Mortalidad anual según la causa de la enfermedad hepática crónica: cambios desde 2007 hasta 2016 en Estados Unidos

13/09/2018 | Artículos, Artículos científicos

En opinión de ASSCAT, los resultados de este estudio, representativo de la realidad de Estados Unidos, no puede aplicarse directamente a nuestro entorno, pero permite extraer algunas reflexiones que se deberían utilizar para aplicar en futuros planes de salud.

Antecedentes y objetivos

El tratamiento de la infección por el virus de la hepatitis C (VHC) con los AAD (antivirales de acción directa) ha mejorado el pronóstico de estos pacientes. No obstante, se ha evidenciado que la prevalencia de la enfermedad hepática alcohólica (ALD, en sus siglas en inglés) ha ido en aumento, por lo que se debería realizar una estimación actualizada de la carga asistencial y de la mortalidad específica por enfermedad hepática crónica según la causa. Para ello se estudiaron las tendencias en la mortalidad estandarizada por edad de las enfermedades hepáticas crónicas en adultos de al menos 20 años en Estados Unidos desde 2007 hasta 2016.

Métodos

Se recopilaron datos del censo de Estados Unidos y del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud, los registros de mortalidad y se identificaron las personas diagnosticadas de infección por VHC, enfermedad hepática alcohólica, enfermedad hepática por grasa no alcohólica o por infección por VHB usando códigos ICD-10. Se obtuvieron patrones de los porcentajes de mortalidad temporal según la causa utilizando el análisis de la tendencia de puntos de unión con las estimaciones del cambio porcentual anual.

Resultados

La mortalidad relacionada con el VHC estandarizada según la edad aumentó de 7,17 por 100.000 personas en 2007 a 8,14 por 100.000 personas en 2013, seguido por una marcada disminución durante el período en que los pacientes comenzaron a recibir el tratamiento con los AAD (de 8,09 por 100.000 personas en 2014 a 7,15 por cada 100.000 personas en 2016). El cambio porcentual anual en mortalidad por VHC aumentó un 2%/año desde 2007 hasta 2014, pero disminuyó un 6,4% por año desde 2014 hasta 2016. En cambio, la mortalidad estandarizada por edad aumentó para la enfermedad hepática alcohólica (cambio porcentual anual del 2,3% de 2007 a 2013 y un cambio porcentual anual del 5,5% desde 2013 hasta 2016); en cuanto a la mortalidad por la enfermedad por hígado graso no alcohólico (el cambio porcentual anual fue del 6,1% de 2007 a 2013 y el cambio porcentual anual del 11,3% desde 2013 hasta 2016). La mortalidad relacionada con el virus de la hepatitis B disminuyó constantemente entre 2007 y 2016, con un cambio porcentual anual promedio del 2,1%.

Si se analiza la mortalidad basada en la etiología en poblaciones minoritarias hubo diferencias importantes. La mortalidad relacionada con el VHC (por cada 100.000 personas) fue más alta en los afroamericanos (10,28) y en los blancos (6,92), seguidos por los hispanos (5,94) y más baja en los asiáticos (2,33). Los asiáticos tuvieron una mayor mortalidad por la infección por el virus de la hepatitis B (2,82 por 100.000 personas, mientras que fue de 1,02 para los afroamericanos y de 0,47 para los blancos no hispanos).

Conclusión

En este análisis de la mortalidad por enfermedad hepática crónica en Estados Unidos, basado en la población, la disminución en la mortalidad relacionada con el VHC coincidió con la introducción de los AAD, mientras que la mortalidad por enfermedad hepática alcohólica y la enfermedad hepática por grasa no alcohólica aumentó durante el mismo período. Las minorías étnicas en Estados Unidos tienen una mortalidad causada por la enfermedad hepática crónica desproporcionadamente más alta.

Comentario de ASSCAT

En nuestra opinión, los resultados de este estudio, representativo de la realidad de Estados Unidos, no puede aplicarse directamente a nuestro entorno, pero permite extraer algunas reflexiones que se deberían utilizar para aplicar en futuros planes de salud.

El tratamiento del VHC con los AAD ha sido tan eficaz que en muy poco tiempo ha dejado de ser la primera causa de mortalidad y de trasplante hepático. El pronóstico de la enfermedad hepática crónica se ha modificado sustancialmente depende de su causa y que se pueda prevenir, diagnosticar y tratar eficazmente. En la actualidad va aumentando la prevalencia de la enfermedad por daño alcohólico y la producida por la esteatohepatitis. Todo ello se confirma con los datos aportados.

Desde 2002, se viene reportando que la hospitalización por daño alcohólico va en aumento y, además, el aumento del porcentaje es más evidente al disminuir el VHC. Por otro lado, la esteatohepatitis aumenta como causa de cirrosis, de hepatocarcinoma y también como indicación de trasplante. Es una epidemia, que va asociada a la obesidad y al síndrome metabólico.

Aunque consideramos que estos resultados de Estados Unidos no son aplicables directamente en nuestro medio, se ha de reconocer que son avisos de extraordinaria gravedad. Se necesita un mayor esfuerzo y formación de especialistas para atender asistencialmente a los pacientes con posible daño alcohólico y a los que tienen enfermedad hepática por grasa de origen no alcohólico; pacientes cuyo número aumenta año a año. Las disparidades evidenciadas son datos muy valiosos para diseñar futuros planes con equidad y transparencia, que se han de enfocar en la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento en las fases iniciales de la enfermedad cuando la persona suele estar asintomática.

 

Referencia: Donghee Kim et al. Gastroenterology 2018;-:1–10

Artículo traducido y adaptado por ASSCAT (septiembre 2018)

13/09/2018

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