Los datos epidemiológicos sobre la mortalidad relacionada con el hígado sugieren que el café tiene un efecto protector dependiente de la cantidad de café que se tome.

Objetivo

Estimar el impacto potencial global del aumento del consumo de café per cápita en la mortalidad mundial relacionada con el hígado.

Hipótesis

Aumentar el consumo de café per cápita a más de 2 tazas por día a nivel de población general tiene el potencial de evitar cientos de miles de muertes relacionadas con el hígado anualmente si el impacto del café en la mortalidad relacionada con el hígado se confirma en ensayos clínicos.

Métodos

Utilizando el conjunto de datos del estudio Global Burden of Disease 2016. Problemas de salud, en adultos (los mayores de 15 años), los autores modelaron el impacto del aumento del consumo de café per cápita en la mortalidad relacionada con el hígado en 2016 en 94 países utilizando los cocientes de riesgo publicados para si se ingerían más de 2 tazas de café / día y 4 tazas / día o más. Ajustando por factores estadísticos de confusión y supuestos en un modelo probado usando análisis de sensibilidad.

Resultados

Se estimó que en todo el mundo, hubo 1,240.201 muertes relacionadas con el hígado en adultos en 2016. La tasa de mortalidad hepática global promedio en 2016 fue de 15 muertes / 100.000 habitantes / año. Si todos los países con una ingesta per cápita de café de menos de 2 tazas/día aumentaran a más de 2 tazas/día, el número total previsto de muertes relacionadas con el hígado habría sido 630.947 en 2016 con 452.861 de muertes evitadas. Si el consumo per cápita fuera de más de 4 tazas/día, el número previsto de muertes relacionadas con el hígado en 2016 hubiese sido 360.523 con 723.287 de muertes evitadas.

Introducción

La enfermedad hepática es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad a nivel mundial. En todo el mundo, se estima que la cirrosis es la causa de más de un millón de muertes al año, lo que equivale a más del 2% de todas las muertes. Además, el carcinoma hepatocelular (HCC) teniendo una enfermedad hepática de base, es la tercera causa más común de muerte por cáncer en todo el mundo, con 745.000 muertes al año. Existen numerosos esfuerzos para prevenir las complicaciones por enfermedad hepática, tanto a nivel nacional como internacional, como son las estrategias de vacunación y tratamiento para la hepatitis B y C. Sin embargo, se requieren intervenciones adicionales fáciles para reducir la carga de la mortalidad relacionada con la enfermedad hepática. El café es una de esas intervenciones que podría tener un papel potencial.

Durante décadas, se ha venido reconociendo que la ingesta de café ofrece cierto grado de protección contra las enfermedades hepáticas. Los informes iniciales describieron una asociación entre la ingesta de café y las mejora en las pruebas de función hepática. En los últimos años, ha habido un número creciente de publicaciones que informan que la ingesta de café no sólo mejora la bioquímica del hígado, sino que también ralentiza la progresión a la cirrosis y se asocia con un riesgo reducido de muerte por enfermedad hepática. La magnitud de la protección que ofrece el café en los estudios de cohortes es importante.

En uno de los estudios de cohortes prospectivos de alta calidad más grandes hasta la fecha, Setiawan et al. demostraron una reducción del 46% en la muerte por cirrosis hepática para las personas evaluadas al ingresar al estudio como beber 2-3 tazas/día; y una reducción del 71% en la muerte por cirrosis en aquellos que consumen 4 tazas o más al día, después de ajustar por factores de confusión clave como son edad, IMC, diabetes, sexo, raza, nivel educativo y consumo de alcohol.

Los datos se extrajeron del Estudio de Cohorte Multiétnico de los EEUU, una cohorte de diferentes etnias, de 162.022 hombres y mujeres de Hawai y California, (25% caucásicos, 16% afroamericanos, 30% asiáticos, 7% nativos isleños y 22% hispanos) con enfermedad hepática crónica de diversas etiologías o sin enfermedad, en quienes de inicio se había excluido el HCC.

De manera similar, la cohorte prospectiva del Estudio de Salud Chino de Singapur también reveló una reducción similar del 66% en la mortalidad relacionada con el hígado con un aumento en la ingesta de café a dos o más tazas por día; sin embargo, no se observó un impacto en la mortalidad relacionada con el hígado en las personas con hepatitis B crónica. Es importante destacar que los datos publicados han demostrado reducciones en la mortalidad relacionada con el hígado, la cirrosis hepática y el cáncer de hígado en las poblaciones orientales y occidentales que respaldan la idoneidad del café como una posible intervención mundial. Si bien los estudios preliminares en modelos animales apoyan el mecanismo protector del café sobre la fibrogénesis hepática y el daño hepático, el mecanismo exacto por el cual el café atenúa la progresión de la fibrosis en las personas sigue sin estar claro.

El café cumple muchos de los requisitos cuando se trata de posibles intervenciones que pueden desempeñar un papel en la reducción de la mortalidad por enfermedades hepáticas a nivel mundial. Está ampliamente disponible, generalmente es asequible y está asociado con efectos secundarios mínimos. El impacto potencial en la salud global por la ingesta de café, que se defiende como una terapia para la salud del hígado no se ha explorado previamente y el modelado matemático es una forma de explorar el impacto potencial de nuevas intervenciones a nivel de población. El objetivo de este estudio fue estimar la posible reducción de la mortalidad asociada a enfermedades hepáticas con el aumento del consumo de café en todo el mundo, utilizando modelos matemáticos y estimaciones publicadas de reducción del riesgo relativo en la mortalidad relacionada con el hígado.

Figura 1. Mapa mundial de la ingesta diaria estimada de café per cápita en tazas/día. Se demuestra la ingesta diaria estimada de café per cápita (tazas/día) para América del Sur, América Central y América del Norte, Australia y Nueva Zelanda, Europa y Escandinavia. Todas las demás regiones del mundo habían estimado la ingesta diaria de café per cápita en menos de una taza por día.

Comentarios

La enfermedad hepática es responsable de más de un millón de muertes en todo el mundo cada año, con una carga mayor en los países de ingresos medianos bajos debido a una elevada prevalencia de la hepatitis viral. Por lo tanto, se necesitan con urgencia iniciativas rentables, asequibles y accesibles para implementar a nivel de población internacional poder reducir esta cifra. Las últimas dos décadas han visto una cantidad significativa de publicaciones importantes que han consolidado la evidencia de que el consumo de café juega un papel importante protector frente al riesgo de muerte por cirrosis y/o HCC. En este se estima que casi medio millón de vidas podrían salvarse anualmente si se adoptara a nivel mundial el consumo moderado de café como una iniciativa de salud para reducir el riesgo de muerte prematura por enfermedad hepática.

El número de vidas potenciales salvadas si se pudiera implementar una ingesta de café de dos tazas/día varían notablemente según la ubicación geográfica. Las proyecciones teóricas estiman que se salvarían pocas o ninguna vida en Europa con esta política, ya que en esta región la ingesta media de café actual ya es de dos o más tazas diarias. Sin embargo, fuera de Europa, las tasas de consumo de café son relativamente bajas. Sólo en el sudeste asiático, estimamos que se podrían salvar más de 150.000 vidas anualmente con la implementación de una política de dos tazas/día y también en otras regiones del mundo donde el consumo de café es bajo y las tasas de enfermedad hepática subyacente son relativamente altas. En particular, estos países con más probabilidades de obtener beneficios en disminuir la mortalidad de causa hepática, son productores de café (Sudeste de Asia, África Subsahariana, América Latina).

Estos datos también estiman que se podrían salvar más de 720.000 vidas anualmente si la ingesta mundial de café aumentara a cuatro o más tazas diarias. Algunas series publicadas ya han demostrado un efecto dosis-respuesta para la ingesta de café y protección contra la mortalidad tanto por cirrosis como por HCC. La magnitud de la reducción varía, entre las series de casos. En el artículo actual, decidimos utilizar las estimaciones de reducción de riesgos generadas a partir del artículo de Setiawan y sus colegas. Su estudio de cohorte fue prospectivo e incluyó el conjunto de datos más grande con información para más de 162.000 individuos y fue étnicamente mixto.

Aunque sus datos se obtuvieron en una población exclusivamente estadounidense con una edad media de 60 años que puede no ser generalizable a la población mundial, el estudio incluyó pacientes con diversas etiologías de enfermedad hepática. Los riesgos relativos derivados del estudio también se ajustaron apropiadamente para la confusión por sexo, edad, alcohol, tabaquismo, IMC, etnia, nivel de educación y diabetes. Además, hasta la fecha, no ha habido una revisión sistemática ni un metanálisis sobre el impacto del consumo de café en la mortalidad relacionada con el hígado, a partir de los cuales podríamos derivar un RR combinado para utilizarlo en este estudio.

Los datos de Setiawan y sus colegas revelaron que, en comparación con los no bebedores de café, aquellos que bebían 2-3 tazas al día tienen una reducción del 38% en el riesgo de HCC y una reducción del 46% en el riesgo de muerte por enfermedad hepática crónica (cirrosis). Si las personas bebían cuatro o más tazas al día, la reducción del riesgo de HCC era del 41% y de muerte por cirrosis era del 71%. Otros estudios de cohortes han informado reducciones de riesgo de magnitud similar.

Lai et al. también informaron una reducción de la mortalidad en pacientes con enfermedad hepática por el aumento del consumo de café en una cohorte de población adulta noruega, sin embargo esta cohorte estaba compuesta exclusivamente por hombres fumadores de Finlandia, por lo que no está clara la posibilidad de generalizar los resultados más allá de esta población. Klatsky et al. también informaron un efecto dosis-respuesta entre la ingesta de café y la mortalidad relacionada con la cirrosis en una cohorte poblacional de los EEUU. También ha habido varios estudios de casos y controles que apoyan la asociación entre el consumo de café y la mejora de la supervivencia relacionada con el hígado, aunque no se puede establecer la causalidad a partir de estos estudios.

En general, los datos se han considerado lo suficientemente convincentes como para que, por primera vez, las directrices de práctica clínica de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, en sus siglas en inglés) para el carcinoma hepatocelular (2018) y la enfermedad del hígado graso no alcohólico (2015) recomienden un mayor consumo de café en personas con enfermedad hepática crónica, para reducir la progresión de la enfermedad hepática, la incidencia de HCC y la mortalidad relacionada con el hígado. Además, el café parece una intervención segura para las personas con enfermedad hepática crónica tal como se destaca en las guías clínicas de la EASL para el HCC.

Sin embargo, el artículo de Goh y colegas plantea un punto importante, puesto que no está claro si los beneficios del café en la reducción del riesgo de mortalidad hepática se distribuyen uniformemente entre todas las etiologías de la enfermedad hepática, otros artículos no han apoyado este hallazgo.

En el artículo de Setiawan, el efecto protector del café sobre la reducción del riesgo de HCC y la mortalidad por cirrosis no se examinó específicamente en pacientes con hepatitis viral subyacente como análisis de subgrupos. Sin embargo, no encontraron pruebas que respalden la interacción entre el consumo de café y la etiología de la hepatitis viral de la enfermedad hepática. La única publicación que explora específicamente los beneficios del consumo de café en personas con hepatitis B encontró que el café protege contra el desarrollo de HCC, pero no examinó la mortalidad por cirrosis como criterio de valoración.

Aunque los datos que respaldan los beneficios potenciales del café para reducir el riesgo de HCC son convincentes, los datos de los registros de cáncer son estimativos en muchas partes del mundo, particularmente en países de ingresos medianos bajos con alta prevalencia de HCC y baja ingesta de café, como África y Asia y no se exploró el impacto potencial de un mayor consumo de café sobre el riesgo de HCC.

El mecanismo por el cual el café ofrece protección contra la enfermedad hepática no se ha demostrado claramente, pero parece que la cafeína no es el químico protector. De los muchos compuestos del café, los diterpenos y los ácidos clorogénicos son los más estudiados en la enfermedad hepática. El alto consumo de café se ha correlacionado con una mejor sensibilidad a la insulina, lo que sugiere que el café puede ejercer efectos protectores al atenuar la fibrosis hepática inducida por insulina y/o NAFLD como cofactor en la progresión de la enfermedad hepática. La ingesta de café también se ha asociado con tasas más bajas de inflamación bioquímica en estudios transversales en humanos y en estudios con animales, y se relaciona con los niveles de enzimas hepáticas y de citocinas proinflamatorias IFN-γ y TNF-α que fueron menores con la ingesta de café.

Este artículo y las proyecciones de vidas salvadas tienen muchos sesgos potenciales. En primer lugar, se trata de un estudio de un modelo, considerando las vidas potenciales salvadas en función de las tasas de reducción de riesgo teórico, no se dispone de tasas de reducción de riesgo publicadas y derivadas de una revisión sistemática y un metanálisis. Además, una limitación de los estudios de cohortes es que, si bien la evaluación del consumo de café (exposición) ocurrió antes del resultado de interés, el impacto de la enfermedad hepática crónica grave en la ingesta de café no se ha tenido en cuenta, por lo tanto, no se puede excluir la causalidad inversa. En el artículo de Setiawan y colegas se pudo excluir la historia previa o actual de HCC al inicio del estudio; sin embargo, las características de la enfermedad hepática subyacente y la gravedad al ingresar al estudio fue limitado.

Los datos de Setiawan se desarrollaron a partir de una población de personas que viven en los EEUU, donde es elevada la prevalencia de obesidad, enfermedad del hígado graso no alcohólico y consumo de alcohol, si estas estimaciones se pueden ampliar a comunidades en otros lugares con diferentes factores de riesgo de enfermedad hepática siguen sin respuesta.

Si bien no se dispone de datos sobre la duración del consumo necesario para obtener los beneficios del café en la supervivencia, realizamos un análisis de sensibilidad adicional para estimar el número de vidas potencialmente salvadas en 2016 con un mayor consumo de café, restringido a las personas mayores, y que mostró que todavía hay cientos de miles de muertes relacionadas con el hígado que podrían evitarse con un mayor consumo de café. Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que incluso con ajustes por factores de confusión y supuestos, un aumento en la ingesta de café tiene el potencial de salvar cientos de miles de vidas a escala mundial.

Como los datos de mortalidad relacionada con el hígado son sólo estimaciones, es probable que los datos de este estudio no informen totalmente sobre los beneficios del café.

Pero los resultados sugieren que un mayor consumo de café podría reducir la mortalidad relacionada con la enfermedad hepática en todo el mundo. Sin embargo, hasta la fecha, los estudios clave reportados han sido cohortes observacionales y hasta que se observe un beneficio en la mortalidad en los ensayos controlados aleatorios, se debe moderar el entusiasmo por adoptar la política de consumo de café. Los hallazgos de este estudio sugieren que se realizarán más investigaciones sobre los mecanismos protectores del café en la enfermedad hepática, los datos de un ensayo controlado aleatorio serían beneficiosos, en particular debido a su bajo coste, amplia accesibilidad y buen perfil de seguridad. Los estudios de intervención de salud pública también estarían justificados para explorar la mejor manera de generar el impacto potencial que el café podría tener en términos de reducción global de la carga de enfermedad hepática.

Conclusión

Según los datos disponibles, el café representa una intervención de salud pública simple, relativamente segura y accesible que puede reducir la mortalidad relacionada con el hígado a nivel mundial. Si el impacto del café en la mortalidad relacionada con el hígado que se muestra en los estudios de cohorte se confirma en ensayos clínicos, aumentar el consumo de café per cápita a más de dos tazas per cápita por día a nivel de población tendría el potencial de evitar cientos de miles de muertes por enfermedad hepática. Se necesitan con urgencia más investigaciones para confirmar los beneficios del café sobre la mortalidad relacionada con el hígado.

 

Fuente: Alimentary Pharmacology & Therapeutics

Referencia: Gow P, Spelman T, Gardner S, Hellard M, Howell J. Estimates of the global reduction in liver disease-related mortality with increased coffee consumption: an analysis of the Global Burden of Disease Dataset. Aliment Pharmacol Ther. 2020;52:1195–1203. https://doi.org/10.1111/apt.16020

Artículo traducido y adaptado por ASSCAT

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