Resultados encuesta COVID-19 en España: atención primaria desprotegida, agotada y con trabas para acceder a las pruebas
Una encuesta de médicos de familia refleja que casi la mitad de clínicos no dispone de equipos de protección completos; a uno de cada cuatro no se le ha hecho ninguna prueba de coronavirus, y en general los profesionales sanitarios tienen muchas dificultades para acceder a pruebas para sus pacientes.
Otro sondeo estima en al menos 76 la cifra de médicos fallecidos durante la pandemia. Además, el 86,8% podría haber sido vector de la enfermedad por la falta de protección adecuada.
La nueva encuesta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), bajo el título Los profesionales ante la COVID-19: la nueva gestión de casos en Atención Primaria, acaba de ser presentada, con la pretensión de retratar la situación actual, en cuanto a disponibilidad de equipos de protección individual, pruebas que les han realizado frente a la COVID-19, y facilidad para acceder a las pruebas para sus pacientes en este momento en el que se encuentran en la línea de salida frente a la etapa de transición de la desescalada, donde las autoridades sanitarias les han conferido el principal protagonismo.
La encuesta fue respondida por 1.210 profesionales de todo el país entre el 24 de abril y el 6 de mayo, para poder comparar la situación con la encuesta previa que la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia realizó a mediados de marzo. En esta nueva fase de transición, la Atención Primaria pasa a ser el actor principal en cuanto al diagnóstico precoz de nuevos casos de coronavirus y el estudio de contactos, con no demasiadas fortalezas en la línea de salida.
De los profesionales que contestaron a la encuesta, el 82,7% lo integraron médicos de atención primaria, que sumados al 6,9% de residentes de medicina familiar y comunitaria totalizan casi el 90%. El resto de categorías profesionales participantes estuvo constituido por facultativos de otras especialidades (5,5%), y en porcentajes inferiores, diversos profesionales de enfermería.
La Dra. Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, en una comparecencia telemática presentó los principales resultados de esta nueva encuesta, donde en líneas generales la situación no ha mejorado demasiado con respecto a marzo.
En cuanto a los equipos de protección individual, el 26,7% afirmó no disponer de equipos homologados. Poco más de la mitad (51,6%) refirió tener el equipo completo de protectores personales (mascarilla, batas impermeables y protectores oculares).
En el caso de mascarillas de los tipos N95, FFP2 y FFP3, casi el 60% indicó poseerlas, aunque en cantidad insuficiente, y el 70,8% señaló disponer de mascarillas quirúrgicas. Además, únicamente el 23,2% de los profesionales afirmó que consigue poner y quitar con suficiente seguridad los equipos de los que dispone, maniobras importantes, que de no realizarse en forma adecuada pueden provocar muchos de los contagios.
Aprobado raspado en nivel de protección
En cuanto a la percepción del nivel de protección por parte de los sanitarios en el puesto de trabajo, la encuesta mejora discretamente la puntuación en cuanto a la anterior, ya que la cifra media de los encuestados ha sido de 5,4 sobre 10, frente a 4,1 del anterior sondeo, dato que la Dra. Rodríguez calificó como raspado aprobado.
Un total del 23,2% de los encuestados afirmó que se están haciendo pruebas a todos los profesionales sanitarios, pero cerca del 75% restante señaló que sólo se realizan en los profesionales con síntomas, o en quienes han tenido contacto estrecho con un caso positivo, sin el uso de los equipos de protección. Por el contrario, el 24% señaló que no se están haciendo pruebas a ningún sanitario de su entorno. En cuanto al tipo de pruebas que se está realizando a los sanitarios, la prueba mayoritaria es la prueba de reacción en cadena de la polimerasa, según el 65,8% de los encuestados, mientras que la prueba rápida de anticuerpos de una banda se hace al 25,1%; la prueba rápida de anticuerpos de doble banda al 22,7%, y la prueba rápida de antígenos es casi anecdótica (8,1%).
Grandes dificultades para solicitar prueba de reacción en cadena de la polimerasa y tomografías
Por otro lado, en cuanto al acceso a pruebas para la detección de la COVID-19 en sus pacientes, hasta el 6 de mayo, justo antes de la fase de desescalada, la encuesta reveló que el 30,7% no puede solicitar una prueba de reacción en cadena de la polimerasa, y el 69,3% sí lo hace, o lo hace con restricciones; el 55% no puede solicitar una tomografía computarizada, y el 52,6% tampoco puede pedir la realización de las pruebas de anticuerpos. Sin embargo, lo que sí pueden solicitar sin demasiadas restricciones son las radiologías simples en el 86,9%, y una analítica completa (hemograma, bioquímica básica, ferritina, lactato deshidrogenasa, procalcitonina, propéptido natriurético cerebral N-terminal, interleucina-6, dímero D, gases arteriales y lactato, hemocultivo, PCR en COVID y gripe, serología de neumonías atípicas si es el caso, virus respiratorio sincitial, virus de inmunodeficiencia humana si es tratamiento con antirretrovirales, antigenuria, neumococo, y legionela), sólo con algunas restricciones, según el 69,2%.
Por otra parte, el presidente nacional de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, el Dr. Antonio Fernández-Pro Ledesma, comentó: “Hay una carga emocional tremenda en todos los profesionales; lo sé porque lo estoy viviendo, como todos, al pie del cañón en primera línea desde el primer día”.
Asimismo, según la encuesta, el nivel de preocupación de los profesionales ante la pandemia actual aumenta, sigue siendo muy elevado, situándolo en promedio, en 8,6 sobre 10, frente a una cifra de 7,4 en la anterior encuesta.
Atención primaria necesita descansar más que nunca
El Dr. Fernández-Pro afirmó con rotundidad: “Los profesionales necesitan descansar más que nunca después de estos 3 meses; hay escasez de recursos materiales y humanos, debemos afrontar esto como podemos; es una situación que hemos denunciado desde hace tiempo”.
Por otra parte, el especialista recordó que “detrás de las cifras de contagiados y fallecimientos hay una familia, que igual que nosotros vive el drama humano de esta pandemia, que ha hecho necesario que en ese duelo patológico los médicos de atención primaria hayamos tenido que acompañar a esas personas en todo momento, y esto habrá que valorarlo”.
Finalmente, en una de las preguntas abiertas de la encuesta, las palabras que más utilizaron los profesionales para describir la situación actual fueron: incertidumbre, caos, inseguridad, improvisación, desastre, abandono, desorganización, agotamiento, ansiedad, impotencia, indignación, confusión, y mala gestión.
Apuesta por la dignificación de los médicos
Otra encuesta fue realizada por la Asociación de Médicos Unidos por sus Derechos, que refiere actuar con total independencia para la consecución de sus fines, y entre sus principales objetivos se encuentran la defensa y mejora de las condiciones laborales tanto en la sanidad pública como en la privada, del colectivo médico, gestionando y defendiendo los intereses generales y comunes de los médicos asociados, y la dignificación de la figura del médico.
El estudio sobre las condiciones en la práctica clínica de los médicos españoles durante la crisis de la COVID-19 se llevó a cabo entre el 28 de abril y el 3 de mayo de 2020, y se basa en los resultados de una encuesta de 47 preguntas realizadas a 1.559 médicos de 327 centros sanitarios de toda España (165 centros de salud; 151 hospitales, 8 residencias de adultos mayores, y 3 servicios de emergencias). Se recogen todos los datos en un informe de 70 páginas donde se pretende mostrar a la sociedad española datos concretos, directamente proporcionados por los médicos.
Entre sus conclusiones más destacadas, agrupadas por bloques, en cuanto a los equipos de protección individual, tras 8 semanas en estado de alarma, tenemos que el 49% de los médicos (hasta el 2 de mayo, fecha de finalización del sondeo) considera que aún no tiene el material necesario o que no está homologado para realizar su trabajo con seguridad.
Uno de cada cuatro médicos ha reutilizado una mascarilla de un sólo uso más de una semana; el 4% ha tenido que reutilizar una mascarilla más de un mes. En cuanto a las mascarillas homologadas FFP2 y FFP3, el 29% de los médicos indica no haberlas tenido a su disposición hasta la fecha; el 40% de los médicos encuestados ha tenido que comprar el material de protección contra el coronavirus por su cuenta; el 86,8% de médicos considera que podría haber sido vector de la enfermedad por carecer del material de protección adecuado.
Esta consideración es importante, puesto que los médicos piensan que de haberse infectado, habría sido por ausencia de material de protección en su centro de trabajo. En cuanto a la desescalada sin protección para los médicos y el resto de sanitarios, perpetúa las infecciones y los fallecimientos en los hospitales, como se está viendo.
El 16% ha trabajado con síntomas compatibles
Respecto a los contagios, el documento destaca: el 12% de los médicos ha padecido la enfermedad. Considerando el alto porcentaje de asintomáticos (hasta en el 80% de casos) el número de contagios entre el personal médico seguramente sea mucho mayor al oficial. El alto número de médicos infectados o aislados implica una posible causalidad entre su profesión y el contagio, que debería ser investigada por las autoridades competentes; el 66,5% de los médicos ha atendido a pacientes infectados por COVID-19.
Además, el 16,3% de los médicos que han participado en el estudio afirmó haber trabajado con síntomas compatibles con la enfermedad, a la espera de la realización de una prueba de reacción en cadena de la polimerasa. Por otro lado, el 23% de los médicos diagnosticados de COVID-19 afirmó haber vuelto al trabajo sin repetición de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa.
En cuanto a la mortalidad, el 18,3% de los encuestados afirma que en su centro de trabajo ha fallecido personal sanitario por coronavirus. Ese porcentaje pertenece a 76 centros sanitarios diferentes, el 23% de los centros en los que trabajan los participantes en esta encuesta.
Por tanto, el número de profesionales sanitarios fallecidos por coronavirus sería de un mínimo de 76, y posiblemente mayor.
Las especialidades con mayor participación en la encuesta fueron: medicina de familia (14%), anestesiología (7,7%), traumatología (6,7%), y pediatría (6,2%). Prácticamente 100% de los encuestados indicó que se ha realizado una cancelación parcial o total de sus consultas debido al coronavirus.
Las comunidades con mayor participación en la encuesta fueron: Comunidad Valenciana (20,6%), Madrid (16,5%), Andalucía (14,2%), y Cataluña (12%). Durante el análisis de los datos se han percibido diferencias entre las distintas regiones de España en cuanto a la disponibilidad de material de protección y pruebas diagnósticas. Pero dichas diferencias no han sido analizadas con detalle, posponiéndose para más adelante.
Por último, es conveniente mencionar que este informe fue puesto en conocimiento de autoridades, Ministerio de Sanidad y consejerías durante los días 9 y 10 de mayo.
Aproximadamente 11.000 sanitarios madrileños contagiados
Por su parte, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, la más castigada de España, ofreció información sobre casos de la COVID-19 entre los trabajadores del Servicio Madrileño de Salud, actualizados a fecha del 10 de mayo. Las cifras totales fueron: casos confirmados con prueba de reacción en cadena de la polimerasa: 10.782; casos descartados también con prueba de reacción en cadena de la polimerasa negativa: 15.146; número de trabajadores pendientes de prueba de reacción en cadena de la polimerasa: 375; número total de pruebas de reacción en cadena de la polimerasa realizadas: 26.303, y número de defunciones: 14. Estos datos se desglosan por profesionales de atención primaria, hospitalaria y Servicio de Urgencias Médicas de Madrid 112. Las cifras nacionales de sanitarios contagiados el 15 de mayo eran abrumadoras, con 50.455 casos, 367 más que el día anterior, y casi el 22% de las personas infectadas en España.
Fuente: medscape.com