Un caso de éxito: las terapias contra el VHC
Los ingresos por complicaciones de la cirrosis por hepatitis C se redujeron más del 50% a partir 2015, al introducir los AAD, según un estudio del Clínic.
Un estudio de investigadores del Hospital Clínic-Idibaps de Barcelona y del CIBEREHD, publicado en Journal of Hepatology, demuestra que la administración de los tratamientos antivirales de acción directa (AADs) contra la hepatitis C ha cambiado la historia natural de la enfermedad y hará que los pacientes ingresados por complicaciones derivadas de la infección por el VHC sean anecdóticos en los próximos años.
El primer autor del estudio es Sergio Rodríguez-Tajes, hepatólogo del Clínic e investigador del grupo Hepatopatías víricas, tóxicas y metabólicas del Idibaps y del CIBEREHD, que dirige Xavier Forns, que es también el jefe de la Unidad de Hepatitis víricas del Clínic y coordinador del trabajo.
El Clínic barcelonés es referente internacional en Hepatología y uno de sus especialistas más reconocidos, Joan Rodés, ya fallecido, fue quien coordinó el comité de expertos nacionales e internacionales que propuso al entonces ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Alfonso Alonso (PP), las líneas generales del Plan Estratégico Nacional para el Abordaje de la Hepatitis C.
Forns, en declaraciones con motivo de la publicación del citado estudio, ha manifestado que “España junto con Francia son los países que mejor lo hicieron; aquí se hizo muy bien”. Cuando se introdujeron esos fármacos, el VHC era la causa más frecuente de enfermedad hepática crónica y de indicación de trasplante de hígado. En ese momento, un 1% de la población española, unas 475.000 personas, tenían el virus; ahora se calcula que es el 0,3%, unas 140.000. El objetivo actual es extender el tratamiento a todos los pacientes que tengan hepatitis C para llegar a erradicar la enfermedad.
Los autores de este trabajo se plantearon analizar si se había producido un cambio en el perfil de pacientes hospitalizados en las unidades de hepatología tras la introducción de los AAD para el tratamiento de la hepatitis C, que en su momento fueron muy polémicos, especialmente por su altísimo precio por paciente. “Ahora los precios ya son normales”, apunta Forns.
Para ello, revisaron todos los ingresos por cirrosis y sus complicaciones en la unidad de hepatología del Clínic desde 2011 a 2019. En total, se evaluaron 10.053 ingresos, que representan un total de 6.272 pacientes con cirrosis. Así se constató que el número de ingresos por complicaciones de la cirrosis por hepatitis C se redujo más del 50% a partir de 2015, coincidiendo con la introducción de los AAD.
Esa reducción también impactó en el número de ingresos en UCI asociados a cirrosis por hepatitis C, que bajó a menos de la mitad. “Aplicando un modelo de regresión se prevé que el número de pacientes ingresados por cirrosis asociada a la hepatitis C en 2025 serán mínimos”, señala Sergio Rodríguez-Tajes. Forns destaca que en estos momentos, al menos en Cataluña, no hay ningún paciente con cirrosis descompensada por VHC pendiente de un trasplante.
En España, desde la implementación en 2015 del Plan Estratégico, se ha tratado a más de 130.000 pacientes (datos hasta 2019). De 2015 en 2016, el tratamiento se restringió a pacientes con cirrosis, compensada o descompensada, o con fibrosis avanzada, permitiendo el tratamiento de gran parte de los pacientes con cirrosis. Posteriormente, en 2017, se aprobó el tratamiento universal.
“El impacto que han tenido estos fármacos, que además son seguros y tienen pocos efectos secundarios, es impresionante”, asegura Forns.
Recuerda el equipo que, “los fármacos impiden que el virus se multiplique y infecte nuevas células. Los principios activos actúan de manera conjunta y bloquean las diferentes proteínas que el virus necesita para crecer y reproducirse, lo que permite eliminar la infección de forma permanente del organismo”.
Son medicamentos que se toman por vía oral (pastillas) una vez al día, con muy pocos efectos adversos y de duración corta (8-12 semanas). Hay varias combinaciones y las dos más usadas son: glecaprevir – pibrentasvir y sofosbuvir – velpatasvir.
¿Qué pasa con las otras etiologías?
En cuanto a las otras etiologías, según este mismo estudio, el alcohol ha pasado a ser la primera causa de ingreso en las unidades de hepatología, en sustitución de la hepatitis C. Además, los autores reportan un aumento significativo en el número de ingresos por cirrosis por hígado graso y cirrosis autoinmune en los últimos años.
Forns manifiesta que la industria trabaja para conseguir terapias para ellos pero que la labor es de salud pública, de concienciar a las personas que hacen poco deporte, llevan una mala alimentación (exceso de calorías, carne roja…) y consumen alcohol.
Sobre las hepatitis autoinmunes dice que eran raras pero que han aumentado, posiblemente a causa del consumo de fármacos y porque se diagnostican más.
Fuente: diariomedico.com