Los científicos reclaman un mayor compromiso para frenar el auge de este movimiento pseudocientífico.
La OMS sitúa este fenómeno como uno de los diez principales problemas internacionales de salud pública.
El auge del movimiento antivacunas inquieta a la comunidad científica. Los 60 mayores expertos del mundo en salud pública reclaman ahora un mayor compromiso social para luchar contra la desinformación relacionada con la inmunización infantil. El llamamiento, bautizado bajo el epígrafe de ‘Declaración de Salzburgo’, apareció este mismo martes en un artículo de la revista Journal of Health Communication. En él, los científicos reclaman tanto a los principales motores de buscadores (Google, Yahoo…) como a las gestores de redes sociales para que controlen la información sobre vacunas.
El objetivo de esta actuación es mejorar la identificación de afirmaciones falsas, refutadas o inexactas sobre la seguridad de las inmunizaciones como es el caso, por ejemplo, del falso vínculo entre las vacunas y el autismo. En este caso, los expertos plantean desplegar el mismo tipo de herramientas se utilizan para evitar la proliferación de contenidos sexualmente explícitos, violentos o amenazantes en redes sociales.
Paralelamente, se reclama a científicos, educadores y profesionales de la salud un mayor compromiso para corregir aquellas informaciones engañosas sobre la vacunación infantil a la par que se difunden datos fiables y precisos sobre esta a través de las redes sociales. También se pide a gobiernos y demás encargados de la formulación de políticas públicas una regulación más estricta de aquellos casos que quedan exentos de vacunación.
Batalla digital
La iniciativa plantea trasladar la batalla contra los antivacunas al terreno digital. Y, a partir de allí, utilizar las mismas herramientas de la red para desmentir aquellas informaciones pseudocientíficas que puedan suponer un riesgo para la salud pública. El reto, en este caso, será delimitar cómo se crea este filtro para que distinga el contenido falso, del crítico o incluso del humorístico. Una de las opciones barajadas por los expertos es la penalización de ‘fake news’ en buscadores como Google para que estas no aparezcan entre los primeros resultados tras una búsqueda. Se trataría, por lo tanto, de revertir la lógica del posicionamiento y del SEO para frenar la difusión de ideas pseudocientíficas.
“Los defensores del movimiento antivacunas no son una mayoría, pero tienen una huella digital importante. Si buscas, por ejemplo, las palabras ‘vacunas’ y ‘autismo’, en la primera página de resultados ya aparecerán artículos con informaciones falsas sobre estas que pueden confundir a los usuarios en busca de información”, explica Carlos Mateos, impulsor de la iniciativa ‘Salud sin bulos’, cuyo objetivo es evitar la propagación de informaciones falsas sobre salud. “Recientes estudios sobre la cuestión demuestran que, por primera vez en la historia de Internet, la cantidad de contenido a favor de las vacunas supera la que la cuestiona. Pero eso no significa que los bulos antivacunas, por pocos que sean, no causen daños”, añade.
Problema de salud pública
“Nos parece alarmante que la OMS haya declarado que las dudas sobre el uso de vacunas se sitúan entre los diez principales problemas de salud pública a nivel internacional”, argumenta el Dr. Scott Ratzan, fundador del Journal of Health Communication y del International Working Group (IWG) sobre vacunación y salud pública, impulsor de este nuevo llamamiento sobre vacunas. “Estamos ante una crisis provocada por el hombre que resulta peligrosa y totalmente innecesaria. Para hacer frente a ello, tenemos que comunicar de manera constante información sobre vacunas al público tradicional para restablecer el consenso sobre la inmunización infantil”, añade el experto.
“Estamos viviendo el resurgimiento de enfermedades potencialmente mortales como el sarampión, una infección que el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos declaró eliminada en el año 2000”, comenta Lawrence Gostin, director del centro colaborador de la OMS sobre la ley de salud nacional y global y codirector del IWG. “Los padres tienen derecho a tomar decisiones informadas sobre la vacunación de sus hijos, pero no podemos poner a sus hijos u otros niños en riesgo ante una enfermedad infecciosa grave. Tenemos que hacer un trabajo mucho mejor para llegar a los padres que dudan de las vacunas”, concluye uno de los sesenta firmantes del nuevo manifiesto en defensa de la inmunización.
Fuente: elperiodico.com