El hígado graso no alcohólico puede disparar los casos de cáncer hepático
Su falta de tratamiento específico y la alta prevalencia de la diabetes y la obesidad hacen aumentar el riesgo.
Un grupo de UPV/EHU está obteniendo «importantes» avances en la investigación de la enfermedad del hígado graso no alcohólica, patología que padece un 30% de la población general y que aumenta hasta un 70-80% en ciertos grupos de riesgo como pacientes obesos o con diabetes.
Actualmente no hay un tratamiento específico para esta enfermedad, y como consecuencia de la alta prevalencia de obesidad y de diabetes actual, se prevé que dentro de unos años el cáncer hepático provocado por este almacén de grasa se pueda disparar, al igual que el número de trasplantes por esteatohepatitis no alcohólica.
Almacenamiento de grasa en el hígado
La enfermedad comienza con un simple almacenamiento de grasa o lípido en el hígado, que en principio puede ser benigno, pero que en algunos pacientes puede progresar y producir hepatitis o esteatohepatitis, debido a su inflamación, y ese es un factor de riesgo para el desarrollo de cirrosis hepática o incluso cáncer hepático, según ha informado el centro universitario.
El grupo de investigación Lipids & Liver del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina y Enfermería de la UPV/EHU trabaja en la búsqueda de los mecanismos implicados en el desarrollo y la progresión de las enfermedades hepáticas, y principalmente mecanismos relacionados con alteraciones vinculadas al metabolismo del lípido (grasa).
Evolución del hígado graso no alcohólico
En concreto, una de las líneas de investigación del grupo, focalizada en el estudio de la enfermedad del hígado graso no alcohólica, se centra en investigaciones que tienen el fin de «saber por qué evoluciona la enfermedad en unos pacientes y en otros no, encontrar marcadores de evolución y marcadores no solo hepáticos, sino además séricos, que mediante simples análisis de sangre se pueda decir la fase en la que se encuentra el paciente».
Básicamente, los miembros del grupo de investigación se centran en el estudio del metabolismo de los lípidos en el hígado, es decir, en las reacciones químicas en las que se forman o se consumen. Para ello, trabajan con modelos animales a los que se ha silenciado algún gen y a los que se administran diferentes dietas y tratamientos inductores de la enfermedad, y una vez que validan o identifican alguna diana en el modelo animal, pasan a validarla en muestras humanas.
Además, también trabajan con modelos in vitro o celulares, «porque allí es más sencillo saber en qué célula está dañado, modificado o alterado el metabolismo, y podemos jugar con diferentes fármacos, diferentes inductores, y es más fácil silenciar determinadas vías metabólicas», ha indicado la doctora Patricia Aspichueta, responsable de la línea de investigación.
Investigación en hígado graso no alcohólico
Los miembros del grupo estudian así distintas moléculas o dianas implicadas en diferentes procesos de la enfermedad hepática. «Por una parte, queremos identificar proteínas que modifican las vías metabólicas y que aportan más lípido al hígado. Queremos saber por qué se forma ese almacén de lípido, y por qué ese almacén hace progresar a la enfermedad, incluso a fases como el cáncer. Es importante saber quiénes son los actores de esos procesos, para poder silenciarlos y ver si la enfermedad revierte», ha sostenido la doctora.
Además, investigan la implicación que tienen los lípidos en la regeneración hepática, «un punto de vista muy importante de cara a los pacientes a los que se extirpa un trozo de hígado, porque el hígado es el único órgano que vuelve a recuperar su tamaño normal«.
Hígado graso y cáncer hepático
En otro de los estudios investigan «cómo el hígado controla el tejido adiposo, y cómo modulando el funcionamiento del hígado conseguimos hacer a los animales adelgazar».
Aspichueta ha afirmado que han encontrado «una importante diana terapéutica que modula el metabolismo y la progresión de la enfermedad». Así, han inducido el desarrollo de cáncer hepático asociado a obesidad en modelos animales que tienen esa proteína silenciada y han visto que los animales «no desarrollan la enfermedad para nada: ni el cáncer hepático, ni el almacén de grasa».
Ahora, están trabajando con muestras humanas de enfermedad de hígado graso no alcohólica para validar la implicación de estas proteínas en la patología humana.
Fuente: redaccionmedica.com