En este artículo se presentan los resultados de un ensayo clínico para promover la actividad física y ver los efectos sobre la salud en personas mayores de 65 años con alguna limitación en su movilidad funcional.

Éste es un programa de 12 meses para promover la actividad física y luego mantener los hábitos adquiridos. La hipótesis es que podría ayudar a prevenir el deterioro de la función física durante un período de 2 años, según un artículo publicado en The Lancet Public Health.

Las limitaciones de movilidad en la vejez pueden reducir en gran medida la calidad de vida, generar costes directos adicionales en la atención social y de salud y aumentar la mortalidad. A través del ensayo Retirement in Action (REACT), el objetivo fue establecer si una intervención de envejecimiento activo basada en la comunidad podría prevenir la disminución del funcionalismo físico de las extremidades inferiores en adultos mayores con un mayor riesgo previo en la limitación de su movilidad.

Métodos

En este ensayo multicéntrico, con dos grupos de personas, de manera paralela y controlada, se incluyen adultos mayores (de 65 años o más y que no tenían un empleo a tiempo completo) con un funcionalismo físico reducido en las extremidades inferiores, evaluado mediante una puntuación llamada Short Physical Performance Battery [SPPB] y con una puntuación obtenida de 4 a 9. Se realizó el estudio en 35 centros de atención primaria de cuatro ciudades (Bristol, Bath, Birmingham y Devon) en Inglaterra. Los participantes fueron asignados al azar para recibir consejos breves (tres sesiones de educación sobre el envejecimiento saludable) o un programa de actividad física multimodal estructurada en grupo, durante 12 meses (64 sesiones de ejercicio de 1 hora) y además con un programa de mantenimiento (21 sesiones de 45 minutos) a cargo de  una organización benéfica y personal de centros comunitarios o de ocio en las comunidades locales. La aleatorización se estratificó por centros y se adoptó un enfoque para equilibrar los grupos por edad, sexo y puntuación SPPB, utilizando un algoritmo de aleatorización centralizado en línea. Los investigadores involucrados en la recopilación no conocían a qué grupo pertenecían las personas ni intervinieron en el análisis de datos, pero los participantes sí lo conocían debido a la naturaleza de la intervención. El resultado primario fue el cambio en la puntuación SPPB a los 24 meses, analizado según la intención de tratar.

Resultados

Entre el 20 de junio de 2016 y el 30 de octubre de 2017, 777 participantes (edad media 77,6 años; 66 % mujeres; con puntuación SPPB media de 7,37puntos, fueron asignados aleatoriamente a la intervención (n=410) o bien al grupo control (n=367). Los resultados a los 24 meses fueron proporcionados por 628 (81%) participantes (294 en el grupo de control y 334 en el grupo de intervención). Y a los 24 meses de seguimiento, la puntuación SPPB (ajustada por la puntuación SPPB inicial, la edad, el sexo, el sitio de estudio y el grupo de ejercicio) fue significativamente mayor en el grupo de intervención (media 8,08 puntos) que en el grupo de control (media 7,59 puntos), con una diferencia de medias ajustada de 0,49; p=0,014), siendo significativamente mejor. Un paciente tuvo un evento adverso que estuvo relacionado con la intervención; los eventos adversos no relacionados más comunes fueron afecciones cardíacas, accidentes cerebrovasculares y caídas.

Interpretación

Para los adultos mayores en riesgo de limitaciones de movilidad, la intervención REACT mostró que un programa de actividad física y mantenimiento del comportamiento de 12 meses podría ayudar a prevenir el deterioro de la función física durante un período de 24 meses.

Introducción

Con el aumento de la edad, hay una disminución de la movilidad en la población. El 44% de los pensionistas en el Reino Unido se clasifican como discapacitados. La forma más común de discapacidad es la discapacidad relacionada con la movilidad (67%), esto es un importante problema de salud pública que está reduciendo considerablemente la independencia y la calidad de vida de los adultos mayores, al mismo tiempo que contribuye a los altos costos de la atención social y de salud y al aumento de la mortalidad. La reducción de la velocidad de la marcha y los bajos niveles de actividad física son marcadores clave de fragilidad, que a su vez aumenta la presión sobre los sistemas de atención de la salud en todo el mundo. La presión sobre los sistemas de sanitarios se ve agravada aún más por el aumento rápido de la población de edad avanzada.

En las personas mayores, existe una fuerte evidencia del un efecto positivo de la actividad física regular en el funcionamiento físico de las extremidades inferiores, la capacidad de vivir de forma independiente en la comunidad, la reducción de los ingresos hospitalarios y la mortalidad. A pesar de estos beneficios sustanciales, las personas se vuelven menos activas físicamente y más sedentarias a medida que envejecen, y sólo el 12 % de los adultos del Reino Unido mayores de 65 años cumplen con pautas de actividad física. Los comportamientos sedentarios son aún más frecuentes en los grupos de población más deprimidos socioeconómicamente, que está reconocido como un factor clave en las desigualdades en salud.

El estudio Lifestyle Interventions and Independence for Elders (LIFE) fue un ensayo histórico realizado en los EEUU sobre la eficacia que una intervención de actividad física diseñada para mejorar la fuerza, el equilibrio y la resistencia de las extremidades inferiores y que demostró que se puede reducir el riesgo de desarrollar una discapacidad importante relacionada con la falta de movilidad al 18% y la discapacidad relacionada con la movilidad persistente en un 28%. La definición de discapacidad relacionada con la falta de movilidad se definió como la incapacidad para completar una prueba de caminata de 400 metros en 15 min sin sentarse, sin la ayuda de otra persona y sin andador (evaluado objetivamente) —esto es un resultado clínico y de salud pública importante y bien validado en las personas mayores, asociado con mortalidad, enfermedad cardiovascular, limitación de la movilidad y discapacidad. Sin embargo, la intervención LIFE requirió muchos recursos y no hubo un seguimiento a largo plazo después de la intervención. Desde la publicación de ese ensayo clínico, el reto ha sido desarrollar intervenciones de actividad física asequibles y escalables que apunten a la movilidad y que sean adecuadas para su ejecución en una variedad de contextos comunitarios; los efectos de estas intervenciones también deben mantenerse a largo plazo.

El estudio Retirement in Action (REACT) que se presenta en este artículo es un ensayo de efectividad pragmática diseñado para evaluar el efecto a corto y largo plazo de un programa de ejercicio, basado en la comunidad en el mundo real y con apoyo social y del comportamiento para adultos mayores que se hallan en un riesgo alto de limitaciones de movilidad, en el Reino Unido. Se planteó la hipótesis de que los participantes asignados al grupo de intervención REACT de 12 meses tendrían una función física de las extremidades inferiores significativamente mejor a los 24 meses de seguimiento que los participantes asignados al grupo control.

Debate

Los adultos mayores con limitaciones de movilidad que recibieron la intervención REACT de 12 meses tuvieron mejoras significativas en la función física de las extremidades inferiores en comparación con los participantes del grupo control a los 6, 12 y 24 meses (12 meses después del final de la intervención) de seguimiento, indicando un beneficio sostenido en el tiempo. Estas mejoras estuvieron en el límite de la diferencia mínima clínicamente significativa predefinida. Los efectos más altos de la intervención se asociaron con una mayor asistencia a las sesiones grupales del programa.

Las puntuaciones iniciales de la SPPB fueron casi idénticas a las de la población del estudio LIFE, lo que permitió su comparación; la diferencia observada en la puntuación SPBB de 0,49 a los 24 meses fue 3 veces mayor que la diferencia entre grupos informada en el ensayo LIFE. En el ensayo LIFE, esta diferencia más pequeña en las puntuaciones SPPB fue suficiente para reducir el riesgo subsiguiente de discapacidad grave relacionada con la movilidad (definida como la incapacidad objetivamente evaluada para caminar 400 metros) en un 18% y el riesgo de discapacidad persistente relacionada con la movilidad. La capacidad de caminar una distancia de 400 metros se relaciona con poder mantener una vida independiente. Estos efectos de cambios más pequeños en las puntuaciones de SPPB en el estudio LIFE sugieren que la diferencia mínima clínicamente significativa en las puntuaciones de SPPB podría ser menor que la diferencia de 0·50 utilizada para calcular el tamaño de la muestra en este estudio. De hecho, otra evidencia sugiere que cambios en la puntuación SPPB de 0·28 o más son significativos en adultos mayores frágiles o prefrágiles (puntuación SPPB).

Al finalizar la intervención (12 meses después del inicio del programa), se observaron diferencias significativas en la puntuación del componente físico en el cuestionario de calidad de vida SF-36, la MVPA, la actividad física autoinformada, la adherencia a los ejercicios de fortalecimiento muscular y la fuerza de prensión de la mano. Estos resultados son consistentes con la idea de que la intervención aumentó la participación en ejercicios de fortalecimiento muscular, de equilibrio y de resistencia que mediaron los efectos observados sobre el funcionamiento físico.

El aumento de la MVPA fue pequeño, aunque vale la pena señalar que cualquier aumento de la MVPA puede tener efectos sobre la salud, y estos aumentos deben compararse con los niveles muy bajos de MVPA inicial en este grupo de personas mayores frágiles o prefrágiles (con un nivel de MVPA bajo). También se debe tener en cuenta que los acelerómetros están diseñados para medir la actividad física ambulatoria en lugar de la participación en el ejercicio de resistencia (que se realiza principalmente mientras se está parado). El cambio de 2,6 puntos en la puntuación del componente físico en el cuestionario SF-36 fue pequeño (se cita una diferencia clínicamente significativa de alrededor de 4 puntos), al igual que el cambio en la fuerza de prensión manual. Este resultado muestra que los beneficios funcionales del programa REACT fueron específicos para el enfoque del programa de intervención de ejercicios (movilidad de las extremidades inferiores) y no se generalizaron al funcionamiento físico de la parte superior del cuerpo.

A los 24 meses, sólo se mantuvieron los cambios en la actividad física autoinformada y el ejercicio de fortalecimiento muscular. Los análisis de subgrupos sugirieron consistencia de los efectos de la intervención entre diferentes subgrupos de la población, incluidos ambos sexos y personas de diferentes edades, niveles educativos y nivel socioeconómico.

Hasta donde sabemos, el estudio REACT es el ensayo traslacional más grande realizado hasta la fecha dirigido a cambios a largo plazo en la función física de las extremidades inferiores en adultos mayores con limitaciones de movilidad. Tuvo un diseño sólido y una baja tasa de abandono (19% a los 24 meses) con una buena adherencia a la intervención.

Aunque sólo se reclutó al 3% de los invitados a participar, el estudio REACT invitó a todos los mayores de 65 años y luego aplicó un proceso de selección en dos etapas para seleccionar a los participantes elegibles. A partir de los datos de selección del estudio, estimamos que es probable que más del 80% de los invitados no fueran elegibles debido a que la batería SPPB de fragilidad (era demasiado baja o estaba fuera del rango objetivo o debido a otros criterios de exclusión). Sobre esta base, la tasa de respuesta entre la población elegible fue del 17%. Además, es tranquilizador que la muestra reclutada fuera representativa de la población del Reino Unido mayor de 65 años.

La principal limitación fue que, al igual que en otros estudios de intervenciones conductuales, no fue posible realizar el estudio como un doble ciego en los participantes al grupo de estudio, lo que introduce la posibilidad de sesgo de deseabilidad social en las medidas informadas por los pacientes. Sin embargo, el resultado primario aquí consistió en una batería de pruebas físicas evaluadas por observadores independientes y las personas que recogían los datos no conocían la asignación del grupo de estudio. Los análisis de resultados secundarios fueron exploratorios, sin ajuste para pruebas múltiples y deben interpretarse en consecuencia. Debido al bajo número de participantes de grupos étnicos minoritarios, la generalización de los resultados a estas poblaciones más minoritarias deberá establecerse en estudios futuros.

Para los adultos mayores en riesgo de limitaciones de movilidad, programas como REACT podrían ayudar a mantener la salud y la independencia. Uno de los principales retos es que los servicios de salud pública sean asequibles a la población clave.

La intervención de ejercicio REACT proporciona evidencia importante que respalda las recomendaciones de actividad física de la OMS, los EEUU para el ejercicio multimodal para adultos mayores de 65 años. Los datos de dosis-respuesta respaldan la idea de que al menos una sesión de ejercicio multimodal por semana (un nivel de compromiso bastante bajo) podría ser suficiente para brindar beneficios en la función física de las extremidades inferiores. Es probable que el aumento de la función física de las extremidades inferiores en el grupo de intervención siguió a la participación en las sesiones grupales, como sugiere el análisis de sensibilidad, y el aumento del rendimiento en el ejercicio regular de fortalecimiento muscular que se informó en todo momento. Los mecanismos de cambio de comportamiento (por ejemplo, enfocarse en las necesidades psicológicas de competencia, de autonomía y de relación), la calidad de la entrega de la intervención y los factores asociados con la asistencia a la intervención y los resultados se explorarán a través de una evaluación de proceso de métodos mixtos, que incluye una larga duración. Estos análisis nos dirigirán a desarrollar recomendaciones de buenas prácticas sobre la mejor manera de ayudar a los adultos mayores a mantener un estilo de vida activo para obtener beneficios continuos en la salud y en la calidad de vida.

Dado que el reclutamiento para este ensayo fue un desafío logístico, se necesita más investigación para identificar un proceso de evaluación de detección simple, sensible y específico para identificar a los adultos mayores que probablemente se beneficiarían de este tipo de intervención (es decir, que tienen una puntuación SPPB de 4–9). Tal proceso de evaluación sería útil tanto para futuras investigaciones como para la implementación de la intervención en esta población.

También se necesitan estudios futuros para examinar la efectividad de la intervención REACT en poblaciones negras, asiáticas y de otras minorías étnicas, así como para identificar y abordar cualquier barrera que pueda disuadirlos de participar en el programa. También se necesita más investigación para optimizar la implementación de REACT a escala. Por ejemplo, podría ser posible y sinérgico integrar la intervención REACT con los servicios existentes de prevención y rehabilitación relacionados con la movilidad. Contrariamente a la creencia de que la edad avanzada conlleva una disminución inevitable del funcionamiento físico, el estudio REACT muestra que esta disminución se puede retrasar o incluso prevenir con cambios modestos en el estilo de vida.

Comentarios ASSCAT

Este estudio que publicamos invita a la gente mayor a hacer ejercicio, para mejorar su estado de salud, su movilidad y su calidad de vida, aunque advierte que ha de ser de una forma asequible, que las personas tengan a mano el poder incorporarse a programas de ejercicio físico. Para que se obtengan beneficios la práctica de ejercicio físico precisa ser constante. 

El deporte, en general, es uno de los ejemplos más significativos de trabajo duro y dedicación que un ser humano puede demostrar. Tanto si se es un fanático de los deportes como si no, no se puede negar su poder.

El deporte es bueno para nuestra mente y también para nuestro cuerpo. La actividad física, a cualquier edad, confiere protección frente a un número considerable de trastornos de la salud.

 

Fuente: thelancet.com

Referencia: https://doi.org/10.1016/S2468-2667(22)00004-4

Artículo traducido y adaptado por ASSCAT

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