Menos de la mitad de los niños nacidos de madres con hepatitis C fueron sometidas a pruebas de detección del VHC, según un estudio de EEUU

26/09/2018 | Artículos, Noticias de prensa

Menos de la mitad de los niños nacidos de madres con dependencia a opiáceos y hepatitis C fueron sometidos a pruebas de detección de hepatitis C entre 2006 y 2015 en una gran clínica que ofrece atención prenatal a mujeres con trastorno por consumo de opioides, según mostró un estudio estadounidense publicado en el Journal of Pediatrics.

La hepatitis C puede transmitirse de madre a hijo en el útero o en el momento del parto, pero no se transmite a través de la lactancia.

La tasa de transmisión del VHC de madre a hijo es menor que el riesgo de transmisión vertical del VIH. Un metanálisis de estudios publicados encontró que el riesgo de transmisión a los lactantes era del 5,8% si la madre tenía una monoinfección del VHC no tratada y del 10,8% si la madre estaba coinfectada con hepatitis C y VIH.

Las pruebas de los bebés de mujeres con hepatitis C deben realizarse después del nacimiento para determinar si se han infectado.

La Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que las pruebas de bebés nacidos de madre con hepatitis C deben consistir en dos pruebas de ARN del VHC, al menos con un mes de diferencia, o una prueba de anticuerpos contra el VHC, 18 meses después del nacimiento. La prueba de anticuerpos debe retrasarse hasta este momento porque los bebés portan anticuerpos maternos hasta la edad de 18 meses.

Sin embargo, es posible que se pierda a los bebés si las madres no participan en la atención antes del parto, o si los bebés no son evaluados después del parto. Para evaluar qué tan bien están funcionando los servicios en cada etapa de las pruebas e involucrar a las madres y los bebés bajo cuidado, los investigadores observan lo que llaman una cascada de atención: la proporción de personas que progresan de un paso al siguiente, hasta el diagnóstico y tratamiento.

Las mujeres con trastornos por el uso de opioides tienen un riesgo especialmente alto de infección por el VHC y de transmitir el VHC a sus bebés, especialmente si su propia infección no se diagnostica. A medida que aumenta el uso de opioides entre las personas más jóvenes en Estados Unidos, es importante que los servicios prenatales estén al tanto del riesgo de infección por VHC y de la necesidad de realizar pruebas de detección del VHC materno-infantil.

La tasa de pruebas de bebés es baja en Estados Unidos; un estudio en Filadelfia descubrió que sólo el 16% de los bebés expuestos a la probable infección habían sido evaluados para anticuerpos contra el VHC en 20 meses, y otro estudio en Pittsburgh encontró que sólo el 30% había sido examinado.

Esta revisión de la cascada de atención investigó la proporción de madres con trastorno por consumo de opioides evaluadas para anticuerpos contra el VHC, la proporción de madres seropositivas que se sometieron a pruebas de ácido nucleico para la infección crónica por VHC, la proporción de bebés nacidos de madres con infección por VHC analizadas y la proporción de bebés diagnosticados con infección por VHC y relacionados con la atención.

La revisión incluyó a todas las mujeres con un trastorno por uso de opioides que dieron a luz entre enero de 2006 y diciembre de 2015 en la clínica RESPECT del Boston Medical Center, un servicio multidisciplinario para mujeres embarazadas con trastornos por el uso de opioides.

Las mujeres que recibieron atención en la clínica eran predominantemente blancas no hispanas (85% de las mujeres seropositivas) y 95% recibían terapia con agonistas opioides, predominantemente con metadona. La detección de orina mostró que el 26% de las mujeres con anticuerpos contra el VHC habían usado opioides dentro de los 30 días posteriores al parto y el 16% había consumido cocaína.

Las mujeres con VHC tenían significativamente más probabilidades de ser blancas no hispanas, fumar y recibir terapia con agonistas opiáceos (todas p <0,001).

De las 879 mujeres que dieron a luz, el 85% se sometieron a pruebas de detección de anticuerpos contra el VHC y el 69% dieron positivo. De las mujeres que arrojaron resultados positivos, el 72% tuvo una prueba de ARN del VHC para determinar el estado de infección crónica; de éstas, el 71% (261) tenían ARN del VHC detectable. De estas mujeres con infección crónica por VHC, menos de la mitad (107) se vinculó a la atención.

La vinculación con la atención fue significativamente más probable entre las mujeres diagnosticadas en 2014 y 2015 en comparación con las diagnosticadas anteriormente (ratio de probabilidad ajustado 2,2, IC 95% 1,4-4,7), lo que sugiere que la motivación para recibir tratamiento antiviral de acción directa puede mejorar la vinculación con la atención, según los autores. La distancia de la clínica, el uso de drogas ilícitas, el diagnóstico psiquiátrico o la coinfección por VIH no afectaron la probabilidad de vinculación con la atención.

En cuanto a los bebés, 404 bebés nacieron de madres seropositivas al VHC. De éstos, sólo el 45% (180) tuvieron un seguimiento diagnóstico completo para determinar si estaban libres de VHC. Cinco de cada 180 bebés (2,8%) fueron diagnosticados con el VHC.

La detección de seguimiento de bebés tenía nueve veces más probabilidades de completarse si la madre del bebé estaba coinfectada con VIH (aOR 9,0, IC 95% 1,1-72,8). Ningún otro factor afectó la probabilidad de completar la detección infantil en el análisis multivariable.

Los autores del estudio señalan que las pautas sobre cómo evaluar el VHC en los bebés han variado en Estados Unidos, y que los algoritmos simplificados para las pruebas podrían mejorar las tasas de detección. Según sugieren, una única prueba de ARN del VHC o una prueba anterior de anticuerpos contra el VHC podría mejorar el diagnóstico y la retención en la atención.

Sin embargo, los beneficios del diagnóstico temprano para bebés pueden ser limitados hasta que se estudien antivirales de acción directa en niños más pequeños. Debido al pequeño tamaño de la población hasta la fecha, American Liver Foundation estima que entre 23.000 y 46.000 niños en Estados Unidos tienen el VHC, los estudios de uso de AADs en niños no han sido una prioridad para los fabricantes y no hay AADs actualmente con licencia en Estados Unidos para su uso en niños menores de 12 años.

 

Fuente: infohep.org

Referencia: Epstein R et al. Perinatal transmission of hepatitis C virus: defining the cascade of care. J Pediatrics, advance online publication, 27 August 2018.

Noticia traducida por ASSCAT

26/09/2018

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