Esta reunión, que es la primera vez que se realiza totalmente online, contó con la moderación del Dr. Graham Foster desde Londres con panelistas desde diferentes países: Australia, Alemania, Barcelona, Grecia, Dinamarca y Hong Kong.

La reunión duró 1 hora y se enfocó en los puntos más importantes y novedosos.

Los panelistas, procedentes de diferentes campos que trabajan en la detección y tratamiento de las hepatitis víricas, expusieron el impacto que la COVID-19 ha tenido y tiene en las poblaciones que atienden, en especial usuarios de drogas.

La Dra. Marta Torrens, psiquiatra y con gran experiencia desde el punto de vista de las adicciones, las enfermedades psiaquiátricas y las infecciones comentó que, en las circunstancias actuales, han de trabajar de manera conjunta con otros especialistas haciendo que el proceso de visitas, diagnóstico y tratamiento sea lo más fácil posible para el usuario. Los programas realizados por su equipo han tenido muy buena aceptación en poblaciones que tienen dificultades de acceso, explicando que alcanzan una retención del 92%, similar a la de la población general. Realizan la visita inicial con una evaluación de la problemática en cada caso y el segundo día ofrecen al paciente el tratamiento. En este proceso, que es presencial, el paciente está siempre acompañado por una persona procedente de alguna asociación comunitaria (par) o por un educador social. El objetivo es caminar juntos y darles una explicación y tratamiento integral.

Los problemas relativos al “linkage to care” se ven de forma diferente en Hong Kong, Australia o Alemania. En Australia se centran en el programa de eliminación de las hepatitis en las prisiones; en Hong Kong, donde la prevalencia de hepatitis B es elevada, antes de plantear un posible tratamiento anti-VHC realizan screening del VHB por si la persona precisa vacunación / tratamiento, para prevenir una reactivación durante el tratamiento anti-VHC. En Australia, reconocen una prevalencia del 5% de portadores del HBsAg y ello lo ven como una oportunidad en la estrategia de reducción de daños.

Al preguntar al representante de Grecia si actualmente se precisa screening del VHB antes de plantear el tratamiento del VHC, su respuesta es que se ha de considerar el screening en la población general, no sólo en los portadores del VHC y esto es una oportunidad para mejorar el programa de eliminación de las hepatitis.

La Dra. Marta Torrens recordó la importancia de disponer del FibroScan® y del screening del VHB, además de la evaluación del hepatólogo. Pero no sólo se ha de pensar en las hepatitis víricas, también eventualmente se pueden diagnosticar VIH, tuberculosis, etc. En una día se va a disponer de toda esta información, que es crucial tanto para el paciente individual como desde el punto de vista de salud pública. En el segundo día, ya con el “fast track” en marcha, se accede al resto de exploraciones y tratamiento(s) si es necesario. En su centro, trabajan los profesionales de una forma interdisciplinar siguiendo el modelo que se inició con la asistencia a las personas con VIH. Han visto que en estas personas es importante considerar y tener en cuenta el estigma asociado que sufren. Los pacientes no quieren ir a otros centros y los atienden los mismos profesionales. En este momento COVID se utiliza, en muchas ocasiones, el diagnóstico de las hepatitis víricas por venopunción junto con otras modalidades diagnósticas como el diagnóstico mediante la gota de sangre seca, que se envía a un laboratorio central para evitar desplazamientos.

Un tema que preocupa mucho es que se está introduciendo la posibilidad de hacer visitas médicas por vía telemática, se dispone de la telemedicina, ¿pero es esto una solución? Se ha visto que es eficaz en pocos casos, en la mayoría de poblaciones y por diferentes motivos es un reto con importantes dificultades asociadas a su implantación. Aún hay muchas barreras, que se enumeraron durante la reunión: en relación al staff (por falta de hábito y formación específica), en cuanto a los pacientes porque la tecnología no es barata y hemos de ser conscientes que en el contexto COVID las personas afrontan retos por una posible falta de confidencialidad, por el estigma y por “fake news”.

En Alemania ven barreras en la implantación de la telemedicina, que persisten en las áreas rurales, en los usuarios de metadona, etc. y creen que para implantar esta tecnología tendrán que dotar de los dispositivos necesarios a los usuarios. Sin embargo, el problema inicial es cómo llegar a los usuarios, ya que en ocasiones no tienen dirección estable ni teléfono. En resumen, a día de hoy, la telemedicina se está implantando en casos muy seleccionados y en pocos países.

Se preguntó a la Dra. Marta Torrens sobre si los pacientes se pueden reunir para trabajar en grupo y, en su opinión, no lo ve factible. Tan sólo lo sería en los casos seleccionados y que ya conocemos. Actualmente, y como oportunidad a raíz de la COVID-19, han asistido a pacientes nuevos que han acudido a los centros de adicciones para obtener ayuda en el tema de adicciones y tienen la oportunidad de recibir tratamiento por hepatitis, etc. Se busca el contacto con los grupos que han tratado previamente a estas personas, médicos de familia, trabajadores sociales, grupos de pacientes, etc.

Por un lado, los panelistas ven la COVID-19 como una amenaza, pero también como una oportunidad en el camino de la eliminación de las hepatitis. Es necesario buscar apoyos, se reconocen las dificultades en relación con el uso de la telemedicina, aceptan realizar visitas presenciales en los nuevos casos, hacer el seguimiento por vía telefónica, tienen dudas sobre la adherencia requerida y creen necesario que haya conexiones con el entorno, con la comunidad, la colaboración con los trabajadores sociales, etc. Asimismo, reconocen que muchas personas no tienen acceso a la tecnología.

Por otro lado, en relación con la epidemia COVID-19 y las enfermedades hepáticas, el consenso es que se ha de seguir trabajando y reconocer las situaciones de urgencia. Se habló de la población atendida en albergues y que han recibido ayuda desde un punto de vista holístico. Aunque tenemos una oportunidad para detectar y tratar a más personas, que buscarán tratamiento sustitutivo, se precisa continuar con los programas de eliminación de las hepatitis, con el compromiso político y el trabajo de los grupos comunitarios. La base sigue siendo la educación, el trabajo constante en equipo y seguir con los retos y oportunidades actuales.

En conclusión, recomiendan continuar con el screening amplio, FibroScan®, el diagnóstico por medios no invasivos, pensar en la hepatitis B, compartir iniciativas, reservar las visitas presenciales para casos concretos y, por último, la opinión más general sobre la telemedicina es que no es tan fácil su implementación como parecía.

 

Fuente: ASSCAT

Autora: Dra. Teresa Casanovas, hepatóloga, presidenta de ASSCAT y coordinadora del Comité Científico de la ELPA (European Liver Patients’ Association)