La salud está muy enferma. La inversión es insuficiente
La inversión insuficiente en salud tiene un impacto devastador en las sociedades y la economía. A nueve meses de la aparición de la COVID-19, la pandemia ha costado un millón de vidas, ha infectado a más de 30 millones de personas y está aún fuera de control.
Esta emergencia revela que los sistemas de salud son inadecuados e insuficientes. La falta de protección social, entre otras grandes carencias estructurales, es generada por el inadecuado uso de las utilidades que generan los negocios, y el desprecio por los olvidados de siempre.
Existe una conducta muy difundida de restarle importancia a los informes y conclusiones a los mensajes de las Naciones Unidas, que por lo general son expresiones de fuentes de prestigio. Esta conducta proviene especialmente de las grandes corporaciones financieras, de empresas multinacionales y de lectores que prefieren prensa amarilla, sensacionalista. La estrategia funciona para restar importancia a la cruda realidad.
Estos párrafos, en otras palabras, forman parte del mensaje de la ONU en el Día de la Salud Mental, que pone en evidencia la forma como se vienen utilizando los recursos naturales para generar una infinita acumulación de poderosos monopolios y la marginalidad de una masa infinita de seres humanos excluidos del progreso de la ciencia.
El Premio Nobel de este año 2020 se otorga a tres científicos que han realizado una contribución decisiva a la lucha contra la hepatitis transmitida por la sangre, un importante problema de salud mundial que causa cirrosis y cáncer de hígado en personas de todo el planeta.
Harvey J. Alter, Michael Houghton y Charles M. Rice lograron descubrimientos fundamentales que permiten la identificación de un virus nuevo, el virus de la hepatitis C. Este descubrimiento revela la causa de los casos restantes de hepatitis crónica y posibilita análisis de sangre y nuevos medicamentos que han salvado millones de vidas.
La pandemia de COVID-19 ha significado un gran reto para el bienestar mental y físico. Este año el Día Mundial de la Salud Mental busca promover el aumento de los servicios en este ámbito, que han sido ignorados históricamente.
El Nobel de la Medicina despierta caminos de esperanza a miles de millones de personas que en el mundo viven con un trastorno mental. Cada 40 segundos, alguien muere por suicidio, y ahora se reconoce que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre niños y adolescentes.
Veamos que los virus de la hepatitis A y B habían sido pasos críticos hacia adelante, pero la mayoría de los casos de hepatitis permanecieron sin explicación. La hepatitis es una amenaza mundial para la salud humana: “La inflamación del hígado, o hepatitis, una combinación de las palabras griegas para hígado e inflamación, es causada principalmente por infecciones virales, aunque el abuso de alcohol, toxinas ambientales son causas importantes”.
En la década de 1940, quedó claro que hay dos tipos principales de hepatitis infecciosa. La primera, llamada hepatitis A, se transmite por la contaminación del agua o alimentos y generalmente tiene poco impacto a largo plazo en el paciente. El segundo tipo, se transmite a través de la sangre y los fluidos corporales, y representa una amenaza mucho más grave que puede conducir a una enfermedad crónica, con el desarrollo de cirrosis y cáncer de hígado.
La hepatitis de transmisión sanguínea está asociada con morbilidad y mortalidad significativas, y causa más de un millón de muertes por año en todo el mundo, lo que lo convierte en un problema de salud mundial en una escala comparable a la infección por VIH y tuberculosis.
En la década de 1960, Baruch Blumberg determinó que una forma de hepatitis transmitida por la sangre era causada por un virus que se conoció como virus de la hepatitis B, y el descubrimiento llevó al desarrollo de pruebas de diagnóstico y vacuna eficaz. Blumberg fue galardonado con el Nobel Premio en Fisiología o Medicina en 1976 por este descubrimiento.
Identificación del virus de la hepatitis C. El nuevo virus es ahora una alta prioridad. Todas las técnicas tradicionales para la caza del virus se puso en práctica pero, a pesar de ello, el virus eludió el aislamiento durante más de una década.
“Todo esto era cierto, incluso antes de la COVID-19. Ahora estamos viendo las consecuencias de la pandemia en el bienestar mental de las personas y esto es sólo el comienzo. Muchos grupos, incluidos los adultos mayores, las mujeres, los niños y las personas con problemas de salud mental existentes, corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud a medio y largo plazo si no se toman medidas”, advirtió el Secretario de la OMS en el Día Mundial de la Salud Mental.
Una ocasión oportuna, para remarcar que muy pocas personas tienen acceso a servicios de salud mental de calidad. En los países de ingresos bajos y medianos, más del 75% de las personas con problemas de salud mental no reciben ningún tratamiento. Y, en general, los gobiernos gastan en promedio menos del 2% de sus presupuestos de salud en esta cobertura.
La depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, el trastorno bipolar y la esquizofrenia son enfermedades mentales que afectan a más de una de cada cinco personas.
Las consecuencias económicas de la pandemia ya se están sintiendo, ya que las empresas dejan ir al personal en un esfuerzo por salvar sus negocios, o incluso cierran por completo. La inversión en programas de salud mental a nivel nacional e internacional, que ya han sufrido años de falta de financiación crónica, es ahora más importante que nunca.
Casi mil millones de personas en el mundo viven con un trastorno mental. Cada 40 segundos, alguien muere por suicidio, y ahora se reconoce que la depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad entre niños y adolescentes.
“Todo esto era cierto, incluso antes de la COVID-19. Ahora estamos viendo las consecuencias de la pandemia en el bienestar mental de las personas y esto es solo el comienzo. Muchos grupos, incluidos los adultos mayores, las mujeres, los niños y las personas con problemas de salud mental existentes, corren el riesgo de sufrir graves problemas de salud a medio y largo plazo si no se toman medidas”, advierte la ONU.
El objetivo de la campaña del Día Mundial de la Salud Mental de este año era aumentar la inversión en este tipo de atención. “El Día Mundial es una oportunidad para que el mundo se una y comience a corregir el histórico abandono de la salud mental. Ya estamos viendo las consecuencias de la pandemia de COVID-19 en el bienestar mental de las personas y esto es sólo el comienzo. A menos que asumamos compromisos serios para aumentar la inversión en salud mental en este momento, las consecuencias sanitarias, sociales y económicas serán de gran alcance”, afirma un documento oficial de la OMS.
Los pueblos esperan comentarios de los más grandes empresarios del mundo. Será una respuesta para comenzar a entender por qué el coronavirus no es una plaga circunstancial, sino que es la suma de la destrucción del planeta para atender el “mercado”.
Fuente: diario16.com