El Día Mundial contra el Cáncer se celebra el 4 de febrero de cada año. Naranjargal Dashdorj, es cofundadora y directora ejecutiva de la Fundación Onom, en Mongolia y en este artículo nos cuenta cómo la eliminación de la hepatitis vírica está desempeñando un papel vital en la reducción de las muertes por cáncer de hígado en Mongolia y por qué es hora de que todos los países del mundo emprendan la lucha contra las hepatitis.

La hepatitis viral es una de las principales causas de cáncer de hígado, uno de los cinco cánceres más mortales, pero la mayoría de los países no mencionan la hepatitis dentro de las estrategias contra el cáncer. No se da importancia a la administración de la vacuna contra la hepatitis B, el acceso al tratamiento de la hepatitis B y a los tratamientos curativos de la hepatitis C, ni a las medidas de prevención conocidas, los servicios de reducción de daños en los usuarios de drogas ni a la prevención de la transmisión materno-infantil. Éstas son oportunidades perdidas para ayudar a prevenir miles de muertes por cáncer de hígado en todo el mundo.

En mi propio país, Mongolia, conocemos muy bien el vínculo entre las hepatitis y el cáncer de hígado. Mongolia sufre la tasa más alta de cáncer de hígado del mundo, aproximadamente 12 veces más que el promedio mundial. El 15% de todas las muertes en Mongolia se deben a cáncer de hígado y a cirrosis hepática. El mayor factor contribuyente es la epidemia de hepatitis en el país, que fue causada en parte por el uso de jeringuillas médicas sin esterilizar en los años setenta y ochenta.

El Gobierno sabía que había un problema de hepatitis vírica en Mongolia y comenzó la vacunación universal contra la hepatitis B en 1991. A pesar de los esfuerzos de vacunación, todavía había 400.000 personas que vivían con hepatitis viral crónica B, C y D (Delta) en un país de 3 millones de personas. Con tantos afectados por hepatitis y cáncer de hígado, era fundamental que los responsables de la gestión de políticas de salud consideraran la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las hepatitis víricas como una prioridad. Mi organización, la Fundación Onom, dirigió un llamamiento a la acción, desde la comunidad, al Gobierno para hacer más para tratar a las personas que viven con hepatitis vírica en Mongolia.

Convencimos a todos los partidos políticos para que se comprometieran con la eliminación de las hepatitis víricas en sus manifiestos. Después de las elecciones, abogamos por la implementación del compromiso del Gobierno con el manifiesto y trabajamos con el Gobierno para implementar una estrategia de eliminación de la hepatitis utilizando financiación nacional. Desde entonces, se han examinado casi dos millones de personas para detectar hepatitis y más de 50.000 personas se han curado de la hepatitis C. Sin embargo, Mongolia sigue liderando a nivel global la mortalidad por cáncer de hígado por cada 100.000 habitantes. La cirrosis hepática y el cáncer de hígado inducidos por hepatitis C están en declive, debido al eficaz tratamiento con antivirales de acción directa (AADs) y su mejor disponibilidad en Mongolia.

Lamentablemente, no hay mucha mejora en la historia de la hepatitis B. Pero actualmente, la coinfección crónica por hepatitis B y D está causando mucha angustia. La coinfección crónica por hepatitis B y D es la forma más grave de hepatitis viral y tiene riesgos mucho más altos, incluido un aumento de nueve veces del riesgo de cáncer de hígado en comparación con la infección por hepatitis B sola. Esto pone de relieve la urgente necesidad de mejorar la atención a los pacientes con hepatitis, no sólo en Mongolia sino en todo el mundo.

Para alcanzar este importante objetivo, aún nos queda mucho para ver una mayor disminución en la mortalidad por cáncer de hígado y reducir la carga financiera sobre el sistema de salud del país causada por los tratamientos y los trasplantes causados por el cáncer de hígado.

Todos los países deben integrar la eliminación de las hepatitis en las estrategias y programas de salud contra el cáncer. Creemos que las pruebas, el tratamiento y la prevención de las hepatitis son tan eficaces e importantes como fomentar un estilo de vida saludable, estrategias contra el tabaquismo y la obesidad para prevenir las muertes por cáncer. Por lo tanto, también iniciamos programas como Smoke Free Mongolia y Better Hearts, (Mongolia libre de humo y Mejorar los corazones) para crear conciencia sobre un estilo de vida saludable en general.

Los activistas para concienciar sobre la salud tienen un papel importante que desempeñar para garantizar que las estrategias contra el cáncer a nivel mundial, nacional y regional aborden las hepatitis y reduzcan la carga del cáncer de hígado.

Debemos alzar nuestras voces. Al igual que en Mongolia, se necesitará tenacidad, determinación, organización y movilización para que se produzca el cambio. Por el bien de todos aquellos que sufren innecesariamente, ahora es el momento de actuar.

 

Autora: Naranjargal Dashdorj, MD, PhD

Fuente: hepVOICE en-feb 2021

Artículo traducido y adaptado por ASSCAT

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