Introducción ASSCAT

Nuestra felicitación, ánimos y total apoyo a todo el colectivo médico y personal sanitario público del Estado, ante sus reivindicaciones y manifestaciones. Estamos con ellos, demandando soluciones que les afectan, tanto a ellos como a cada uno de nosotros como usuarios del sistema. En ASSCAT, como asociación de pacientes, y haciéndonos eco de lo que dice el presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, el Dr. Jaume Padrós, en la siguiente entrevista, creemos necesario visualizar los problemas y proponer soluciones. Por ello, nos sumamos a las palabras y reivindicaciones del Dr. Padrós y pedimos a los responsables públicos que empiecen a pasar a la acción: ideas propuestas llevadas a término. De nada sirve decir y no hacer.

Pere Santamaría, voluntario, paciente experto y miembro del Grupo de Trabajo de ASSCAT

Entrevista al presidente del Colegio de Médicos de Barcelona sobre la situación del sistema de salud catalán, coincidiendo con la huelga de médicos de esta semana.

El miércoles y el jueves de la semana que viene hay prevista una huelga de médicos convocada por el sindicato Médicos de Cataluña. Piden medidas contundentes y concretas para resolver, entre otras, la crisis de profesionales médicos que sufre el sistema sanitario público: los problemas de sobrecarga asistencial y la falta de personal que afectan tanto a los sanitarios como a los usuarios, que se encuentran en listas de espera largas y algunos servicios saturados.

Jaume Padrós, presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, dice que esta huelga es un termómetro del malestar de los profesionales y que, además de la falta de recursos, es necesario reivindicar una reforma profunda del sistema de salud catalán.

¿Qué destacaría como objetivo importante de la huelga de médicos de estos días?

Las movilizaciones y la huelga son un termómetro del malestar. Se ha de hacer entender a la población y a los políticos en qué situación estamos. Es una huelga que convocan los médicos y a la que se añaden otros colectivos. Ya veremos qué pasará y si finalmente hay un acuerdo. Más allá de si la huelga se hace o no, la cuestión más importante es el problema de fondo. Por un lado, necesitamos recursos, pero también necesitamos transformar el modelo, porque es muy rígido. Daba muy buena respuesta a las necesidades de la población catalana de finales del siglo XX y primeros del XXI, pero ahora no.

¿A qué se refiere?

Se ha demostrado que el sistema sanitario de los países occidentales que tienden a la universalidad es el servicio público más bien valorado, aquello que preserva y protege más bien a los vulnerables. Paradójicamente, el sistema es víctima del éxito de las políticas de salud de décadas anteriores. Ahora tenemos una población más envejecida, con comorbilidades, con cronicidad… Y con más déficits en su entorno. Personas que se ponen enfermas y nadie las puede cuidar porque toda la familia trabaja. También se ha detectado que la pobreza es una de las causas del aumento de ingresos hospitalarios y la presión en urgencias. Anteriormente, hemos puesto mucho el acento en los hospitales, pero se ha de reforzar la atención primaria no sanitaria, que es la que se ha recortado más.

La huelga también pone el foco en la falta de médicos, además de la planificación.

Hay una no-planificación en recursos humanos en los sistemas sanitarios, también presente en otros países. Aquí se da la paradoja de que la formación es una de las mejores del mundo, pero una vez estás en ella. el criterio de acceso hace que no escojamos ni el nombre ni el perfil de médicos que necesitamos. En 2022, más del 50% de los nuevos colegiados han sido extranjeros extracomunitarios que no han pasado por este sistema de formación y que no tienen el título de especialista. No es verdad que los médicos de aquí se vayan al extranjero, lo que pasa es que vienen muchos de fuera. Y lo que hacemos, éticamente, es un disparate, descapitalizamos países que los necesitan y acaban siendo mano de obra que consolida la precariedad. Y está el tema de la competencia lingüística. Los colegios profesionales, por ley, no tenemos la capacidad para evaluar esta competencia.

Habla de la necesidad de cambios en la formación.

Escogemos gente sólo mirando la nota académica, aunque hay centenares de estudiantes que querrían hacer Medicina, pero no pueden. En cambio, importamos médicos. En este momento, de cada cuatro médicos que se colegian, sólo uno es catalán. Esto es una paradoja. El distrito universitario único hace que tres cuartas partes de los estudiantes de la Universidad de Lleida y de la Universidad Rovira i Virgili sepan desde el minuto cero que no se quedarán en Cataluña. Invertimos en formación a profesionales que no se quedarán. En el caso de Lleida, en Aragón, en el caso de la Rovira i Virgili, en Valencia. Esto hace que haya comunidades autónomas que no inviertan en universidades y facultades.

Ha hablado de la necesidad de un cambio de modelo. ¿Qué sería necesario?

También necesitamos flexibilizar el marco normativo y de funcionamiento y organización del sistema sanitario. Cuando se suprimió el marco normativo con el estado de alarma, el nivel de flexibilidad y colaboración profesional fue altísimo. Tuvieron que saltarse las normas burocráticas, porque con el marco normativo no hubiésemos podido dar respuesta. Pero la Atención Primaria ha vuelto al tedio de la norma, que desgasta, encorseta a los equipos y las posibilidades que se adapten a las necesidades.

¿Qué significa este encorsetamiento?

La mayoría de los médicos de la Atención Primaria dedican una tercera parte de su tiempo a tareas que no aportan valor y que no son sanitarias, tareas burocráticas o emisión de justificantes de ausencia. Muchas veces, el sistema sanitario acaba siendo el cajón de sastre de otras insuficiencias de la sociedad. También hay ciudadanos que utilizan mal los servicios de urgencias, para obtener resultados inmediatos. Hay mucha gente que confunde la accesibilidad con la inmediatez. Los modelos sanitarios universitarios, gratuitos, con una equidad y accesibilidad totales, convierten al sistema sanitario en una especie de barra libre donde todo aquel que tiene algún malestar se acaba medicalizando. Si esto no lo reconducimos un poco, pensando en quien más lo necesita, a ser resolutivos, habrá muchos ciudadanos que optarán por contratar pólizas privadas.

Estas contrataciones han aumentado los últimos años.

Ministerio y consejería deberían decir alguna cosa. Porque no lo son únicamente de la pública, sino también de la privada. Y la privada en este momento es un mercado de Calaf. Al lado de compañías y pólizas serias, que siempre han convivido con la pública – en nuestro país hay mucha tradición de ciudadanos con doble cobertura- hay una oferta de pólizas basura en que se engaña al ciudadano y le dicen que obtendrá algunas cosas que en la pública no obtendrá, pero en realidad hay mucha letra pequeña.

¿Hay alguna medida concreta que sería necesario tomar?

Necesitamos transformar el modelo sanitario de acuerdo con el documento de la comisión de expertos con los que estuvieron de acuerdo los principales partidos y ERC, Junts y PSC llevaban en el programa electoral de las últimas elecciones. Es un programa de treinta medidas, una hoja de ruta para la próxima década que podría servir para el conjunto del Estado español. Hay consensos amplios, pero falta determinación para hacerlo. Ahora, vamos tarde. Preveo que los próximos dos o tres años serán muy duros. Las cosas pueden empeorar, pero si se toman decisiones ahora se podrían encarar de otra manera.

El Colegio de Médicos dice que 2025 será un año crítico. ¿Qué implicarán, estos años duros de los que habla?

No tenemos médicos. Se tendrán que reordenar servicios, algunos no tiene sentido mantenerlos. Esto se tendrá que hacer según la seguridad clínica y la calidad asistencial. No podemos tener de todo en todas partes, y algunos se tendrán que concentrar. Al mismo tiempo, se ha reforzar la Atención Primaria. En Cataluña y el Estado español tenemos un modelo de Atención Primaria que no es homologable organizativamente en Europa. Tenemos unos profesionales magníficamente formados, pero con unos equipos que están bajo una norma que los anquilosa mucho.

¿Algún modelo a seguir?

Un modelo similar al de Dinamarca, en el que los equipos de Atención Primaria son sociedades cooperativas de profesionales que autogestionan su trabajo y disfrutan de autonomía de funcionamiento según las variables y necesidades. Esto mejora no sólo los ítems de salud, accesibilidad y atención, sino también el grado de satisfacción profesional. El malestar de los profesionales es que tienen poco control sobre su trabajo y que aquello que les llega de demanda a veces no tiene nada que ver con el hecho de ser médico o enfermera. El tema es complejo. Algunas cosas las ha de coger la consejería, otras las patronales, y muchas las ha de coger el ministerio o la interterritorial.

¿La situación será más crítica en alguna especialidad concreta?

Nos faltan algunas especialidades, pero es que en este momento necesitamos médicos de familia. Hay CAPs donde faltan médicos y no los pueden suplir porque no los hay. Por eso he pedido a todos los partidos que dejen de utilizar el tema sanitario desde un punto de vista electoralista. Cuando piden que se abra un hospital o un CAP, crean un malestar en los equipos, porque no hay médicos.

Está el ejemplo del hospital satélite del Moisès Broggi, que está vacío por la falta de personal.

Ésta es la realidad que hemos de enfrentar, y se ha de explicar. Los médicos no están, no se fabrican, pasa aquí y casi en toda Europa, con el agravante de que aquí no se ha planificado nunca nada. Esto tiene que ver con la falta de planificación y con el hecho de que el sistema sanitario soporta una presión de demandas que no tienen nada que ver con el sistema sanitario, pero que generan malestar, y por eso la gente va. Pero aquí la cosa no es que vengan muchos pacientes, sino cómo organizas la asistencia. Si tienes autonomía de gestión y control de tu agenda, te organizas, pero ahora el marco normativo encorseta.

 

Fuente: vilaweb.cat

Related Post