Según informan investigadores del Journal of Viral Hepatitis, existe una “adherencia sorprendentemente baja” a las guías clínicas para el examen de ultrasonido para el carcinoma hepatocelular en Europa occidental.

Durante años o décadas, las hepatitis B o C crónicas pueden causar una enfermedad hepática grave que incluye cirrosis y cáncer de hígado (carcinoma hepatocelular, CHC). El riesgo de CHC es elevado en personas con cirrosis y también en personas con coinfección por hepatitis/VIH.

El tratamiento del CHC es más probable que sea exitoso si el cáncer se diagnostica con prontitud. Las guías clínicas de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, en sus siglas en inglés), la Asociación Americana para el Estudio de las Enfermedades Hepáticas (AASLD, en sus siglas en inglés) y la Sociedad Clínica Europea del SIDA (EACS, en sus siglas en inglés) recomiendan que los adultos con cirrosis deben realizarse exámenes de ultrasonido para el CHC cada seis meses.

Si bien el intervalo de selección es el mismo, independientemente de la coinfección, los estudios previos en los EEUU han mostrado una baja adherencia a la guía, con entre el 13% y el 51% de las personas con hepatitis monoinfección cada seis meses.

La Dra. Sophie Willemse y sus colegas reunieron datos de la Colaboración para la Investigación Epidemiológica del VIH Observacional en Europa (COHERE). Su objetivo fue evaluar el cumplimiento de las pautas de detección de CHC en una gran cohorte europea de pacientes VIH positivos con coinfección y cirrosis por hepatitis B o C.

Un total de 646 personas se incluyeron en el análisis, con datos recopilados entre 2005 y 2015. Sólo se incluyeron las cuatro cohortes participantes que registran los resultados de ultrasonido del documento, reflejando la práctica en los Países Bajos, Francia, Austria e Italia.

Los participantes tuvieron coinfección con hepatitis B (13%), hepatitis C (80%) o ambas (7%). Habían sido diagnosticados con cirrosis durante una mediana de cinco años y el 93% estaban tomando terapia antirretroviral. Las rutas probables de transmisión del VIH fueron el uso de drogas inyectables (57%), el sexo entre hombres (20%) y el sexo entre hombres y mujeres (12%).

La proporción de participantes examinados en los seis meses anteriores varió entre el 5,4% en 2005, el 18,4% en 2008 y el 14,2% en 2014.

Las cifras para la detección en los doce meses anteriores no fueron mucho mejores: 7%, 26% y 30%, respectivamente.

Hubo una mejor adherencia a las guías para pacientes con visitas clínicas más frecuentes. Las personas diagnosticadas con cirrosis durante un período de tiempo más prolongado tuvieron una mejor detección, posiblemente reflejando una situación más estable en la que tanto el paciente como el clínico son conscientes de la importancia del seguimiento regular.

Los autores dicen que pueden contribuir múltiples factores, incluido el conocimiento limitado de los médicos sobre las pautas y la ausencia de sistemas para programar y las visitas de control de seguimiento. “Este hallazgo justifica una acción urgente para garantizar una mejor implementación de las pautas de detección de CHC”, afirman.

 

Fuente: infohep.org

Referencia: Willemse S et al. Low compliance with hepatocellular carcinoma screening guidelines in hepatitis B/C virus co-infected HIV-patients with cirrhosis. Journal of Viral Hepatitis, online ahead of print, 28 May 2019.

Noticia traducida por ASSCAT

18/06/2019

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