Resumen COVID-19 elaborado por Medscape

12/05/2020 | Noticias de prensa

La pandemia exacerba la ansiedad patológica (pero estar muy tranquilo tampoco conviene)

Las personas con ansiedad patológica tienden a tener un pensamiento catastrófico, e imaginar siempre el peor escenario, y esa característica puede estar naturalmente exacerbada en momentos tensos como el actual, señaló Antônio Geraldo da Silva, presidente de la Associação Brasileira de Psiquiatria.

“No podemos decir que la preocupación de las personas con ansiedad en este momento sea infundada”, reconoció el Dr. Da Silva. “Ésta es, incluso, una de las características que se pueden agravar durante el período de pandemia”.

De cualquier forma, un editorial en el Journal of Anxiety Disorders alertó que la situación opuesta, la de aquellos que no manifiestan ninguna ansiedad por COVID-19 y creen que tienen muy baja probabilidad de enfermar, puede aumentar el riesgo de que no se adhieran a las medidas de distanciamiento social, afectando el control de su diseminación.

Secuela de COVID-19: ¿puede aumentar la resistencia a los antibióticos? 

Debido al uso extendido de azitromicina, cefalosporinas de cuarta generación y algunos otros antibióticos para tratar infecciones pulmonares bacterianas secundarias a COVID-19, infectólogos en Francia temen que haya un repunte de la resistencia a esos fármacos una vez que termine el confinamiento.

“Tenemos que estar extremadamente atentos”, advirtió el Dr. Benjamin Davido, del Hôpital Raymond-Poincaré, en Garches. “Eso ahora no lo vemos porque estamos en una situación de crisis. Es como si todo fuera el virus y las bacterias no existieran. Pero admito que me da miedo”.

¿Se pueden reutilizar las mascarillas N95?

Mientras se extiende la preocupación por la falta de suficientes equipos de protección personal/individual en profesionales de la salud, un estudio preliminar de National Institutes of Health (NIH), en los Estados Unidos, sugiere la factibilidad de una vía alternativa: reutilizar mascarillas especiales N95, que sin embargo, se fabricaron para ser descartados después de su empleo.

Según el trabajo, que aún no fue publicado en una revista con revisión por pares, exponer las mascarillas contaminadas a peróxido de hidrógeno vaporizado (10 minutos), luz ultravioleta o calor seco (60 minutos), elimina los SARS-CoV-2 de la superficie y preserva la integridad del producto hasta dos o tres usos. “Debemos explorar otros mecanismos para tener estas mascarillas en uso cuando hay escasez”, reconoció Ravina Kullar, doctora en farmacia, de la Infectious Diseases Society of America, quien no participó en el estudio. La Food and Drug Administration de los Estados Unidos ya había convocado a fabricantes de estos dispositivos para facilitar la autorización de su reprocesamiento en este contexto de emergencia.

Cuatro parámetros para predecir el riesgo de progresión

Un nuevo modelo de puntuación desarrollado a partir de 208 pacientes consecutivos con COVID-19 confirmada predice con precisión general del 91% si el riesgo de progresión es bajo, intermedio o alto, según autores chinos. Se basa en cuatro factores, variables o parámetros:

  • Presencia o no de comorbilidad.
  • Edad mayor o menor de 60 años.
  • Recuento de linfocitos (peor si es inferior a 1x109/litro).
  • Lactato deshidrogenasa (peor si es mayor a 500 U/l).

“Si se valida este modelo, permitirá la utilización eficiente de recursos médicos, aumentará el efecto terapéutico, y reducirá la mortalidad por COVID-19”, concluyeron los autores en Clinical Infectious Diseases.

Testear, testear, testear… pero no con cualquier prueba

Si bien testear de manera extensa mejora la detección y aislamiento de los infectados, el rastreo de sus contactos y el conocimiento de la inmunidad en poblaciones, la Organización Panamericana de la Salud advirtió que eso no se puede hacer con cualquier método. “Es igualmente importante asegurarnos de que las pruebas que empiezan a aparecer sean fiables y eficaces”, manifestó la Dra. Carissa Etienne, directora de la organización.

La preocupación parece ser más marcada respecto de las pruebas rápidas serológicas, varias de las cuales ya se comercializan por Internet. En Estados Unidos ya salieron al mercado aproximadamente 90 sin ningún proceso de validación. “Tener muchas pruebas imprecisas es peor que no tener ninguna”, aseguró Kelly Wroblewski, directora de enfermedades infecciosas de la Association of Public Health Laboratories.

En Alemania, en tanto, advierten contra la promoción de pruebas para la autoevaluación en el hogar: “Estas pruebas rápidas no son lo suficientemente confiables; hay demasiadas fuentes de error, y esto a su vez puede conducir a riesgos para la salud”, señaló el Dr. Martin Schulz, presidente de la Arzneimittelkommission der Deutschen Apotheker (Comisión de Medicamentos de los Farmacéuticos Alemanes).

Las víctimas ocultas de la pandemia: los enfermos por otras causas

Aunque retrasar chequeos, cirugías y otros procedimientos electivos para liberar camas de cuidados intensivos y preservar el distanciamiento social es de sentido común, muchas enfermedades que no son emergencias podrían convertirse en una amenaza para la vida, o si no se tratan rápidamente, dejar al paciente con una discapacidad permanente.

Entran en una zona gris de riesgo médico, afirmó Denise Grady en The New York Times, quien cita, por ejemplo, que una cuarta parte de los pacientes de cáncer en los Estados Unidos informó de retrasos en su atención debido a la pandemia.

Son las víctimas ocultas de COVID-19, afirma el artículo. Desde neurocirugías y trasplantes de órganos hasta pruebas de laboratorio para ajustar las dosis de anticoagulantes, muchas prácticas se han suspendido o no se realizan con la frecuencia necesaria.

 

Fuente: medscape.com

12/05/2020

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