosis o el cáncer de hígado.
El virus de la hepatitis C se transmite por el contacto con la sangre de una persona infectada. Se trata de una enfermedad que puede permanecer asintomática durante muchos años, sin embargo los síntomas más frecuentes están relacionados con el mal funcionamiento del hígado, lo que provoca sensación de cansancio, exceso de bilirrubina en la sangre, malas digestiones, problemas en la piel o inflamación del páncreas. Se calcula que en el mundo hay unos 150 millones de infectados.
Se estima que hasta en un 40% de los casos se desconoce el factor de riesgo de transmisión y, por este motivo, muchas personas pueden haber sido infectadas y no tener constancia. El período de incubación puede variar de dos semanas a seis meses.
Las personas con sintomatología aguda pueden presentar fiebre, cansancio, inapetencia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, orinas oscuras, heces claras, dolores articulares e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos).
Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de ningún tratamiento.
El 60-80% restante desarrollará una infección crónica, y en estos casos el riesgo de cirrosis hepática a los 20 años es del 15-30%.
El virus de la hepatitis C se transmite por la sangre. También se puede transmitir por vía sexual y pasar de la madre infectada a su hijo, aunque estas formas de transmisión son menos frecuentes.
La hepatitis C no se transmite a través de la leche materna, los alimentos o el agua, ni por contacto ocasional, por ejemplo abrazadas, besos y comidas o bebidas compartidas con una persona infectada.
Fuente: elmundo.es