Un nuevo estudio revela cómo una dieta grasa puede llevar a una forma grave de enfermedad hepática
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la USC de la Escuela de Medicina Keck muestra que hay otra razón para evitar una dieta alta en grasas y colesterol: puede desencadenar cambios en el sistema inmunológico que conducen a una forma grave de enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD, en sus siglas en inglés) conocido como esteatohepatitis no alcohólica (NASH, en sus siglas en inglés).
NAFLD es una de las causas más comunes de enfermedad hepática en Estados Unidos, y se estima que el 20% de las personas con NAFLD tienen NASH. NASH puede eventualmente progresar a cirrosis o cáncer de hígado, especialmente en personas con obesidad o diabetes tipo 2. Los pacientes con NAFLD también tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
“A pesar de su creciente prevalencia y carga para el sistema de atención médica, actualmente no existen terapias aprobadas por la Administración de Medicamentos y Alimentos de EEUU para la enfermedad del hígado graso no alcohólico”, explica el autor del estudio, Hugo Rosen, MD, profesor y presidente del Departamento de Medicina de la Escuela Keck. “Hay una necesidad urgente de comprender mejor las causas de la progresión de la enfermedad del hígado graso no alcohólico para que las terapias exitosas puedan ser diseñadas y llevadas a la práctica clínica”.
El estudio, publicado en Hepatology, ilustra cómo una combinación tóxica de grasa y colesterol en la dieta afecta el comportamiento de los macrófagos, un tipo de glóbulo blanco, en el hígado. Usando un modelo de ratón, el estudio detalla la cascada de eventos en el sistema inmunológico que eventualmente conduce al tipo de inflamación y cicatrización del hígado que se observa comúnmente en pacientes con NASH.
Después de alimentar a los ratones con dietas con niveles variables de grasa y colesterol, el equipo encontró que la combinación de ambos tenía una acción sinérgica perjudicial en los genes que regulan la inflamación del hígado y la cicatrización. El colesterol oxidado de lipoproteínas de baja densidad, en particular, modificó directamente la expresión génica en macrófagos humanos y de ratón asociados con la inflamación y la formación de cicatrices.
El grupo también identificó un nuevo tipo de macrófago reparativo que contrarresta la inflamación.
“Este estudio no sólo define cómo la grasa y el colesterol dan forma a la progresión de la inflamación y cicatrización del hígado, sino que también identifica vías potenciales que pueden ser dirigidas para futuras terapias. Eso nos podría acercar más a encontrar un tratamiento para una enfermedad que afecta a millones de personas. Vive en todo el mundo”, dice. “Aquí, en la Escuela Keck, nos comprometemos a construir un programa clínico y de investigación de vanguardia que identifique los mecanismos de NASH, los enfoques no invasivos para el diagnóstico y la estratificación de riesgos y la implementación clínica de estrategias novedosas para el tratamiento”.
Fuente: news-medical.net
Noticia traducida por ASSCAT