La Dra. Teresa Casanovas, hepatóloga y presidenta de ASSCAT, ha entrevistado a la Dra. Núria Fabrellas, enfermera. Su carrera profesional se ha centrado en la asistencia, en la docencia y en la investigación, siempre al lado de los pacientes y sus familias.

En ASSCAT nos interesa todo lo referente a las enfermedades hepáticas y el papel que realiza la enfermera en el día a día en un entorno donde se ejerce la evidencia científica.

Es autora de numerosos artículos científicos centrados principalmente en las nuevas tecnologías y la atención de enfermería en las enfermedades hepáticas tanto a nivel de la Atención Primaria como de la Hospitalaria.

También participa junto con su equipo en diversos proyectos de investigación europeos: LiverScreen, LIVERHOPE, FisPlat, MICROB-PREDICT, etc., proyectos en los que la ELPA (European Liver Patients’ Association) también colabora.

Para empezar la entrevista me gustaría centrarnos en la preparación profesional y humana de la enfermería.

En ASSCAT vemos que son necesarios equipos de enfermeras que sean modelo a nivel profesional y humano para las nuevas promociones de enfermeras y enfermeros. ¿Se ha calculado el número de profesionales de enfermería que serían necesarios en Cataluña? ¿Se ha establecido un número clausus para acceder a los estudios? 

Cada universidad tiene adjudicadas unas plazas; por ejemplo, en la Universidad de Barcelona cada año entran 385 nuevos alumnos/as para estudiar enfermería. De éstos, unos 80 estudiantes entran en la unidad docente de Enfermería del campus Clínico y el resto en la Escuela de Enfermería del campus Bellvitge. A nivel de Cataluña cada año se gradúan 1.500-1.800 nuevo/as enfermero/as titulados/as. Sin embargo, hay que destacar que falta un elevado número de enfermeros/as en nuestro país; aun así exportamos personal de enfermería bien formado que deciden emigrar por diversas razones (precariedad de los contratos, sueldos bajos). Además, durante mucho tiempo, no se ha potenciado el papel que le corresponde a las enfermeras, las cargas de trabajo son muy elevadas y no se han valorado las competencias enfermeras.

La actitud compasiva y la empatía de la enfermera con los pacientes son tan importantes como puede serlo el conocimiento. Se trata del saber hacer, el saber estar y el saber ser a partes iguales.

Me gustaría que comentara el artículo que se publicó sobre la actuación enfermera; en particular, sobre los cuidados enfermeros para los pacientes diagnosticados de cirrosis (Nursing care of patients with cirrhosis. Hepatology 2020; 71: 1106-1116). Éste es un documento clave que fue publicado hace poco en Hepatology. ¿Cómo surgió la idea?

Este artículo surgió en una reunión con enfermeras. En una de las reuniones que mantenemos periódicamente las enfermeras que participamos en los proyectos de investigación europeos, planteé la opción de hacer una investigación bibliográfica y ver lo que se había publicado sobre este tema. Todos los miembros estuvieron de acuerdo y empezamos la revisión; por lo que dividimos la búsqueda de información según la formación y el expertise de cada profesional para redactar el documento final. La sorpresa fue que no encontramos prácticamente nada escrito sobre cuidados de enfermería en los pacientes con cirrosis. Este documento es muy importante por dos motivos: 1/ en él han colaborado profesionales de toda Europa y también de Estados Unidos y 2/ se buscaron consensos de actuación frente a las diferentes situaciones y/o complicaciones que podrían presentar los pacientes con hepatopatía crónica.

La enfermera es la persona de confianza del paciente y es el vínculo que une a los diferentes equipos. Ahora también participa en proyectos de investigación. ¿La enfermera tiene tiempo para realizar todo esto?

No, no tiene tiempo. Si ha de realizar alguna tarea adicional, lo hace una vez finalizada su jornada laboral, tanto en la atención primaria como en los hospitales. En nuestro equipo, el trabajo y la investigación enfermera se reconoce desde hace tiempo; aun así, las enfermeras debemos realizar parte de nuestra investigación fuera del horario laboral.

Pero es necesario hacerlo porque si no nunca tendremos este reconocimiento del trabajo y del punto de vista enfermera en los equipos de investigación. ¡Es decir, se ha de tener mucha voluntad!

En relación al cambio de nombre del diagnóstico de la enfermedad por NASH (Non-Alcoholic SteatoHepatitis) a MAFLD (Metabolic Associated Fatty Liver Disease) como la nueva denominación. ¿Cuál es su opinión?

Esta nueva denominación requiere comentarios ya que aún no está consensuada. La definición, hasta ahora, de la enfermedad producida por acúmulo dañino de grasa en el hígado era NASH (hígado graso no alcohólico). El hecho de que la definición se haga a partir de una causa que no lo ha generado “no-alcohol” conlleva el peligro de pensar que el resto de enfermedades del hígado sí que estarían relacionadas con el daño alcohólico, lo cual es totalmente erróneo. En cambio, si se denominase MAFLD, considerando que es una “hepatitis de origen metabólico” sería menos estigmatizante y además podría tener una mejor aceptación por la ciudadanía. 

¿Cómo ve el panorama de la enfermería del futuro en relación con las enfermedades hepáticas?

En general, las enfermedades hepáticas no se tratan como el resto de enfermedades crónicas por parte de los organismos estatales. Además, son las grandes olvidadas de Salud Pública y hasta cierto punto están estigmatizadas. Hoy en día, cuando alguien fallece por una causa hepática no se hace mención a ello; podría ser por cariño hacia el fallecido, por protección, por vergüenza, por desconocimiento… Esconder la causa, me temo que es para que nadie piense que la causa de base fue por drogas o por alcohol. Echo en falta que se organice, tras 30 años, una Marató de TV3 (*) sobre las Enfermedades Hepáticas.  

(*) La Marató: Programa de TV3 cuyo objetivo es informar sobre determinadas enfermedades y recoger fondos para avanzar en su investigación.

Deberíamos hablar más de las enfermedades hepáticas y deberíamos aprovechar todas las oportunidades para informar sobre las enfermedades del hígado, su prevención, diagnóstico y tratamiento. Por ejemplo, deberíamos trabajar para dar a conocer las enfermedades hepáticas y aprovechar el Día Mundial de la Hepatitis (28 de julio) o el día de las enfermedades hepáticas (abril) para hacer difusión a la población.

Hasta hace pocos años, las enfermedades hepáticas eran de tratamiento exclusivamente hospitalario; ya que los pacientes ingresaban con complicaciones muy graves. Este hecho ha podido dificultar su reconocimiento. Una correcta coordinación entre los profesionales, entre los niveles asistenciales y entre los equipos multidisciplinares facilitaría saber cómo y cuándo se ha de realizar el seguimiento, una consulta o derivación.

¿Cómo ha afectado la pandemia a la enfermería hepática y cómo se podrá recuperar de una forma realista?

¡Es la pregunta del millón! No lo sé, porque ni siquiera sé lo que pasará mañana. De todas maneras, es difícil hacer una previsión, pero lo que tengo claro es que es crucial contar con el apoyo de los responsables sanitarios, de los gestores de la salud… En todo momento, se han de gestionar y coordinar programas sostenibles y eficaces teniendo en cuenta los conocimientos y la experiencia, compartiendo y reconociendo las líneas estratégicas. Durante la pandemia, la implicación y dedicación de todos los profesionales de la salud y especialmente de las enfermeras ha sido crucial para la asistencia a los enfermos y para el programa de vacunación.

La enfermería “hepática” debería tener un papel más importante en la telemedicina, en el desarrollo de programas para el control remoto de los pacientes crónicos. Nuestra población necesita apoyo, información, control y seguimiento de sus enfermedades por lo que agradecerían llamadas telefónicas. De todas maneras, el teléfono no debería sustituir el contacto presencial de las visitas, pero podría ayudar a espaciar las visitas.

En nuestro país existe una escasez relativa del número de enfermeras; disponemos de 55 enfermeras por cada 10.000 habitantes cuando en Irlanda hay 140, en Noruega tienen 180, etc. Como siempre, estamos en la cola de Europa junto con Rumanía (60/10.000) y Portugal (64/10.000).

 

Finalizamos la entrevista, hemos resumido algunos de los puntos más destacados, quedando mucho en el tintero.

Agradecemos a la Dra. Núria Fabrellas su compromiso con el cuidado de los pacientes hepáticos y le deseamos mucha salud para avanzar en sus proyectos.

 

Fuente: ASSCAT