COVID-19 y programas de eliminación de las hepatitis víricas: ¿Estamos retrocediendo?
La Organización Mundial de la Salud estableció como objetivo la eliminación de la hepatitis viral en 2030. Esto significa que el número de personas diagnosticadas y tratadas debe reducirse en un 90% y la mortalidad relacionada en un 65%.
Los programas de eliminación comprenden diferentes apartados, como las pruebas diagnósticas, los tratamientos, la vacunación frente al virus de la hepatitis B (VHB), la prevención de la transmisión de las hepatitis de madre a hijo, la seguridad de las transfusiones de sangre y la reducción de daños.
Ahora, COVID-19 se está extendiendo rápidamente por todo el mundo y más de un millón de personas ya han sido afectadas por este virus. Si bien todas las atenciones se centran ahora en conseguir medicamentos y vacunas eficaces para COVID-19, no debemos olvidar otros virus y enfermedades. Aunque la COVID-19 parece no afectar totalmente el programa de eliminación, como la vacuna contra el VHB, que previene la transmisión de madre a hijo y la seguridad de la sangre, algunas actividades del programa de eliminación pueden verse gravemente alteradas por esta infección. La cuarentena y el distanciamiento social por la COVID-19 pueden repercutir en el diagnóstico, el tratamiento y los programas de reducción de daños.
La información y concienciación de las personas juega un papel importante en los programas de eliminación de las hepatitis víricas, ya que conduce a una mayor búsqueda de casos. Por lo tanto, la tasa de diagnóstico parece reducirse al disminuir las actividades voluntarias como el programa NOhep. Además, la incidencia de hepatitis vírica puede aumentar por el probable cierre de centros de reducción de daños. Asimismo, el tratamiento de pacientes con hepatitis vírica puede verse influenciado por el cierre de clínicas privadas y la disminución del número de visitas no urgentes.
Los entornos de atención primaria y los médicos de cabecera, que tienen un papel esencial en la eliminación de las hepatitis, ahora se están centrando en la pandemia de COVID-19 y este cambio puede reducir las tasas de diagnóstico y tratamiento de los pacientes con hepatitis. También, la investigación publicada en relación con la hepatitis en PubMed (utilizando el término de búsqueda de “Hepatitis [tiab]”) en los primeros tres meses de 2019 (n = 3.759) en comparación con el mismo período en 2020 (n = 2.756) muestra una reducción de 1.003 documentos. Esto puede verificar una idea sobre el impacto de COVID-19 en los programas de eliminación de hepatitis vírica.
Hoy, estamos luchando con una importante amenaza a la salud pública, COVID-19, que ciertamente necesita atención especial. Pero se debería ser más cuidadoso con los logros alcanzados anteriormente en salud pública. Si no es posible avanzar sobre ellos en estos días de COVID-19, al menos se deberían mantener en la situación actual y evitar retroceder para alcanzar el objetivo de la eliminación de las hepatitis víricas para 2030.
Referencia: doi: 10.1111/LIV.14486
Artículo traducido y adaptado por ASSCAT