Un sensor puede detectar tejido hepático graso o con cicatrices
La enfermedad del hígado graso es una afección que puede provocar fibrosis del hígado y, finalmente, insuficiencia hepática.
Aproximadamente el 25% de la población de los Estados Unidos padece la enfermedad del hígado graso, una afección que puede provocar fibrosis del hígado y, finalmente, insuficiencia hepática.
Actualmente, no existe una manera fácil de diagnosticar la enfermedad del hígado graso o la fibrosis hepática. Sin embargo, los ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) han desarrollado una herramienta de diagnóstico, basada en resonancia magnética nuclear (RMN), que podría usarse para detectar ambas condiciones.
El dispositivo, señalan desde el MIT, que es lo suficientemente pequeño como para caber en una mesa, usa RMN para medir cómo el agua se difunde a través del tejido, lo que puede revelar cuánta grasa hay en el tejido. Este tipo de diagnóstico, que hasta ahora se ha probado en ratones, podría ayudar a los médicos a detectar la enfermedad del hígado graso antes de que progrese a fibrosis, dicen los investigadores.
Análisis de tejidos
La enfermedad del hígado graso ocurre cuando las células del hígado almacenan demasiada grasa. Esto conduce a la inflamación y eventualmente a la fibrosis, una acumulación de tejido cicatricial que puede causar ictericia y cirrosis hepática y, finalmente, insuficiencia hepática. La fibrosis generalmente no se diagnostica hasta que el paciente comienza a experimentar síntomas que incluyen no sólo ictericia, sino también fatiga e hinchazón abdominal. Se necesita una biopsia para confirmar el diagnóstico, pero este es un procedimiento invasivo y puede no ser exacto si la muestra de la biopsia se toma de una parte del hígado que no es fibrótica, subrayan desde el MIT.
Para crear una forma más sencilla de detectar este tipo de enfermedad hepática, los investigadores tuvieron la idea de adaptar un detector que habían desarrollado previamente para medir los niveles de hidratación antes y después de que los pacientes se sometieran a diálisis. Ese detector mide el volumen de líquido en el músculo esquelético de los pacientes utilizando RMN para rastrear los cambios en las propiedades magnéticas de los átomos de hidrógeno del agua en el tejido muscular.
Los investigadores pensaron que podría usarse un detector similar para identificar enfermedades hepáticas porque el agua se difunde más lentamente cuando encuentra tejido graso o fibrosis. El seguimiento de cómo el agua se mueve a través del tejido a lo largo del tiempo puede revelar la cantidad de tejido graso o cicatrizado presente.
En un estudio de ratones, los investigadores demostraron que su detector podía identificar fibrosis con un 86% de precisión y enfermedad del hígado graso con un 92% de precisión. Se necesitan unos 10 minutos para obtener los resultados, pero los investigadores ahora están trabajando para mejorar la relación señal-ruido del detector, lo que podría ayudar a reducir la cantidad de tiempo que lleva.
La versión actual del sensor puede escanear a una profundidad de unos 6 milímetros por debajo de la piel, lo que es suficiente para controlar el hígado del ratón o el músculo esquelético humano. Los investigadores ahora están trabajando en el diseño de una nueva versión que pueda penetrar más profundamente debajo del tejido, para permitirles probar la aplicación del diagnóstico hepático en pacientes humanos.
Fuente: consalud.es