La Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) compuesta por 23 Asociaciones de Pacientes, distribuidas a lo largo de las diferentes Comunidades Autónomas, tiene entre sus cometidos, la de sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de la donación de órganos y de la detección precoz de cualquier enfermedad hepática, así como la prevención y cuidado de éstas.
Además, pretendemos ayudar a mejorar la calidad de vida de los enfermos y trasplantados hepáticos en todos sus aspectos, promoviendo la prevención e investigación, así como los hábitos de vida saludables y el autocuidado.
Centrados en el trasplante, lo primero que debemos apuntar, es que se produce un estrés quirúrgico y, nuestra preocupación y ocupación, está dirigida hacia tres aspectos básicos: la dieta, la medicación inmunosupresora y el ejercicio físico.
La dieta: la correcta alimentación se hace imprescindible, siendo necesario recuperar el estado nutricional, devolviendo al organismo el equilibrio necesario para su correcto funcionamiento, con la necesaria reparación y conservación de los tejidos.
El sistema inmunológico se deprime, se ve afectado y, por tanto, más propenso a contraer enfermedades, por esto, es fundamental una equilibrada alimentación.
A la hora de seleccionar los alimentos, recomendamos la importancia de contar con la guía y asesoramiento de un profesional nutricionista, quien nos dará instrucciones precisas sobre el plan alimentario más adecuado a seguir, antes del alta.
Medicación inmunosupresora: iniciamos una nueva etapa, nuestro sistema inmunitario lo recibe como extraño, lucha contra este órgano nuevo y, para evitar el rechazo, debemos tomar fármacos denominados, inmunosupresores.
Insistimos en tomar la medicación correctamente, siguiendo las pautas (dosis, hora y días en que se debe tomar, etc.) establecidas por nuestro especialista, generalmente un hepatólogo/a, aunque también, en muchos hospitales lo prescribe el cirujano/a, pero no solamente debemos cumplir con las pautas establecidas, sino que, estos fármacos pueden tener efectos adversos (por ejemplo: vómitos, aumento del riesgo de infecciones…).
Ejercicio físico: con frecuencia, aunque cada vez menos, se nos hace la siguiente pregunta. ¿Debo realizar ejercicio físico? La respuesta es sí. No sólo se puede, sino que se debe. Nuestro organismo, después del trasplante, se ha visto sometido a un desgaste importante, para lo cual, debemos realizar ejercicios de intensidad moderada, como por ejemplo: pasear (1 hora diaria), ir en bicicleta… con el objetivo de recuperar todo lo posible el tono físico, producto de este deterioro al que hemos estado sometidos.
Estos tres apartados mencionados con anterioridad representan los aspectos esenciales donde FNETH insiste de manera reiterada, actualizando y trasladando toda la información que recibimos desde las diferentes entidades científicas, sanitarias, industria farmacéutica, etc., con el único propósito de mejorar la calidad de vida de los pacientes hepáticos. No podemos, en ningún caso olvidar, que los trasplantados hepáticos y, no sólo éstos, sino todos aquellos trasplantados de órganos sólidos, se convierten en pacientes crónicos, lo que conlleva una monitorización permanente, es decir, recibir vigilancia (medicación incluida) de por vida por parte de los servicios sanitarios.
Para conseguir nuestra misión desde FNETH, realizamos campañas de divulgación de todos los aspectos de las enfermedades hepáticas y, de sus diferentes vías de solución en España para los enfermos y trasplantados hepáticos y sus familiares, en donde estas personas sean consideradas interlocutoras expertas, teniendo voz activa en la toma de decisiones en relación con su patología y, que afectan a la calidad de vida de este colectivo.