Una nueva herramienta de Inteligencia Artificial ayudará a detectar si un hígado es útil para trasplantar
Investigadores del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus y la Universidad Pompeu Fabra (UPF) han desarrollado un algoritmo de inteligencia artificial que permite conocer los niveles de grasa del hígado.
La tecnología, basada en fotografías del órgano hechas con un teléfono móvil, ayudará a conocer si un hígado es apto para trasplante de forma más eficiente.
Cada año se realizan más de 1.000 trasplantes de hígado en el Estado. Este dato hace del hígado el segundo órgano en el ranking de trasplantes, sólo por detrás de los de riñón. Aun así, en muchas ocasiones, los hígados candidatos se tienen que descartar porque no son aptos para el trasplante. Una de las causas es la esteatosis o acumulación de grasa en el hígado. En estas ocasiones, el frío que es necesario para la conservación del órgano provoca que la grasa forme pequeños cristales que rompen las células. Esto puede ocasionar que el hígado quede muy dañado y, por lo tanto, el trasplante no tenga éxito.
Es clave, por lo tanto, analizar los niveles de grasa en el hígado para poder tomar una decisión sobre si se puede realizar el trasplante o no. Sin embargo, esta valoración se acostumbra a realizar a simple vista por parte del cirujano o cirujana, sólo observando la tonalidad del color amarillo, característico de la grasa. En este contexto, investigadores del área de Enfermedades Digestivas y Hepáticas del VHIR, el Servicio de Cirugía Hepatobiolopancreática y Trasplantes del Hospital Universitario Vall d’Hebron y de la Unidad de investigación BCN MedTech y del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la UPF, han desarrollado Livercolor, una herramienta que permite valorar objetivamente el grado de esteatosis a partir de fotografías del hígado.
Inteligencia Artificial para trasplantes más eficientes
Hacer una fotografía con el móvil al hígado candidato para el trasplante, pasarla por un algoritmo de inteligencia artificial basado en características del color y la textura y que la herramienta informe de los niveles de grasa y de si el órgano es válido o no para trasplante. Ésta es la idea de los creadores de Livercolor.
La herramienta de Inteligencia Artificial en la que se basa esta tecnología ha sido entrenada con fotografías de hígado etiquetadas según el resultado de la biopsia de hígado, que es la forma más fiable de conocer el grado de esteatosis. “En la clínica, Livercolor sería capaz de determinar si una tonalidad de amarillo y una textura concretas indican un nivel de esteatosis apto o no para el trasplante. En caso de no ser apto, el hígado se descartaría”, explica la Dra. Concepción Gómez-Gavara, cirujana del Servicio de Cirugía Hepatobiolopancreática y Trasplantes del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigadora del área de Enfermedades Digestivas y Hepáticas del VHIR.
El uso de Livercolor es, por lo tanto, una metodología más objetiva a la hora de decidir si es necesario o no descartar el hígado, en comparación a la valoración visual. “Esta tecnología permitiría aprovechar un mayor número de hígados, que de otra forma se descartarían. Es un método claramente más eficiente que la decisión basada en lo que el médico ve a simple vista”, explica la Dra. Itxarone Bilbao, jefa de Sección del Servicio de Cirugía Hepatobiolopancreática y Trasplantes del Hospital Universitario Vall d’Hebron. “Ahora estamos trabajando para hacer una app móvil para poder llevar a cabo un estudio multicéntrico que permita aplicar la tecnología en pacientes en un futuro próximo”, añade la Dra. Gemma Piella, investigadora de la Unidad de investigación BCN MedTech de la UPF. “Confiamos en que una vez desarrollado el proyecto acabe siendo de utilidad de forma general y facilite el proceso en las donaciones de hígado”, concluye Javier Vázquez-Corral, investigador del Departamento de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones de la UPF.
Actualmente, Livercolor participa en el Programa de Preaceleración de Barcelona Activa, una iniciativa de acompañamiento y apoyo de proyectos con alto impacto tecnológico en su proceso de entrada al mercado. Livercolor fue uno de los diez proyectos seleccionados para participar en esta edición del programa. Además, el proyecto ha recibido 110.000€ de financiación de la Fundación Mutua Madrileña a través de las XVII Ayudas a la Investigación en Salud, que permitirán continuar desarrollando la plataforma Livercolor.
Fuente: vhir.org