El pasado 20 de octubre tuvo lugar en el Paraninfo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona, la conferencia monotemática titulada: “Hígado graso metabólico. Un gran reto para la atención primaria y hospitalaria en Cataluña”.

La jornada se dividió en 5 partes, con conferencias de expertos que actualizaron a la audiencia en los aspectos epidemiológicos, diagnósticos, clínicos, preventivos y terapéuticos. Los asistentes fueron mayoritariamente médicos y enfermeras de asistencia primaria, pero también especialistas, epidemiólogos, nutricionistas, políticos y gestores de la salud.

Esta conferencia monotemática fue organizada por el Dr. Pere Ginés, hepatólogo, investigador clínico y líder del proyecto Europeo LiverScreen. En las conferencias se presentó la necesidad de contar con equipos multidisciplinarios y equipos de enfermería. Asimismo, se destacó que se ha de establecer un mayor diálogo entre primaria y hospitalaria para agilizar el proceso asistencial de los pacientes con fibrosis hepática significativa y también en las personas con un mayor riesgo de complicaciones extrahepáticas. Los consensos alcanzados se han de consolidar con la voluntad política de los gestores de la salud, disponiendo de los recursos técnicos y humanos adecuados y puestos al día a nivel de la medicina primaria y hospitalaria.

Abrió la jornada la Dra. Cabezas, secretaria de Salud Pública de Cataluña. Fue una presentación informativa con datos de Cataluña en la que informó sobre la elevada prevalencia de enfermedad hepática crónica por enfermedad metabólica que existe y que este grave problema de salud está afectando a gente joven. Además, se asocia a factores prevenibles como la obesidad y la diabetes y también influye en su aumento de incidencia el estilo de vida y las circunstancias socioculturales, entre otras circunstancias ya conocidas.

La Dra. Cabezas destacó que los factores epidemiológicos asociados al hígado graso metabólico se han detectado con mayor frecuencia en determinados barrios de bajo perfil económico. En su intervención sobre la relación de la Salud Pública y las enfermedades hepáticas, habló sobre el alcohol, que no es un alimento, sino un tóxico para el organismo, en especial para el hígado. Acabó su ponencia destacando el papel de la investigación y resaltando que ésta ha de ser continuada para poder cambiar la práctica clínica y mejorar la salud de la población. Agradeció a todos los equipos médicos y de enfermería su participación en el proyecto LiverScreen.

Seguidamente, el Dr. Pere Ginés expuso en su introducción la situación actual. El consenso es que la prevención es crucial en una enfermedad muy seria para la que aún no tenemos un tratamiento, pero podemos ofrecer información para prevenirla, acompañamiento y diagnóstico precoz. En las primeras etapas de la enfermedad el paciente se halla asintomático, incluso la analítica podría ser normal. No todos los pacientes con el diagnóstico de hígado graso metabólico precisarán ser remitidos al especialista del hospital, pero hemos de trabajar más en la detección de los casos que van a tener una evolución más acelerada, lo que dependerá de si la persona tiene comorbilidades, factores ambientales o tóxicos, o posibles determinantes genéticos.

La Dra. Isabel Serra comentó los aspectos epidemiológicos, siendo uno de los más preocupantes y poco valorado el hígado graso en la edad pediátrica, asociado a la epidemia de obesidad cuya incidencia está aumentando globalmente y en nuestro país.

La Dra. Elisa Pose informó sobre los riesgos asociados a la ingesta tóxica de alcohol. En Europa se observa una elevada prevalencia tanto por la enfermedad hepática por consumo excesivo de alcohol como por la enfermedad por depósito de grasa de causa no alcohólica, según se recoge en el Informe Lancet sobre enfermedad hepática en Europa y publicado en 2022. En dicho informe se observa la clara relación entre el consumo de alcohol y la obesidad, que se concentra en determinados países. También es de destacar la investigación clínica sobre el efecto del síndrome metabólico y la obesidad en la progresión más rápida de la enfermedad hepática por toxicidad por alcohol.

El Dr. José Antonio Carrión presentó los métodos para el diagnóstico no-invasivo de la esteatosis y de la fibrosis hepática. En su opinión, en nuestro medio los métodos de referencia seguirán siendo los métodos serológicos y la elastografía de transición (FibroScan®).

Una de las presentaciones que, en mi opinión, fueron más interesantes fue la de la Dra. Laia Asso, pediatra y especialista en Nutrición y que en la actualidad está trabajando en el Departamento de Enseñanza de la Generalitat de Cataluña. Inició su charla poniendo de relieve que existen enfermedades conocidas que causan acúmulo de grasa en el hígado en la infancia, algunas de ellas son congénitas y se pueden detectar por la prueba de sangre del talón que se hace a los recién nacidos y que sirve de cribado de 25 enfermedades.

Seguidamente, expuso las cifras de obesidad de niños y adolescentes menores de 18 años en nuestro país. Las tasas de sobrepeso y obesidad están creciendo en los últimos años, de manera que datos recientes informan que 4 de cada 10 niños tienen sobrepeso u obesidad. Ven que en la actualidad la obesidad es una enfermedad social, con determinantes económicos y culturales, existiendo grupos de niños con un mayor riesgo de obesidad. Éste es un problema grave de salud, pues los niños obesos de hoy, van a seguir con las patologías asociadas en su edad adulta, lo que supone un peor pronóstico en resultados de salud y calidad de vida.

Indicó que la obesidad en la edad pediátrica se asocia a enfermedad hepática y presentó las guías de cribaje publicadas en las revistas internacionales de Pediatría, en las que destacó algunos puntos: se precisa hacer un diagnóstico diferencial con otras causas, apoyar el cambio de nombre de NAFLD (suprimir las palabras “no-alcohol” y “fatty” en el nombre del diagnóstico) e informar a las familias y a las escuelas de la importancia de mantener una dieta saludable.

Centrando los objetivos del tratamiento del hígado graso en la infancia y adolescencia (englobando a la población menor de 18 años) considera que son: posible regresión del acúmulo de grasa, resolución de la inflamación hepática y disminución de la adiposidad general de su organismo, que se podrían alcanzar por medio de la alimentación saludable, un estilo de vida activo y con el cuidado del equilibrio emocional del niño.

En resumen, el mensaje para combatir la “epidemia” de obesidad y sobrepeso en la edad infantil, lo ilustró de una forma simple pero que comprende los diversos aspectos. El niño necesita crecer en un ambiente que le dé amor; necesita dormir mucho (depende de cada edad); tener una alimentación sana y equilibrada con predominio de frutas, verduras, cereales, legumbres, proteínas y lácteos; evitar las pantallas (fue tajante diciendo que deberían estar prohibidas antes de los 3 años); realizar ejercicio; y evitar las bebidas azucaradas (aunque sería aceptable de forma esporádica).

La charla de la Dra. Laia Asso, fue seguida con gran interés según se desprende de los comentarios y preguntas que suscitó. Una de las perlas que ofreció fue hablar de los “1.000 días de oro” en relación con la alimentación infantil. Estos 1.000 días de oro van desde el inicio de la gestación hasta los 2 años, lo que va a marcar mucho lo que vendrá en la vida del niño, desde el riesgo de desarrollar enfermedades al desarrollo intelectual.

La jornada enriqueció a los asistentes sobre la importancia de prevenir y tratar la diabetes, la insuficiencia renal asociada y posibles complicaciones cardiovasculares. Se recordó que se ha de tratar el aumento de glucosa, la dislipemia, la hipertensión arterial mediante fármacos cuando sea necesario, pero que las medidas básicas siguen siendo el triunvirato: ejercicio físico a diario, control del peso y abandonar el tabaco.

 

Autora: Dra. Teresa Casanovas, hepatóloga, presidenta de ASSCAT y coordinadora del Comité Científico de la European Liver Patients’ Association (ELPA)