Un estudio publicado en la revista Nature Communications revela que los niveles altos de folistatina en sangre, predicen la diabetes tipo 2 hasta 19 años antes de que se manifieste.

¿Un biomarcador en sangre que predice la diabetes tipo 2 hasta 20 años antes? Ya es posible gracias a un estudio de la Universidad de Lund, en Suecia. Los investigadores han identificado una proteína, la folistatina, capaz de determinar el riesgo de sufrir diabetes tipo 2 años antes de que se manifieste esta enfermedad, que afecta a alrededor del 6% de la población mundial.

Y es que “los niveles altos en sangre de la proteína folistatina predicen la diabetes tipo 2 hasta 19 años antes del inicio de la enfermedad, independientemente de otros factores de riesgo conocidos, como la edad, el índice de masa corporal, la glucosa en sangre en ayunas, la dieta o la actividad física”, asegura la Dra. Yang de Marinis, principal autora de este estudio publicado en la revista Nature Communications.

Se trata de una proteína secretada principalmente por el hígado y esencial en la regulación de nuestro metabolismo. Asimismo, favorece la descomposición del tejido adiposo, resultando en una mayor acumulación de grasas en el hígado. Esto no solo incrementa el riesgo de padecer diabetes tipo 2, sino también de padecer enfermedad del hígado graso no alcohólico.

Para llegar a la conclusión de que esta proteína predice el riesgo de sufrir diabetes mellitus tipo 2, los investigadores hicieron un seguimiento de 5.318 personas durante un periodo de tiempo de entre cuatro y 19 años en Suecia y Finlandia.

Los investigadores explican que los niveles de folistatina están regulados genéticamente por la glucoquinasa, una proteína que también participa en la regulación del metabolismo estimulada por el glucagón e inhibida por la insulina.

Así, “este estudio muestra que la folistatina tiene el potencial de convertirse en un biomarcador importante para predecir la diabetes tipo 2 en el futuro y también nos acerca un paso más a entender los mecanismos detrás de la enfermedad, concluye la autora y profesora de la universidad sueca.

 

Fuente: consalud.es

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