Francia lanza una estrategia de cribado universal en hepatitis B y C y VIH

24/04/2018 | Noticias de prensa

Los especialistas coinciden: la enfermedad no se eliminará sólo con eficacia terapéutica. Tras el exitoso plan español, Francia lanza una estrategia de cribado en hepatitis C y B y VIH.

En el mundo ya hay 82 países que han desarrollado planes nacionales de hepatitis, entre ellos España, pero ninguno desciende a detalles tan específicos como el que acaba de lanzar Francia coincidiendo con el Congreso Internacional del Hígado (ILC 2018), que organiza la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, en sus siglas en inglés).

Varios expertos internacionales, en su mayoría investigadores de los ensayos clínicos sobre nuevos antivirales de acción directa (AADs) en hepatitis C, han aportado diferentes enfoques sobre el objetivo de la OMS de erradicar el VHC en 2030, con un trasfondo conceptual coincidente con la propuesta francesa. “Ya tenemos herramientas para tratar con éxito a la mayor parte de pacientes infectados. Ahora necesitamos optimizar y simplificar los modelos de atención para de verdad eliminar el virus, y habrá que actuar sobre el qué, el quién y el dónde”, ha advertido Stefan Zeuzem, catedrático de Medicina en la Universidad de Frankfurt (Alemania) y moderador de un simposio sobre colaboraciones para paliar la influencia de la infección.

Triple cribado

Pero las únicas propuestas verdaderamente ensambladas en un programa de acción son las del Plan de Eliminación del VHC para 2025, que acaba de activarse en el país galo, donde se prevé implantar un cribado universal combinado de VIH, VHC y VHB; favorecer el acceso a los tratamientos pangenotípicos de hepatitis C abriéndolos a nuevos prescriptores y promoviendo redes de trabajo, y afianzar la prevención con acciones innovadoras para llegar a poblaciones vulnerables e ir más allá del sistema sanitario.

Estas medidas centrales, avanzadas por Victor de Lédinghen, jefe de Gastroenterología y Hepatología del Hospital de la Universidad de Burdeos, están en fase germinal tras haberse superado el argumento del cribado limitado a grupos de alto riesgo de transmisión de VHC. En opinión de este experto, el cribado universal del virus es decisivo, o se quedarían pacientes sin tratar, tal y como indica la Sociedad Francesa de Hepatología. “Aún así, algunos pacientes serán difíciles de diagnosticar y de integrar en la asistencia: población encarcelada, migrantes, personas que se inyectan drogas…”.

Concienciación

En Francia ya se han llevado a cabo campañas de concienciación para grupos de alta prevalencia, planes de formación en hepatitis C para apoyar a profesionales que tratan a estos pacientes, así como programas de reducción de daños graves. Pero los planes más ambiciosos de cribado universal que recomienda la guía francesa, al igual que una serie de campañas nacionales en medios, están por venir.

Stefano Fagiuoli, jefe de Gastroenterología y Trasplante Hepático en el Hospital Giovanni XXIII de Bérgamo (Italia), ha abogado por medidas similares, comenzando por simplificar los regímenes de tratamiento simple y pangenotípico, expandir la base de prescripción y aumentar los lugares donde se pueda atender a pacientes con VHC.

“Con la eficacia de los fármacos pangenotípicos y panfibróticos pueden curarse una gran mayoría de los pacientes y tendremos que atender a otras consideraciones pre-tratamiento como la función renal y el estadio de enfermedad hepática”, dice, recomendando personalizar las necesidades del paciente por su edad, comorbilidades, plurimedicación y estilo de vida. Estos serían criterios imprescindibles para canalizar los pacientes más sanos a la atención primaria y que sólo vayan al hepatólogo los casos de patología hepática avanzada.

Primaria y hospital

Fagiuoli recuerda el “largo viaje” que suponía el tratamiento de la infección por VHC, con hasta 5 visitas previas al diagnóstico entre pruebas de anticuerpo anti-VHC, flebotomías y test de RNA. Pero cree que en 2020 habrá aumentado el acceso a la curación de la hepatitis C por varios motivos: el primero es precisamente el acortamiento del viaje del paciente desde que es identificado hasta que se puede tratar, con una implicación cada vez mayor de los médicos de familia.

Otras razones son la simplificación del periodo pre y post terapia, el tratamiento de pacientes “fáciles” en el centro de salud, así como mejores actividades divulgativas y asistenciales en prisiones, residencias de ancianos, centros de drogodependientes o personas con tratamientos sustitutivos de opiáceos.

“Las organizaciones de pacientes también pueden jugar un papel esencial”, explica Michael Ninburg, presidente de World Hepatitis Alliance (WHA), quien subraya que las mejoras clínicas tras la eliminación del virus en cuanto a salud hepática y la disminución del riesgo de morbilidad y de mortalidad “son fáciles de medir, pero no los aspectos no clínicos como deshacerse del estigma, del riesgo de infectar familiares, reintegrarse en la sociedad o mejorar la autoestima”.

  

Fuente: diariomedico.com

24/04/2018

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