La COVID-19 desencadena una colaboración innovadora en los servicios de atención médica, pero la atención al paciente hepático sufre reveses a nivel mundial
En un seminario web realizado conjuntamente por la EASL (European Association for the Study of the Liver) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), los expertos en virología y hepatología compararon estrategias para hacer frente a la pandemia actual.
Describieron un aumento en los enfoques innovadores y cooperativos de mitigación, pero señalaron que la hepatitis esencial y otros servicios relacionados con el hígado están sufriendo impedimentos y retrasos.
Se informaron retrocesos similares en Europa occidental y países de bajos y medianos recursos. Sin embargo, la crisis ha creado muchas oportunidades innovadoras para que los proveedores de atención médica mejoren los servicios a nivel local e internacional.
En un seminario web titulado ‘COVID-19 y el hígado: informes de primera línea’ celebrado el 15 de mayo de 2020, la EASL y la OMS convocaron a un panel de expertos internacionales líderes en hepatología y virología para explorar el status quo de la atención hepática durante la pandemia de COVID-19. Los oradores incluyeron médicos de primera línea y gerentes de programas de diferentes países de Europa occidental (Francia, Italia y España), de países de bajos y medianos recursos (Egipto, Malasia y Pakistán) y de la Alianza Mundial contra la Hepatitis (WHA). Los médicos de primera línea describieron sus experiencias de respuestas nacionales a la COVID-19, de manejar el impacto en los servicios de hepatitis durante la crisis, y las estrategias para volver a la normalidad.
Un objetivo común es reducir el contagio nosocomial (adquirido en el hospital), para proteger tanto a los pacientes como a los profesionales de la salud. Existe la preocupación de una segunda ola de COVID-19 en el futuro, con el aflojamiento gradual de las medidas de cierre y las posteriores oleadas de desafíos de atención médica desencadenados por una acumulación de otras enfermedades.
Todos los oradores mencionaron un aumento favorable en las comunicaciones digitales, ya sea por teléfono o videoconferencia, principalmente mediante consultas de telemedicina con pacientes, pero también colaborando con colegas e interactuando con la sociedad civil u organizaciones sin fines de lucro.
Encuestas recientes de pacientes hepáticos y asociaciones de pacientes, incluida una de la Global Hepatitis Alliance, mostraron que algunos pacientes no están accediendo al tratamiento, porque tienen miedo de exponerse al SARS-CoV-2 en el hospital, además de otras barreras prácticas, como transporte público reducido.
“La forma en que hemos respondido a esta crisis viral y las medidas de control que hemos implementado nos han brindado la oportunidad de aprender. Podemos aplicar este aprendizaje a otras amenazas virales, como la hepatitis viral. Ésta es una oportunidad para que fomentemos nuestras estrategias de eliminación y, en última instancia, alcancemos el objetivo de la OMS de eliminar la hepatitis C para 2030”, dijo el co-moderador, Prof. Thomas Berg, Vicesecretario General de la EASL y Jefe de la División de Hepatología, Departamento de Oncología, Gastroenterología, Neumología y Enfermedades Infecciosas de la Clínica Universitaria de Leipzig, Alemania.
El profesor Berg también mencionó dos recursos innovadores y de publicación rápida para ayudar a los profesionales del cuidado del hígado a mitigar la crisis. El documento de posición de la EASL-ESCMID proporciona recomendaciones para los médicos que atienden a pacientes con enfermedades hepáticas durante la pandemia de COVID-19; y el registro COVID-Hep apoyado por la EASL sirve para recopilar y estudiar datos internacionales sobre pacientes con hígado también afectados por COVID-19.
“Cada gobierno debe hacer todo lo posible para controlar la situación, a fin de minimizar su impacto en los servicios de salud, incluida la atención de la hepatitis. Cuanto antes regresemos la situación, antes podremos restaurar nuestros servicios. En el futuro, tendremos que vivir con COVID-19 y adaptarnos a las nuevas normas, elaborando estrategias para garantizar la continuidad de los servicios de hepatología en su totalidad”, explicó el Dr. Radzi bin Abu Hassan, Jefe del Servicio de Gastroenterología y Hepatología, Ministerio de Salud, Malasia.
Las recomendaciones incluyeron: detección exhaustiva de la COVID-19 para pacientes que necesitan hospitalización por cualquier motivo; maximizando la atención ambulatoria; entregando las medicinas de los pacientes a sus hogares; proporcionar a las organizaciones de pacientes hepáticos información sobre cómo COVID-19 puede afectarlas; y explorar cómo la detección de hepatitis podría integrarse con los programas de vacunación, incluso para niños.
“Ésta es sobre todo una oportunidad: fortalecer el sistema de salud, la capacidad de diagnóstico de laboratorio y la capacitación de recursos humanos, así como el control de infecciones para prevenir nuevas infecciones”, indicó el profesor Manal El Sayed, profesor de pediatría y director de la clínica Centro de Investigación de la Facultad de Medicina de la Universidad Ain Shams en El Cairo, Egipto, miembro fundador del Comité Nacional Egipcio para el Control de la Hepatitis Viral y miembro de la Junta de la Fundación Internacional del Hígado EASL.
El profesor El Sayed continuó: “En cuanto a la investigación, la comunidad internacional necesita participar y debatirla. Para aquellos casos en los que la financiación se ha detenido o reutilizado para la COVID-19, debemos analizar los mecanismos que nos permiten fusionarnos, para que podamos continuar haciendo nuestra investigación. Estudiar el impacto de la COVID-19 en la enfermedad hepática y la hepatitis viral también podría ayudar a aumentar la financiación”.
Fuente: easl.eu
Noticia traducida por ASCAT