“Tenemos más pacientes con hepatitis B ya que los fármacos disponibles consiguen parar el virus, pero en pocas ocasiones eliminarlo”

02/06/2021 | Noticias de prensa

Alicia Iglesias, médico de la Unidad de Enfermedades Infecciosas de Medicina Interna del CAUSA, asegura que hoy en día disponen de un tratamiento con una efectividad cercana al “100 % para la hepatitis C, la mayoría de los pacientes ya están tratados y curados”.

La pandemia de coronavirus ha traído consigo el retraso de consultas a pacientes con hepatitis. Lo cuenta Alicia Iglesias, médico de la Unidad de Enfermedades Infecciosas de Medicina Interna del CAUSA, quien asegura que ya se está recuperando la normalidad. “Hace un año teníamos mucha consulta telefónica, pero ahora ya cada vez es más frecuente la consulta presencial”. 

Asegura que es “difícil” dar una cifra exacta sobre pacientes infectados, pero teniendo en cuenta que los tratamientos para la hepatitis C tienen una efectividad cercana al 100% y se trata a todo paciente diagnosticado, “en nuestro hospital ya hay muy pocos pacientes con infección por VHC”.  Actualmente cuentan con más pacientes con infección por VHB, “debido a que con los fármacos disponibles hoy en día es más difícil erradicar el virus”.

¿Cuántas personas hay afectadas por hepatitis en Salamanca?

Pues es difícil de dar una cifra exacta. Tendríamos que hablar básicamente de las hepatitis virales que producen infección crónica, como son la hepatitis B y C. 

Hay otros tipos, que producen hepatitis aguda con resolución en unas semanas y no cronifican.

Pero teniendo en cuenta que hoy en día disponemos de un tratamiento con una efectividad cercana al 100% para la hepatitis C, la mayoría de los pacientes ya están tratados y curados. No sucede así con la hepatitis B, los fármacos disponibles hoy en día consiguen parar el virus, pero en pocas ocasiones erradicarlo.

¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad?

En un porcentaje importante de pacientes el momento de la infección es asintomático. Como puede suceder en el caso de la hepatitis B o C, se cronifica sin dar ninguna clínica y se descubre por casualidad en una analítica rutinaria. En los casos de hepatitis aguda (generalmente en la hepatitis A o hepatitis E) es un cuadro de malestar general, febrícula, nauseas, vómitos, tinte amarillento de piel y mucosas (por aumento de la bilirrubina del hígado).

¿Diferencias entre las distintas hepatitis? ¿Cuál es la más frecuente en la capital? ¿Cómo se puede prevenir el contagio de esta enfermedad?

La hepatitis viral es una infección en la cual un virus causa la inflamación del hígado. Hay distintos tipos de hepatitis (A, B, C, D y E), que se transmiten de forma diferente y tienen particularidades distintas cada una de ellas. Las hepatitis pueden ser agudas, que se resuelven en unas semanas, o crónicas, que pueden evolucionar hacía daño hepático progresivo y cirrosis hepática (por eso es fundamental el diagnóstico precoz e inicio de tratamiento).

Las hepatitis A y E se transmiten de forma similar: por alimentos o bebidas contaminadas con las heces de personas infectadas (es la forma más común de contagio en los países con condiciones sanitarias precarias). Dan lugar a hepatitis aguda, que precisa fundamentalmente tratamiento sintomático y que evoluciona a la curación en unas pocas semanas (en unos pocos casos puede producir una forma grave de hepatitis). Para su prevención lo más importante son medidas sanitarias básicas en el agua y alimentos. Además hoy en día disponemos de vacuna eficaz para el virus de la hepatitis A. 

Las hepatitis B y C se transmiten por contacto con sangre o líquidos corporales de personas infectadas: compartir jeringuillas, tatuajes, relaciones sexuales sin protección, vía materno-fetal en el parto… Ambas pueden cronificarse y precisar tratamiento (en estos tipos la resolución espontanea es menos probable). Para prevenirlo habría que evitar las situaciones anteriores. En el caso de la hepatitis B también disponemos de vacuna efectiva.

De la hepatitis D, sólo mencionar que precisa de infección previa por el virus de la hepatitis B, por lo tanto, su forma de prevenirlo es vacunar y prevenir contra el virus B.

Teniendo en cuenta que los tratamientos para la hepatitis C tienen una efectividad cercana al 100% y se trata a todo paciente diagnosticado, en nuestro hospital ya tenemos muy pocos pacientes con infección por VHC.  Actualmente tenemos más pacientes con infección por VHB, debido a que con los fármacos disponibles hoy en día es más difícil erradicar el virus.

¿Cómo han evolucionado los tratamientos a lo largo del tiempo? ¿Hay alguno que sea más innovador? 

En cuanto a la hepatitis C, desde el 2015 tenemos fármacos que actúan sobre distintas dianas y consiguen la curación. Ha sido una auténtica revolución,  son fármacos orales, muy bien tolerados y muy efectivos.

La hepatitis B, a día de hoy, responde peor a los tratamientos disponibles para ella. Si conseguimos mantener el virus indetectable y así evitar que se produzca daño hepático y además que no haya transmisión, pero en un porcentaje elevado no se erradica el virus (no hay curación) y los pacientes precisan tratamiento indefinido.

Mucha población infectada no sabe que lo está. ¿Qué estrategias se deberían seguir para sensibilizar a la población de testar y tratar el virus?

Puesto que muchas veces la infección es asintomática, no da ninguna clínica, es fundamental la realización de cribado de hepatitis en todos aquellos casos en los que haya habido prácticas o situaciones de riesgo descritas previamente.

¿Es fundamental el diagnóstico temprano?

Sí, cuanto antes se diagnostique, antes iniciaríamos tratamiento, con lo cual, la probabilidad de producir daño hepático es menor. Y además disminuimos las posibilidades de que haya transmisión.

¿Cómo ha afectado la COVID-19 a los pacientes con hepatitis?

Durante los peores meses de pandemia del año 2020, inevitablemente, las consultas, los cribados, los inicios de tratamiento… se atrasaron, como en otras muchas patologías. Pero por suerte, prácticamente todos los pacientes con infección por virus C ya estaban tratados previamente a marzo 2020, y las hepatitis B generalmente están con tratamiento indefinido; con lo cual, realmente lo que más se ha visto afectado son las revisiones posteriores al tratamiento, que sí que es cierto que se han podido retrasar unos meses.

¿Cómo está siendo la atención y seguimiento de estos pacientes durante la pandemia?

Ya cada vez estamos recuperando más la normalidad. Hace un año teníamos mucha consulta telefónica, pero ahora ya cada vez es más frecuente la consulta presencial.

¿Cree que el objetivo de eliminación de la hepatitis es posible?

Uno de los objetivos del Desarrollo Sostenible para la OMS es combatir las hepatitis como amenaza para la salud pública con su eliminación en 2030 de una manera sostenible. Se fijan metas mundiales de reducir las nuevas infecciones por virus de la hepatitis en un 90% y la mortalidad por las enfermedades que causan en un 65% para 2030. Todo ello debido a un tratamiento muy efectivo para el tratamiento de la hepatitis C, y vacunas eficaces para el VHA y el VHB. Por lo tanto, podemos decir que cada vez estamos más cerca de la eliminación.

Fuente: tribunasalamanca.com

02/06/2021

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